Pobres más pobres

POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia

-Pobres más pobres
-Ricos más ricos
-ENIGH, brecha enorme

 Finalmente la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) salió tras días de retrasos, ensimismada en el misterio de las cuentas que no cuadran, matizada por el INEGI al calificar de manera técnica que “las percepciones de los sectores más pobres del país disminuyeron entre el 2004 y el 2005”. En el  lenguaje cotidiano significa que en México los pobres son más pobres.
 Según la encuesta, en el 2004 el ingreso corriente trimestral por persona de la población más necesitada era de mil 323 pesos, cifra que en el 2005 redujo en 49 pesos, una disminución del 3.7 por ciento.
En contraste: los ingresos del sector más rico de la población aumentaron en mil 118 pesos por persona, un 3% a  40 mil 390 pesos.
A pesar de que el INEGI intentó suavizar la información, los comentarios contrarios a la política social del presidente Vicente Fox surgieron en avalancha, al igual que los análisis publicados dando cuenta del fracaso del programa de la pobreza.
En una introspección objetiva del fenómeno de la pobreza, el presidente Fox es en parte un receptor de una herencia negativa formada al calor de los años, incrementada en los últimos 25 años, aunque  el político guanajuatense no logra escaparse del banquillo de los acusados dado que, durante el sexenio que él presidió, se  aceleró el boom de las remesas, la expulsión de mexicanos hacia Estados Unidos y el drama social de otros males derivados de la miseria.
Así es que Fox no es culpable de la pobreza, pero no se salva de su participación en ésta, con todo y la reformulación de la metodología para cuantificarla, de la reestructuración  de la aplicación y orientación de los subsidios, la continuidad del neoliberalismo en este sexenio fue la más grande traición para todos los mexicanos que el 2 de julio del 2000 votaron por un cambio, no sólo de estafeta política, fundamentalmente buscando otra vía económica menos lacerante y más correctiva de las desigualdades.
Al no existir un verdadero cambio, el presidente se acomodó a los dictados del mercado y gobernó acompañado de toda la vieja podredumbre política, los resultados son contundentes: los pobres más pobres, tres millones de mexicanos salieron a la Unión Americana, la clase media sobrevive gracias al endeudamiento bancario, el más importante el crédito al consumo vía tarjeta bancaria (está más endeudada que en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari) y los ricos son más ricos con empresarios translatinos; y otra capa más exclusiva de multimillonarios y archimillonarios.
El diagnóstico es de un claro problema de distribución del ingreso, el pastel no está siendo repartido en mejores porciones, de manera más equitativa, y en tanto no surjan los  correctivos, el rico seguirá teniendo para sí la tajada más grande y el pobre la añorará o la imaginará.
En este sentido mi preocupación como economista es lo que acontece con la clase media y el llamado estrato bajo. De no darse en el próximo sexenio las bases para una corrección en la distribución del ingreso, en diez años habrá una mayor depauperación en los niveles del poder adquisitivo de la clase media y más gente caerá en la trampa de la pobreza.
Al estar la clase media en la parte de relleno del “sándwich social” sus perspectivas  son poco alentadoras en el futuro inmediato porque para subir a otro estrato de ingreso requiere de un ascenso laboral con notable mejoría salarial; unificar percepciones en el caso de formar un hogar; volverse empresario, y para tal fin hacer cálculos que le tripliquen el nivel de ingreso en comparación con la nómina que le pagaba la empresa; o bien experimentar una amplia  revolución fiscal favorable.
 La clase media es la que menos pivotes de escape tiene, por ejemplo es raro que alguien de la familia emigre de manera ilegal, pase tantos avatares y riesgos para cruzar al otro lado; y trabajando, en lo que sea, envíe semana con semana dólares a su familia. 
 Todo lo contrario, los pobres tienen el pivote de las remesas por sus familiares en Estados Unidos.
Esta amplia capa de la población  en México experimenta un escenario más complejo que demanda mayor astucia de los investigadores y asesores encargados de elaborar los programas sociales del gobierno.
 Muchas veces me pregunto: ¿Qué es lo que quieren los pobres? Algunas veces se las hago verbalmente y no encuentro una sola idea concreta de cómo ayudarlos, porque unos quieren subsidios, los viejos subsidios priístas del mínimo esfuerzo a cambio de actos de presencia política. Sabemos bien que la tendencia de los subsidios gira a favor de las transferencias condicionadas.
 Otros más quieren trabajo y salario bien remunerado para  comprar una casa a crédito, tener un negocio, simplemente salir adelante, a ellos los frena no tener educación, no saber leer, ni escribir, no contar con instrucción adecuada.
Otro grupo se cansó de la pobreza generacional saben que “el sistema” no ayudó a sus abuelos, les falló a sus padres y ellos no están dispuestos a esperar al gobernante que quizá en México les haga la justicia de Zapata, ellos prefieren dejar las parcelas e irse a trabajar de lo que sea en Estados Unidos.
GALIMATÍAS
 Mientras no se corrija la desigualdad en la repartición de la riqueza en México tendremos millonarios más multimillonarios.
Anótelo bien para el próximo sexenio: en la carrera fulgurante del empresario Ricardo Salinas Pliego, dueño de TV Azteca, Grupo Elektra y otros consorcios, como apunta la acumulación de capital  pasará a ubicarse entre los millonarios VIP de la  preciada lista de los cien de Forbes.
 Cabe anotar que en este sexenio le fue muy bien a la elite empresarial, se acomodaron perfectamente “al cambio”, resultaron muy favorecidos y bastante cobijados. La llamada Ley Televisa es una prueba de los mimos. Carlos Slim Helú pasó a ser el  tercer hombre más rico del mundo, la escalada  fue mágica: en el 2003 tenía  13 mil 900 millones de dólares; en el 2004,  23 mil 800 millones de dólares y en el 2005,  30 mil millones de dólares.
 También Salinas Pliego dio un brincote al pasar, en el 2005, al lugar 221 con 3 mil 100 millones de dólares tras ubicarse un año antes entre los 500 millonarios del planeta. Incluso Salinas Pliego  desbancó en capital acumulado a Emilio Azcárraga Jean situado en el 2005, según Forbes, en el ranking 451 de los millonarios con mil 700 millones de dólares.
En este país que reparte mal, le pregunto a usted amigo lector, ¿en qué mejoró económicamente en estos seis años? Haga su balance y respóndalo, ¿cuántas cosas logró en términos cuantitativos por la vía de su ingreso, constante y sonante? Se la voy a poner más fácil: ¿por lo menos conservó el trabajo con el que comenzó el sexenio?

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