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Stephanie García y Tlathui Maza en un
momento de la representación
Foto: Cortesía de Gloria Minauro
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Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21
Ciudad de México. 16 de septiembre de 2006. Una pareja de bailarines –Stephanie García y Tlathui Maza– se desliza, enérgica y puntualmente, sobre el escenario que simula, con trazos en el piso desnudo, el interior de una casa o departamento donde destacan una cama, una enorme ventana, una escalera, una puerta… donde da la impresión de que nunca terminan de encontrarse, a pesar de tener contacto constante y hasta un acercamiento erótico, sensual.
Con apoyo de una adecuada iluminación y movimientos muy emparentados con el teatro, la pareja joven no logra embonar ni reflejar alegría o amor, sino más bien momentos de hastío, de hartazgo, de indiferencia. Pareciera que sus intentos de comunicarse y acoplarse están condenados, irremisiblemente, al fracaso, a la soledad compartida. A estar juntos pero solos, como si todo lo que intenten resultará inútil, vacío de sentido, porque nuestra actual forma de vida pareciera carecer de este último.
Quizás esto es lo que busca comunicar al espectador la coreógrafa Magdalena Brezzo con su más reciente coreografía, “Chocolate”, la cual basa su fuerza expresiva en el movimiento corporal, en la impecable ejecución de los bailarines, con una iluminación efectiva y un apoyo sonoro mínimo, que tratan de subrayar las emociones –o su posible ausencia– que subyacen en los actos de un hombre y una mujer jóvenes que tal vez también sean el reflejo de la pareja, de la sociedad contemporáneas.
Con instantes de inmovilidad escénica que redundan, a mi parecer, en detrimento de la tensión dramática, “Chocolate” –el porqué del título no me quedó claro después de presenciar el espectáculo dancístico– nos ofrece una propuesta llena de significación y de búsqueda para encontrar nuevos cauces a la sensibilidad y a la necesidad de transmitir situaciones y emociones que forman parte de nuestra –¿inevitable?– cotidianidad.
“Chocolate”, de Magdalena Brezzo, con la compañía de danza contemporánea Camerino 4 –de la que Brezzo es directora–, inició temporada los lunes de septiembre –4, 11, 18 y 25– en el Teatro de la Danza, del Centro Cultural del Bosque, a partir de las 20 horas.
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