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Un libro que sin duda
generará una gran
polémica en el ámbito
cultural de nuestro país
Foto: Azteca21
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Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21
Ciudad de México. 27 de septiembre de 2006. Cada día, la simulación se está convirtiendo en una característica de nuestra cotidianidad. Representar o aparentar lo que no se es pareciera el signo de estos tiempos aciagos. Y esto lacera al país, a las instituciones, a las personas. El daño causado quizá sea cuantificable, pero lo peor, me parece, es que resulta letalmente irreversible.
En “MataSari. Tribulaciones de la cultura en el sexenio de Fox” (Grijalbo, México, 2006), Gloria López Morales, su autora, narra en tono de bolero una serie de atropellos y calamidades que padeció durante su desempeño al frente de la Coordinación de Patrimonio Cultural, Desarrollo y Turismo del CONACULTA, en cuya creación y logros mucho tuvo que ver, a pesar del vía crucis que también le significó a su término.
La doctora López Morales, con valentía y conocimiento de causa, revela en este libro lo que, para miles de creadores, artistas y personas, es un secreto a voces: la ineficacia y pésima gestión de Sari Bermúdez al frente de la institución rectora de la política cultural del país, cuyos antípodas, paradójicamente, son la construcción de la biblioteca Vasconcelos en Buenavista y el intento de incorporar a la cocina mexicana a la lista de patrimonio cultural de la UNESCO, respectivamente.
Pero este libro es también el testimonio honesto, sincero y doloroso de una mexicana destacada que creyó en la nueva etapa política que se iniciaba en México en el año 2000, cuando unos pregonados tiempos de cambio llegarían a todos los ámbitos de la vida nacional. Oh, decepción. Este libro contribuye, como muchos más lo han hecho ya, a documentar que ese eslogan político sólo era una falacia, vil propaganda. Habladuría pura.
Duele constatar –nuevamente– que casi nada cambió, y lo que cambió fue para empeorar la situación cultural. Aún no desaparecen del ambiente los repiques del cacareado cambio, cuando ya empiezan a mostrarse sus falsedades, sus simulaciones, sus excesos. Todo esto se muestra fehacientemente en este libro que, bien mirado, lejos de ser una forma de venganza personal, es el grito de alerta para que los mexicanos valoremos la importancia que tiene nuestra cultura per se, así como también ante los ojos del mundo. Y tratar de evitar que se repita, como bien dice la autora, esta sarta de agravios.
Tal vez no suceda nada después de la publicación de “MataSari”, como también se ha vuelto lesiva costumbre, pero lo cierto es que urge poner en el lugar que se merece, dentro de las políticas de Estado, a la cultura. Nuestros artistas, nuestro país, se lo merecen. Y este amargo recordatorio es algo que debemos a la trayectoria y al auténtico amor por su país de la doctora Gloria López Morales, que resaltan a través de las páginas de este libro, de lectura indispensable e imprescindible para todos aquellos que hacen, viven, disfrutan, dirigen y reflexionan la cultura en México.
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