La experiencia del Grameen Bank

POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia

La experiencia del Grameen Bank
Yunus logra Nobel de la Paz
La otra cara de los microcréditos

 

 De origen bengalí, el economista Muhammad Yunus, pudo haberse quedado a vivir en Estados Unidos luego de terminar sus estudios de doctorado, él no quiso  pese a las  ofertas de trabajo dado que en su mente, su objetivo fundamental era  retornar a Bangladesh, y poner en práctica la mentalidad empresarial.
 Hasta aquí todo suena bastante lógico, no obstante,  la motivación de Yunus no era precisamente crear un fondo de inversión para la burguesía de su país, ni una consultoría de asesoría para la elite empresarial, todo lo contrario, la idea fundamental era estructurar en la práctica un programa de créditos desde la iniciativa privada que rompiera con todos los moldes, orientado para la gente más desprotegida en todos los sentidos, obviamente a la sombra de los servicios financieros de los bancos, fue así como nació un programa piloto que lideró el propio Yunus para dar crédito a los pobres.
 El llevar a la práctica una especie de “institución financiera para los pobres” era una auténtica locura en 1976, y por varios años el programa piloto operó como una especie de caja de microcréditos hasta que fue tomando forma, ganando credibilidad y respeto, para ser finalmente reconocido  como banco en los primeros años de la década de los ochenta.
 Con el paso del tiempo se consolidó el banco más famoso de los pobres: el Grameen Bank como  modelo a exportar a otros países, ejemplo útil de que el crédito debe romper condiciones sociales y elitistas; cortar la dependencia a programas del gobierno operados en bancos de segundo piso; y dar otra connotación a que la banca social puede funcionar desde la iniciativa privada, incluso con mayor  eficiencia.
 A mayo del 2006, el Grameen Bank reportó  6.6 millones de clientes, el 97%  son mujeres. La institución cuenta con dos mil 226 oficinas y proporciona servicios a 71 mil 371 villas, es decir, prácticamente cubre más del 100% de Bangladesh.
 A lo largo de su historia ha prestado 5 mil 700 millones de dólares de los que han sido devueltos (pagados por los clientes) 5 mil millones de dólares y su funcionamiento se basa en conceder préstamos que van desde 75 hasta  tres mil dólares.
 La institución goza de gran prestigio en el ámbito global gracias a que los microcréditos han permitido sacar de la pobreza a 11 millones de personas en uno de los países más atrasados del mundo.  El reconocimiento llega directamente hacia su creador: Muhammad Yunus, recientemente galardonado con el premio Nobel de la Paz, que digámoslo, fue una forma polite de compensarle el mérito que debió tener con el Nobel de Economía.
A COLACIÓN
 La fórmula Yunus, la del banco de los pobres, rompe los esquemas tradicionales de los altos intereses, el papeleo, los avales, y la serie de requisitos que una persona debe demostrar ante una institución financiera para lograr un crédito.
 Y es que el economista  bengalí responde a una lógica de la realidad cotidiana: una persona rechazada por una institución financiera generalmente busca otros canales de financiamiento, bastante más caros y peligrosamente informales.
 Igualmente hay millones de personas que nunca se han parado en un banco porque saben bien que no aplican para las solicitudes o bien por temor a no entender el lenguaje financiero. Estas personas buscan préstamos en otros canales, primero con la gente más cercana, generalmente familiares; luego con el más pudiente de la cuadra, la colonia o la comunidad; o bien con las cajas rurales informales o en un Monte Pío. La vía alterna al financiamiento fuera de los canales formales es por característica más riesgosa, no hay freno alguno para el agiotismo, y la garantía en prenda prácticamente nunca se recupera.
 ¿Cuál es la fórmula mágica del Grameen? Es una perfecta combinación de los siguientes ingredientes: 1) Préstamos en pequeñas cantidades pagaderos a plazos de un mes, mes y medio o dos meses. 2) Atención a todo tipo de personas sumidas en un rango de pobreza:  menos de un dólar diario hasta tres dólares de ingreso promedio. 3) Favorece el empoderamiento de la mujer al considerarla su cliente favorito y primordialmente por ser el eje del grupo familiar, factor de  la administración de los pocos recursos y la persona que sabe de los gastos y necesidades básicas del hogar. 4) De una u otra forma la mujer siempre tiende a buscar formas de ahorro  en pequeño en especie de tandas, además está demostrado que a diferencia del varón es más cumplida en los mecanismos de pago de deudas, en tiempo y forma; no despilfarra los recursos; adopta compromisos monetarios para determinados fines  y los lleva a cabo. 5) El banco se ahorra una serie de costos en procesos administrativos al no investigar a sus clientes, ni solicitar aval, bienes en prenda o garantía, o requisitos que implican un papeleo que es una carga administrativa y un freno en la agilización de los servicios. 6) Los créditos concedidos son a la palabra, es decir, la palabra es el empeño máximo, la garantía de que el deudor cumplirá en la forma y el tiempo estipulado. 7) Es un punto muy importante, el banco no presta dinero para que la gente compre bienes de consumo, proporciona financiamiento para construir un futuro a partir de la adquisición de insumos para la producción. 8) Una forma de romper el binomio pobreza y baja educación es atendida por el Grameen con asesoría y orientación a sus clientes de cómo utilizar el dinero para  talleres artesanales, tiendas de abarrotes, talleres de hilados, encurtidos; etc.
GALIMATÍAS
 La respuesta a la problemática de la pobreza no es la de soltar créditos a diestra y siniestra o bien paliar con subsidios, hay que tener paciencia, enseñarle a la gente el aprovechamiento de los talentos adquiridos por herencia, sacarles provecho, y capacitarlos en administración.
 La experiencia de Yunus puede ser aplicable a México. En materia de microcréditos las líneas de acción siguen constreñidas al sector público, a la parte de la banca de segundo piso, con el detrimento de ser créditos que demoran en entregarse a los solicitantes y que traen la trampa de altas tasas de interés. Si el gobierno dejara a un lado la visión de usura en los apalancamientos y orientara a la gente que está recibiendo remesas,  tendríamos una forma de ir labrando un futuro más promisorio para millones de familias en las comunidades rurales que dejaron de trabajar el  campo, y que no saben precisamente qué hacer  con los migradólares. Lo negativo es usar las remesas para comprar bienes de consumo, es una actitud en fomento para beneplácito de las empresas de autoservicios y electrodomésticos.

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