Un lustro no ilustre
Un lustro no ilustre
Por: Isaac Biggio
LONDRES. Hace cinco años casi todos los países del mundo se unieron a EEUU en su dolor y para apoyarlo en atacar Afganistán. Si hace un lustro el fundamentalismo islámico era visto como el enemigo común por casi toda la humanidad, hoy el nacionalismo musulmán se ha revitalizado.
Las invasiones a Afganistán, Iraq y Líbano han desgastado a EEUU y a sus aliados. Mientras es el Papa quien hoy debe pedir perdón al Islam por haber producido la ira de sus nacionalistas, Bush debe contemplar cómo en el quinto aniversario del 11-S el único vecino enemigo suyo (Cuba) se convertía en el anfitrión del mayor bloque de países dentro de las Naciones Unidas: los No Alineados.
La XIV Cumbre, además, ha aprobado su solidaridad con Cuba, Bolivia y Venezuela (los dolores de cabeza de Bush en su “patio trasero”), así como con Irán, y el derecho de las naciones a dotarse de plantas atómicas para “uso pacífico”. Mientras Castro presidirá a los No Al hasta el 2009, Chávez habría asegurado su sitial en el Consejo de Seguridad 2007-2008.
Mientras Blair prepara maletas, los neoconservadores en EEUU apuntan a ser derrotados en las elecciones congresales. A un lustro del 11-S, Bush tiene una perspectiva nada ilustre.