Autos y ecología, puede ser

Por la espiral
Claudia Luna Palencia

-Autos y ecología, puede ser
-Más ventas. Responsabilidad
-Los autos más ecológicos

Es indudable el peso específico de la industria automotriz dentro de la economía, generación de la riqueza, creación de valor agregado, aportación al empleo y la derrama que la propia actividad provoca en otras áreas de la producción.
 Al mismo tiempo es general la crisis de la industria automotriz a nivel global (antes gozaba de mayores periodos de auge) con un comportamiento marcado por una arritmia en su ciclo de producción y  las ventas masivas.
 La competencia global ha puesto en mayor evidencia a la producción automotriz, otrora boyante, ante la necesidad de abatir costos y crear innovaciones para llegar a los bolsillos de los consumidores, a una masa de estrecho poder adquisitivo, no siempre enrolada en el mercado formal, muchas veces ni siquiera pertenecientes a un segmento bancarizado.
 Además de esta  muralla, la industria automotriz tiene otro segundo frente igual de complicado al que responder, la necesidad de una adecuación tecnológica ante los retos ambientales y energéticos. La implicación adicional es dedicar parte del presupuesto a investigación de técnicas, tecnologías y combustibles para adaptar a los vehículos ante las inminentes prioridades.
 En México se avanza poco y de manera lenta en la aplicación de cambios, primero en el marco jurídico para provocar que la industria automotriz extranjera que trabaja con manos mexicanas e insumos nacionales adopte criterios a favor de la reconversión de las energías y la menor emisión de partículas contaminantes.
 Se sabe poco al respecto, además desafortunadamente este sexenio a punto de fenecer hizo casi nada en materia ecológico-ambiental ligado a la producción industrial para obligar a un cambio, por medio de un marco jurídico que sanciona y que a la vez estimula fiscalmente a los productores limpios.
 Mientras tanto, a diferencia de otros años el 2005 y el 2006  han resultado más favorecedores para la industria automotriz,  en México se reportan aumentos en la producción y en las ventas.
 Por ejemplo, en agosto pasado, a tasa anual, la producción de vehículos subió 19.5% y las exportaciones 38.2 por ciento. En tanto, las ventas al público avanzaron 0.6% y a la red de distribuidores 4.9 por ciento.
En el acumulado del año se registraron los siguientes crecimientos anuales: producción 34.3%, exportaciones 46.8%, venta a distribuidores 0.3% y ventas al público 0.6 por ciento.
La producción de vehículos pasó de 150 mil 189 unidades en agosto del año pasado, a 179 mil 527 unidades en agosto del 2006 (crecimiento de 19.5%) y en el acumulado el avance es de 34.3% (al aumentar de 976.5 mil vehículos en 2005 a 1.31 millones de vehículos en 2006).
Las ventas al menudeo reportaron un crecimiento anual de 0.6%, acumulando en el año 707 mil 559 vehículos vendidos (0.6% de crecimiento anual).
Por su parte, las ventas al mayoreo fueron de 91 mil 458 unidades (crecimiento anual de 4.9%), sumando 691 mil 770 unidades en los primeros ochos meses.
A COLACIÓN
 Mientras crece la producción de vehículos, por otro lado, sigue retrasada la legislación ambiental en detrimento claro está de los habitantes de las grandes urbes que respiran una serie de contaminantes cuyos efectos en la salud son casi siempre nocivos. 
 Un pionero en la ley ambiental fue el presidente Miguel de la Madrid. En los primeros meses de 1998 el entonces mandatario envío al Legislativo una propuesta de ley para buscar el equilibrio ecológico por la emanación de gases contaminantes.
 El Legislativo aprobó la iniciativa misma que fue publicada en el Diario Oficial de la Federación el 25 de noviembre de 1988 como “Ley general del equilibrio ecológico y la protección al ambiente en materia de prevención y control de la contaminación de la atmósfera”.
A dicha ley se han añadido pocas actualizaciones y créame amigo lector que estamos detenidos en el marco de hace 18 años como si no tuviéramos suficientes retos ambientales, un disparo en el parque vehicular a nivel nacional, un problema no  exclusivo del Distrito Federal, o de las grandes urbes, más bien  palpable a lo largo y ancho del territorio.
Entre las modificaciones a la ley ecológica de De la Madrid tenemos minucias poco sustanciales como la liderada por Alberto Cárdenas Jiménez, cuando fue titular de la Semarnat, con el  instructivo y formato de cédula de operación anual al  reglamento de la ley general del equilibrio ecológico y la protección al ambiente en materia de registro de emisiones y transferencia de contaminantes.
La intención es que la cédula sea presentada a la Semarnat dentro del periodo comprendido entre el primero  de enero al 30 de abril de cada año.
A pesar de esta modificación, en los hechos, las acciones han sido nulas, ya lo dijo recientemente Greenpeace al reprobar en materia ambiental al sexenio del presidente Vicente Fox. “No hicieron nada, nada”.
SERPIENTES Y ESCALERAS
Autos y ecología parece una combinación difícil de lograr, casi improbable, pero no imposible, la creatividad del ser humano está a prueba.
Los países subidos al tren de la modernidad corroboran que el transporte masivo puede ser poco contaminante, silencioso e independiente de las energías no renovables. Alemania, Japón, Australia, Hong Kong, incluso Curitiba en Brasil proporcionan diversos ejemplos.
En cuestión del transporte particular, la industria automotriz investiga las celdas solares, el hidrógeno o el biodiesel. Podemos anticipar que las primeras tres décadas del siglo XXI marcarán un hito en la historia automotriz, al menos de los vehículos que estamos acostumbrados a utilizar.
En México algunos autos contienen la llamada tecnología híbrida, es decir, se mueven gracias a dos motores combinados como  son el Civic y el Accord.
Con el afán de promover e impulsar el uso a nivel mundial de los vehículos más ecológicos, recientemente la Asociación Powertrain (APS) publicó un estudio sobre los treinta vehículos más ecológicos que hay en el mercado destacando a Volkswagen, Honda, Toyota y Ford.
De acuerdo con APS, los  modelos con mejor puntuación y por lo tanto, los más limpios con el medioambiente, han resultado ser: el Toyota Prius (89 sobre 100), el Honda Civic IMA (83 sobre 100) y el Opel Signum (79 sobre 100), empatado en resultados con el Toyota Avensis 2.0 D.  Los dos primeros vehículos (Prius y Civic IMA) utilizan la denominada tecnología híbrida, consistente en la incorporación de dos motores, uno eléctrico y otro gasolina, lo que supone un importante avance medioambiental.
Le sugiero amigo lector que si su presupuesto se lo permite elija un auto híbrido o ecológico.

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