“Huasteca”, tercer disco de la “Antología del Son de México”

¡Viva el huapango!, un
disco imprescindible para todos
aquellos investigadores y
seguidores del son huasteco
 Foto: Azteca21

Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21

Ciudad de México. 25 de septiembre de 2006. ¡Viva el huapango! Este grito sale de la garganta espontáneo y potente al escuchar cada uno de los veinte temas que integran “Huasteca” (México, 2002), el tercero de los discos de la espléndida colección que Discos Corasón reeditó en ese año, denominada “Antología del son de México”.

Tras escucharla, resulta evidente que esta compilación es una fuente imprescindible para todos aquellos investigadores y seguidores del son huasteco, una fuente de conocimiento musical y una fuente de placer por las magníficas versiones y los extraordinarios tríos –excepcionalmente un dueto debido a la escasez de violinistas en un poblado poblano– que conforman este valioso legado musical.

Sí, esto es evidente, pero no por eso debemos soslayar su importancia. Incluso, muchas ocasiones, por “evidente” dejamos de insistir en la relevancia de ciertos asuntos. No, este disco –toda la “Antología”– es una joya musical de México. Y debemos insistir en ello. Prefiero el pecado de la insistencia que el de la indiferencia –cobijado no pocas veces por su “evidencia”–. Los hacedores de los tres discos de la “Antología” –que, insisto, se puede adquirir completa o cada disco por separado– son Eduardo Llerenas, Enrique Ramírez de Arellano y Baruj Lieberman, amén de los artistas antologados.

Y ya que estamos en ello, otros aspectos que debemos mencionar de la antología son el diseño gráfico, que aúna la belleza a lo funcional, y las notas introductorias –útiles y aleccionadoras– acerca de los orígenes y características del son en México, de las variaciones regionales, así como los breves pero eficaces comentarios que acompañan a la letra de cada son. Por supuesto, todo lo anterior se aplica en el caso de “Huasteca”.

Este tercer disco de la “Antología del son de México” incluye muchos de los temas que son esenciales en el repertorio huasteco, algunos interpretados de manera magistral, irrepetible, única. Si bien es sabido que la música es un arte que transcurre en el tiempo, que se hace y crea su fascinación en el mismo instante en que se esparce por el espacio, –de ahí otra “evidencia” con traje de lugar común: “la música es mejor escucharla en vivo”– es innegable también que esa fascinación actúa de distinta forma en cada escucha y cuya atracción se debe a variadas y múltiples causas. A mí, en lo personal –valga la redundancia–, me fascina este disco por esa sensación de autenticidad, de vino viejo en odre viejo, de genuina tradición. Por la experiencia estética que me produce y que también es intransferible, única, diferente en cada ocasión.

Sí, sé que esta “Antología” es ampliamente conocida y valorada por los amantes de la música tradicional mexicana y de la música mexicana en general, pero insisto: no está de más difundir más lo nuestro. Quizá, para los muchos mexicanos que desconocen la existencia de esta “Antología”, estos discos resulten la botella encontrada en el mar que guarda el secreto de un maravilloso tesoro. Así sea. Además, créalo, las sorpresas gratas no serán pocas en el recorrido.

Los veinte temas de “Huasteca” son “La llorona”, “El fandanguito”, con el Trío Huasteco del Pánuco; “El tepetzintleco”, Trío Regional Huasteco; “Las poblanitas”, Trío Huasteco Veracruzano; “El gallo”, Trío Los Parientes; “El caimán”, “La pasión”, Trío Los Rancheros del Pánuco; “El bejuquito”, Trío Cantores de la Sierra; “La Rosita”, Trío Renacimiento Huasteco; “La malagueña”, Trío de Pánuco, “Los chiles verdes”, Abacúm Fernández y Reveriano Soto; “El apasionado”, “El San Lorenzo”, “La huasanga”, Trío Los Camperos Huastecos; “El sentimiento”, “El sacamandú”, Trío Cantores del Pánuco; “El gusto”, Trío Los Camalotes; “La petenera”, Trío Cantores de la Huasteca; “El llorar”, Trío Tamazunchale, y “La araña”, Trío Las Tres Huastecas.

Comentarios a esta nota: Gregorio Martínez Moctezuma

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