Actinver, fraude en estados

  POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia

 

Actinver, fraude en estados
Fondos: recurrente actitud
Sin protección al riesgo

 

 Los fraudes con fondos de inversión comienzan a generalizarse de manera peligrosa dejando a Estados Unidos como epicentro para trasladarse a otros países y contaminarse de leyes laxas que facilitan el abuso o los abusos, tanto de dueños, como de gestores de fondos de inversión.
 Los fondos de inversión son un invento muy eficaz para captar a un público cansado de la ortodoxia bancaria, la prudencia, las bajas tasas y cuyo capital acumulado tampoco les permite grandes recuperaciones, no obstante, encuentran en los fondos de inversión un abanico de oferta, opciones interesantes para elaborar un portafolio rentable.
 Curiosamente en los fondos sucede lo mismo que en  la participación bursátil, da lo mismo ser un gran conocedor que un neófito, un novato inexperto en finanzas, quizá dotado de algún olfato especulativo. Es prácticamente un juego de ruleta rusa, de golpe de suerte.
Hace algunos años una revista estadounidense especializada en  finanzas eligió a un mono para que lanzara dardos  sobre de una lista de acciones de Wall Street, sobre de las cuales invertir. La revista realizó la inversión para la consecución del estudio que pretendía demostrar que para participar en la bolsa da lo mismo lanzar los dardos de manera aleatoria que ser un experto de Harvard.
 Los fondos son un espécimen similar al que se puede ingresar de manera más fácil porque la idea es la de crear un chaleco a la medida de un ahorrador promedio no precisamente multimillonario, con espíritu de riesgo, capaz de creer que el fondo le llevará de la mano a la riqueza.
 Una persona participante en un fondo de inversión no es un especulador, es un soñador que le apuesta al portafolio para dar golpes de suerte, creyendo fehacientemente en lograr buenas acumulaciones.
 Empero, la concepción de los fondos como “chaqueta a la medida” no está exenta de los fraudes, los excesos son casi siempre cometidos por los propios gestores o los ejecutivos de los fondos, que detectan las lagunas jurídicas en la operación y aprenden del poder absoluto ostentado sobre del cliente.
 Se trata de un peligroso asunto en un mercado en creciente tendencia, listo para desarrollar nuevos productos para nutrir los fondos de inversión que pueden ser fijos, de renta variable con opciones en moneda local, dólares, en acciones nacionales e internacionales, bonos inmobiliarios, bonos del gobierno, deuda, fondos de pensiones, mixtos o patrimoniales.
A COLACIÓN
 Toda mi vida he sido una ahorradora tradicional de la banca, no obstante en 2003 un familiar en Morelia, Michoacán me habló para preguntarme acerca de los fondos de inversión de Actinver, lo hizo con especial énfasis destacando el trato afable, el lenguaje llano del gestor que, amablemente, se trasladó hasta la casa de mi familiar para explicarle todas las maravillas de los fondos de inversión.
 Por mi parte decidí  vivir la experiencia para poder hablar a favor o en contra e inicié el mismo proceso, hablé desde San Miguel de Allende, Guanajuato, para comunicar a Actinver mi decisión de ser su cliente. En Actinver me dieron dos opciones: Actinver Celaya o Actinver Querétaro.
 Yo elegí Querétaro y a los pocos minutos un gestor de dicha ciudad me habló para pedirme una cita con los deseos de ir hasta mi casa u oficina para explicarme  las opciones de inversión a mi disposición.
 Dicho y hecho a los pocos días en mi oficina un gestor de fondos me habló de las ventajas en rendimientos, bajas condiciones, comisiones, ahorro de tiempo, traslados y canal de comunicación directa con él para todo lo referente a mi dinero sea por teléfono o vía Internet.
 Para ser mi primera experiencia elegí un portafolio de inversión de renta fija a un plazo de tres meses para maximizar los rendimientos, con el mínimo riesgo, firmé un contrato que nunca estipuló el monto de la inversión (punto que no me gustó) y deposité el dinero a la cuenta de Actinver.
Quiero añadir que nunca más me reuní con el gestor de Actinver porque toda mi relación se basó en la vía telefónica y el Internet. A los dos meses me llegó a mi domicilio un estado de cuenta (después de mucho insistir que no recibía nada) el documento era en suma confuso, no explicaba el dinero depositado; ni los rendimientos recibidos; más bien mencionaba que pertenecía a un fondo de no sé cuántos miles de títulos adquiridos a un precio, pero del rendimiento no decía nada.
A poco de vencerse, a los tres meses, hablé para cambiar la orden de caducidad a quince días pero resultó que se me pasó la fecha para poder cambiar la orden (nadie me avisó ni me explicó la temporalidad necesaria) así es que, en automático, mi contrato fue renovado a  otros tres meses durante los cuales volví a recibir otro estado de cuenta poco convincente donde de nuevo no especificaba el monto ahorrado de manera individual ni los  rendimientos acumulados.
Ahora sí, con toda la anticipación, antes de la fecha de vencimiento de los otros tres meses, notifiqué de viva voz (casi todas las órdenes en los fondos de inversión son a viva voz o por Internet sin que medie un papel o comprobante oficial de por medio) le pedí a mi gestor que, en primera, deseaba saber los intereses que en casi seis meses había recibido; y segundo, notifiqué mi deseo de cancelar. Mí sorpresa fue mayúscula dado que no había ganado prácticamente nada de intereses en seis meses “por razones de mercado”; a lo poco que pagaron había que descontarle las comisiones del gestor; y tercero tuve que lidiar con la reticencia del gestor para cancelar mi participación en el fondo, fue una batalla verbal para que aceptara mis razones de que yo simplemente quería mi dinero y punto.
Mí experiencia en un fondo de inversión fue poco alentadora porque desde los primeros días tuve una sensación extraña: la de estar sobre de arenas movedizas. Fue una incertidumbre total derivada de dejar mi dinero en las manos de un gestor que nunca antes había visto,  de no sé que principios, y fue muy molesto, lo mismo lo de no saber a ciencia cierta las ganancias obtenidas. Ése es el problema real de los fondos de inversión.
GALIMATÍAS
Y pasó con Actinver, las denuncias por fraude de cientos de clientes en siete estados. Los inversionistas pertenecen a Nuevo León, Coahuila, Zacatecas, Tamaulipas, Jalisco, Querétaro y Yucatán. La pregunta es cuándo las autoridades financieras tomarán cartas en el asunto para prevenir o será que prohijarán un paraíso perfecto como lo hicieron con las cajas de ahorro que tanto daño han ocasionado en miles de clientes en el país con la fórmula aprendida de los fraudes por el imán de los altos rendimientos.

 

 

 

 

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