Tania Libertad cierra con broche de oro el XXXIV Festival Internacional Cervantino

Tania interpretó 'a
capella' Alfonsina
y el mar acompañada por el
Mariachi Vargas
de Tecalitlán
 Foto: Internet

Guanajuato, Guanajuato.- 23 de Octubre de 2006.- La clausura del 34 Festival Internacional Cervantino (FIC) no podía ser mejor, con una entregada Tania Libertad que lo mismo puso a cantar a miles de gargantas en la Explanada de la Alhóndiga de Granaditas, que invocó el silencio total con su interpretación a capella de "Alfonsina y el mar".

Sólo Tania Libertad acompañada por el Mariachi Vargas de Tecalitlán, que por primera vez actuó en la llamada "Fiesta del
espíritu", pudo lograr que más de un tema fuera cantado a todo pulmón por cerca de cinco mil asistentes a la clausura del encuentro que tuvo como invitados al Reino Unido y a Chiapas.

Esa mujer de baja estatura, cabello suelto que a veces el aire guanajuatense le echaba a la cara, con sus ojos claros y su rostro que expresaba todos los sentimientos que su corazón siente, ella y solo ella demostró por qué siempre recibe muestras de cariño de públicos de todas las edades.

La fiesta había comenzado desde antes de que Tania Libertad subiera al escenario acompañada por un ensamble de músicos del mundo, con muchas percusiones y hasta un acordeón para cantar "Ritmo de negros", ese tema de Pepé Vázquez que ella cantó con gran sabor.

Cientos de jóvenes ocuparon las gradas más altas de la Explanada de la Alhóndiga de Granaditas para unirse a esa fiesta en la que se les había extrañado con su "Goya, Goya, cachún cachún ra rá, cachún, cachín ra rá, Goya, Universidad", seguida de una ola que iba de izquierda a derecha frente al escenario.

Todos querían escuchar a Tania Libertad, quien llegó en punto de las 20:00 horas en una camioneta que tuvo que esperar a que pasara una pequeña manifestación.

Luego fue directo al escenario, arrobó con su figura vestida de negro y blanco; subió y comenzó la fiesta en la que no faltaron primero los ritmos románticos y hasta nostálgicos como "Historia de un amor", del compositor Carlos Eleta Almarán; "Procuro olvidarte", de Manuel Alejandro", y "Razón de vivir", de Víctor Heredia.

Como siempre amorosa y sensible, la mujer que ha conquistado miles de corazones con su voz, dedicó un homenaje a quien es por mucho "el mejor compositor de música romántica contemporánea: Don Armando Manzanero", de quien cantó "Por debajo de la mesa" y "Voy a apagar la luz", para luego interpretar con su grupo y el Mariachi
Vargas de Tecalitlán "La fiesta", de Joan Manuel Serrat.

A partir de ese momento dejó todo el crédito al Mariachi Vargas de Tecalitlán que dirige el maestro Pepe Martínez, agrupación que Tania Libertad presentó como el mejor mariachi del mundo entero y el de mayor tradición pues este año cumplió 109 de vida.

Ellos, completamente vestidos de blanco comenzaron una fiesta distinta y un canto mucho más lleno de dolor, al ritmo de piezas del gran compositor guanajuatense José Alfredo Jiménez, como "Ella (la que se fue", "Si nos dejan", "Siete mares", El hijo del pueblo" y "El rey", que propició la entrega de los espectadores.

Cuando salió de nueva cuenta Tania Libertad siguieron los gritos que entre pieza y pieza o entre algunos silencios le llegaban al oído y ella agradecía con una reverencia: "Tania te amo!" y ella miraba hacia ese punto y le ponía más sentimiento a su tema o luego "Tania  te amo" al otro extremo y ella le decía mimosa "Yo también".

Sólo Tania Libertad podía cantar "Cielo rojo", de Juan Záizar,  con tal entrega, o hacer lo mismo con "Echame a mi la culpa", tema de la inspiración de José Angel Espinoza "Ferrusquilla"; sólo ella pudo cantar "El pastor", esa canción de Los Cuates Castilla, que hiciera famosa Miguel Aceves Mejía, o "Serenata huasteca", otra gran pieza de José Alfredo Jiménez.

Y antes de que llegaran los juegos pirotécnicos que como cada Cervantino inauguran y clausuran la "Fiesta del espíritu", que en su edición 35 tendrá como invitados a China y a San Luis Potosí, Tania cantó con arreglos sólo para ella "Ojalá", de Silvio Rodríguez, y "La bruja", el son veracruzano del dominio público.

Durante esta última noche del festival más importante de América Latina, la directora de esa fiesta, Irma Gabriela Caire Obregón, subió al escenario para agradecer a Tania Libertad pero también para entregar un reconocimiento especial a los estibadores y técnicos que siempre están detrás del escenario y que han sido fundamentales a los
largo de estos 34 años.

Luego, Tania seguiría cantando, pero ahora a capella, por lo que cuando la intérprete se paró en medio de un pequeño rayo de luz que sólo le iluminaba el rostro, la Alhóndiga calló, y esas miles de gargantas que habían coreado a todo pulmón temas como "El breve espacio", de Pablo Milanés, ahora escuchaban atentos y al final desbordarse en aplausos.

Después de cantar a capella "Alfonsina y el mar", que es el regalo en cada uno de sus conciertos, Tania aún interpretaría "Fina estampa", de Chabuca Granda, y cerró con el infaltable "Cuatro caminos", del gran José Alfredo Jiménez, que dejó en tal estado  emotivo a los espectadores, que no se decidían a dejar el recinto aunque el telón ya había caído.

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