Gian Franco Brignone fue condecorado con la Orden del Águila Azteca

El galardonado y el
Secretario de Turismo,
Rodolfo Elizondo Torres
Foto: Gregorio Martínez M./
Azteca 21

Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21

Ciudad de México. 21 de octubre de 2006. Gian Franco Brignone, empresario italiano creador del innovador concepto turístico Costa Careyes, en la costa del sur de Jalisco, fue condecorado el pasado mes de septiembre con la Orden Mexicana del Águila Azteca, la máxima distinción que nuestro país otorga a ciudadanos extranjeros en reconocimiento a los servicios prestados a la Nación o a la humanidad.

La ceremonia de condecoración se efectuó en un salón del Club de Industriales, en Polanco, y el secretario de Turismo, Rodolfo Elizondo Torres, en representación del presidente Vicente Fox, fue el encargado de entregársela al señor Brignone, quien estuvo acompañado de amigos y diversas personalidades.

Durante su intervención, Elizondo Torres señaló: “Hoy tengo el gusto de otorgarle la Condecoración de la Orden Mexicana del Águila Azteca, en grado de Venera, al señor Gian Franco Brignone, por su destacada trayectoria en el ámbito del turismo en nuestro país, pues su nombre está ligado de manera permanente a la Costa de Careyes, donde las playas vírgenes dieron paso a un enorme conjunto de desarrollos y productos turísticos, generando una fuerte dinámica económica y social, que hoy beneficia a muchas familias mexicanas”.

Añadió que, según una expresión de los amigos del empresario italiano, la relación entre México y Gian Franco Brignone es la de uno los mejores matrimonios entre la República de Italia y la de México, que ha dejado su profunda huella en las costas del Pacífico mexicano.

Elizondo Torres destacó también las características de la casa de Brignone en Careyes, denominada “Mi ojo”, la cual fue construida por el arquitecto Mario Aldaco en 1975, como la innovación en el doble piso, con el comedor arriba y la sala abajo, y un espacio entre el comedor y las columnas de troncos de palmera; estas últimas, sugerencia del arquitecto Luis Barragán, trenzadas por tentáculos de amate, serían de las más relevantes innovaciones en “Mi ojo”, prototipo del estilo y la arquitectura de Careyes.

Por su parte, Gian Franco Brignone manifestó sentirse impresionado por la cantidad de sus amigos presentes en la ceremonia y su agradecimiento al Gobierno mexicano por la imposición del Águila Azteca, así como el amor profundo que siente por el desarrollo de Careyes, donde, dijo, convive una comunidad constituida por 42 nacionalidades.

En diciembre de este año, Editorial Turner, en colaboración con la fundación cultural G.F. Brignone, lanzará el libro bilingüe “Careyes”, que incluye la historia del lugar, desde la llegada del señor Brignone hasta la fecha, escrita por Carlos Tello Díaz, la cual estará acompañada por una serie de fotografías que muestran la belleza de su arquitectura y de sus paisajes, así como a sus habitantes.

Gian Franco Brignone

Nació en Turín, Italia, el 15 de abril de 1926, siendo hijo de un banquero italiano. Vivió las vicisitudes de la Segunda Guerra Mundial en su ciudad natal, donde fue condecorado con la Medalla al Valor Militar de la Orden de Malta. Abandonó sus estudios y se dedicó a vender todo tipo de productos, desde perfumes hasta refacciones automotrices. En 1948 viajó a París y siguió con sus negocios, hasta que a los 22 años adquirió un banco y posteriormente una empresa inmobiliaria y una agencia de viajes. Se preocupó por el desarrollo costero inmobiliario desordenado de las costas italianas y españolas del Mediterráneo y visitó varios desarrollos en Sardeña, Italia, donde conoció a los creadores de la Costa Esmeralda y sus conceptos de desarrollo de baja intensidad con un importante control arquitectónico. En 1963 inauguró en las afueras de Palermo el Hotel Zagarella. En 1968 viajó a México, invitado por Atenor Patiño, dueño del Hotel Las Hadas. Tiempo después logró que el Club Mediterrané abriera su primer hotel en México, precisamente en las playas de Careyes, mientras él seguía con las obras para abrir su hotel Plaza Careyes de 21 cuartos, el 15 de septiembre de 1976, con una gran fiesta. Además, construyó varias casas, que vendió a sus amigos, con lo cual el complejo turístico creció y cobró renombre internacional por sus ilustres huéspedes y visitantes, desde príncipes hasta top models, lo cual hizo que fuera considerado como “el Principado del Pacífico”. La arquitectura de Careyes, ampliamente reconocida en numerosas revistas y libros internacionales, combina la sensualidad de la cultura mediterránea con los coloridos, formas y materiales de la arquitectura mexicana y ha influido en la arquitectura costera de algunos destinos turísticos de México. Asimismo, creó dos fundaciones, una ecológica, que inicialmente compró terrenos estratégicos en Costa Careyes para asegurar que no tendrán desarrollo alguno o se mantendrán con una densidad muy baja, y otra cultural, con el propósito de difundir y promover las actividades culturales de la región, derivadas del ejercicio y las expresiones de la arquitectura actual de Careyes. Respecto de su casa en Careyes, el señor Brignone dice: “Es mi lugar preferido donde voy a pensar, donde hablo de amor, donde sueño mis planes, donde llevo a los amigos más queridos”. Por este paraíso arquitectónico y de descanso en el Pacífico mexicano, el empresario recibió la Orden del Águila Azteca.

Comentarios a esta nota: gregorio.martinez@azteca21.com

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