Analizan “Colección de Códices Mexicanos” para determinar su antigüedad y procedencia

El 'Códice Colombino', es el único
prehispánico que se encuentra
 en el país
Foto: Internet

Ciudad de México.- 23 de Octubre de 2006.- Una nueva línea de estudio sobre la Colección de Códices Mexicanos de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia (BNAH) comienza a despegar gracias a una colaboración establecida con UNAM, y que permite, mediante el uso de innovadores aparatos, el análisis de sus materiales y técnicas de manufactura.

Luego de tres años de investigación, el equipo (que reúne a especialistas de la BNAH, así como de los institutos de Investigaciones Estéticas -en particular del Laboratorio de Diagnóstico de Obras de Arte- y de Física, de la UNAM) presentará los resultados preliminares del proyecto, en el coloquio Rayos X y otras técnicas físicas en arte, arqueología e historia.

A través de exámenes por fluorescencia de luz UV y de rayos X, reflectografía infrarroja, y colorimetría, hasta el momento han sido analizados códices como el Moctezuma, Azoyú I y II, Baranda, Porfirio Díaz, de la Cueva, y Dehesa.

Actualmente se encuentran en observación el Colombino (el único prehispánico en México), el Badiano y el Mapa de Sigüenza.

Carolusa González Tirado, subdirectora de Documentación de la BNAH, dio a conocer que la tecnología utilizada para el reconocimiento de estos documentos históricos fue adaptada por expertos del Instituto de Física de la UNAM -encabezados por el doctor José Luis Ruvalcaba- conforme requisitos de seguridad, razón por la que desarrollaron instrumentos portátiles.

El tipo de métodos utilizados, asimismo, facilita la realización de pruebas sin solicitar toma de muestras (directas del códice) como hasta hace algunos años era recurrente, de ahí que se trata de técnicas no destructivas.

La captación de fotografías por medio de los aparatos es lo que en un momento determinado permitirá a historiadores y restauradores comprender detalles que a simple vista parecen perdidos.

"Según tengo entendido -apuntó- en Estados Unidos y en Europa, donde se encuentran algunos códices, se emplea principalmente microscopía de luz polarizada y análisis microquímicos, y al parecer todavía se trabaja sobre muestras".

En la bóveda de la Biblioteca, dependencia del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se conservan 96 códices originales y alrededor de 200 copias.

Aparte del Colombino, que como ya se mencionó, es el único prehispánico que se halla en el país, el resto de los códices son coloniales y se elaboraron básicamente en el siglo XVI, algunos más datan del XVII e inicios del XVIII.

Sigue Analizan códices a/dos/XVIII. . "A lo largo del tiempo, la mayoría de estos códices han sido estudiados, sobre todo por historiadores, antropólogos, etnólogos y lingüistas, es decir, desde su contenido documental, a partir de la pictografía y de las glosas. No obstante, el conocimiento de sus materiales y técnicas de manufactura es un aspecto todavía rezagado", expresó.

"Existen datos en crónicas del siglo XVI. Por ejemplo, en los escritos de fray Bernardino de Sahagún y de Francisco Hernández se mencionan algunos elementos que podrían haberse utilizado para la hechura de los códices, pero no proporcionan información en cuanto a la preparación de los pigmentos y demás componentes", expresó.

Es así como el carácter interinstitucional y multidisciplinario del proyecto, dijo, parte de la idea de que los materiales y técnicas de manufactura son en sí mismos fuente valiosa de información, y complementarían lo abordado desde la historia al brindar detalles sobre posibles rutas de comercio e, incluso, nivel de desarrollo tecnológico.

"Y, por otra parte, a nosotros los restauradores estos datos nos pueden ayudar a diseñar mejores estrategias de conservación y a elegir tratamientos de restauración más adecuados, en caso de ser necesaria una intervención", precisó.

González Tirado detalló que la participación del equipo en el coloquio Rayos X y otras técnicas físicas en arte, arqueología e historia, que tendrá lugar en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM), del INAH, el 8 de noviembre próximo, consistirá en dar a conocer algunos resultados de los exámenes hechos a los códices.

En términos generales, los análisis confirman lo referido por los cronistas del siglo XVI, en cuanto a la considerable utilización de pigmentos orgánicos (extraídos de plantas y animales), que diferencian la pintura de los códices mesoamericanos de la tradición europea y mural prehispánica, para la cual eran requeridos minerales y tierras.

"Cabe señalar que aún en los códices del siglo XVI, si bien ya se observa la influencia europea, se ha detectado la continuidad del uso de estos materiales tradicionales. Ya para finales de ese siglo e inicios del XVII comienzan a introducirse ingredientes minerales", adujo.

"También gran parte de los aglutinantes con los que se preparaba la pintura para los códices son solubles en agua. Otra línea de la investigación, a posteriori, sería descubrir qué utilizaban. Una teoría es que pudieron usar baba de nopal o, bien, un mucílago extraído de los bulbos de las orquídeas, además de goma de huizache", comentó.

Sigue Analizan códices a/tres/comentó. . Otro dato interesante es que la reflectografía infrarroja -a través de la cual es posible detectar capas subyacentes- ha permitido observar, en los casos hasta ahora examinados, que no existe dibujo preparatorio. Al parecer los tlacuilos efectuaban los trazos definitivos a la primera, esto habla del dominio que tenían de su oficio.

La fluorescencia de luz UV "demuestra que hubo correcciones sobre la pintura en algunos ejemplares, de esa manera a cierto personaje lo dibujaron más grande o más pequeÑo, y después hicieron cambios sobre el mismo. Hemos podido determinar, a su vez, que el códice Azoyú posee tres etapas de manufactura".

La subdirectora de Documentación de la BNAH abundó que los cronistas documentaron el uso de un pigmento amarillo en la elaboración de los códices, y dentro de los recientes estudios fueron detectados tres tipos diferentes de este color.

Los códices actualmente en análisis: el Colombino, el Badiano y el Mapa de Sigüenza -consideró- son una muestra representativa del universo de los materiales a resguardo en la bóveda de la BNAH.

Así se tiene uno prehispánico (el Colombino), y el Badiano que es un digno ejemplo de la fusión de la tradición prehispánica y la europea. "Este se produjo en la segunda mitad del siglo XVI por destacados alumnos indígenas de la escuela de Tlatelolco, y fue enviado a Carlos V como un regalo", comentó.

Carolusa González concluyó que el proyecto de investigación entre la BNAH y la UNAM es muestra de que "en México están comenzando a formarse científicos especializados en análisis de patrimonio cultural, quienes están muy interesados en modificar técnicas, materiales y métodos, con el fin de garantizar la seguridad de esos objetos". (Notimex)

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