“Una taza de consuelo para las mujeres”, bálsamo para la vida cotidiana

Un libro para viajar
al variopinto
 mundo femenino
Foto: Azteca21

Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21

Ciudad de México. 16 de septiembre de 2006. De la manera más impensada e inesperada llegó a mis manos un libro cuya lectura me brindó cierta alegría interna difícil de explicar. Sé que la lectura es una experiencia personal intransferible, única, pero también sé que se puede compartir parte de esa experiencia y así contribuir, de algún modo, al fomento de este hábito. En cualquier caso, leer es una invitación al viaje, ¿y a quién no le gusta viajar?

El libro en cuestión se titula “Una taza de consuelo para las mujeres” (Grijalbo, México, 2004) y lleva el subtítulo de “Historias que celebran la fuerza y la sensibilidad femenina”, el cual fue escrito por mujeres y editado por Collen Sell. Por supuesto, yo no soy mujer, pero en realidad el libro es para los lectores –hombre o mujer– que están dispuestos a dejarse cautivar por la belleza y sencillez de la vida cotidiana, pues de esto trata el libro.

Quizá para ciertas personas –sobre todo mujeres– resulte anticuado o nada feminista; podría ser. Sin embargo, si lo lee uno sin prejuicios, puede ser una buena oportunidad para apreciar mejor la vida, para agradecer por ella y, tal vez, para cambiar ciertas actitudes o pensamientos negativos. Ya lo dije antes: leer es un viaje, que puede ser aburrido, interesante, pleno de aventuras y conocimiento, o intrascendente. En realidad, me parece, la experiencia del viaje depende más del viajero que de otra cosa.

En cuanto al contenido del libro, podemos encontrar todo tipo de historias –muy en el contexto del “american way of life”, pero, en este mundo globalizado y muy uniforme ya desde hace un rato, las historias relatadas no nos resultan nada ajenas o fuera de nuestro contexto vital, pues eso son: historias de vida–, desde la mujer que va a entrar a “las cuatro décadas”, hasta la joven que está a punto de contraer matrimonio por vez primera, y ambas comparten incertidumbres, temores, pero también ilusiones y certezas.

Otro factor que vale la pena mencionar es que son historias que tienen la cualidad de ser contadas en un tono intimista, casi como en un murmullo, entre amigas, a la hora del café o té o de la sobremesa. Son breves. Además, la compiladora buscó que la selección reflejara los diversos aspectos o momentos decisivos que enfrentan las mujeres de carne y hueso –aquí cabe señalar un “pero”: sí se extrañan las historias más actuales, más “reales”, por ejemplo, las similares a la de una mujer como Kate Moss o Carmen Campuzano, no sólo las que pasa “cualquier mujer común y corriente” clasemediera–.

Ya se aproximan el fin de año y todas las emociones que implica. Es tiempo de diversión, de reunión familiar, de vacaciones… y de reflexión. “Taza de consuelo para las mujeres”, más allá de sus limitaciones, es un libro con una virtud: nos recuerda a cada momento que la vida es una sola y que cada momento que vivimos es una oportunidad de ser mejores personas. Y esto es algo que yo agradezco de su lectura.

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