Homenaje a Guillermo Cházaro Lagos, leyenda viviente del son jarocho

Guillermo Cházaro
Lagos, ‘Don Guillo’,
imponente decimero
jarocho, se mostró
satisfecho y contento
 Foto: Gregorio Martínez
 M./Azteca 21

Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21

Ciudad de México. 28 de agosto de 2006. El pasado fin de semana se llevó a cabo el primer Festival de la Décima “Guillermo Cházaro Lagos”, instituido en honor del homónimo decimero veracruzano, auténtica leyenda viviente de esta expresión poético-musical, en el Patio Jacaranda del Museo Nacional de Culturas Populares (MNCP), en Coyoacán.

Guillermo Cházaro Lagos, “Don Guillo”, como es conocido este imponente decimero, se mostró satisfecho y contento durante este primer festival –organizado por la organización “Que siga el fandango” y Luis Miguel Cruz Lara–, que busca seguir el ejemplo del Encuentro Nacional de Decimeros y Jaraneros que se realiza cada año en Tlacotalpan, Veracruz.

Las actividades dieron comienzo a partir de las 13 horas y concluyeron después de las ocho de la noche, entre las que se puede mencionar un taller de décima y la participación musical de grupos como La semilla, Neutle, Ariles, La zafra, Los parientes de Playa Vicente, Matanga, Estanzuela, Balajú, Siquisirí, y los decimeros Ulises Trejo Amador, Francisco Camacho Morfín, Socorro Terán Beltrán, Porfirio Rosado Galó, Honorio Robledo, Melania Jiménez Reyes, la espontánea Samarcanda, Eduardo Álvarez Yamada, Diego de Jesús Cruz Lara –quien también fungió como maestro de ceremonias– y, por supuesto, el propio homenajeado.

También cabe señalar la presencia de Salvador “el Negro” Ojeda –a quien Diego de Jesús calificó como “Nuestro máximo folclorista, privilegiado cantor, invitado especial de este homenaje, quien animó el primer encuentro de jaraneros en Tlacotalpan, Veracruz”–. “El Negro”, notoriamente mermado y con un aire amarillento de enfermo, dijo: “Aunque ya estoy retirado de los grandes acontecimientos, no podía perderme este gran acontecimiento como lo es este homenaje. Hace mucho tiempo escuché los ‘Cantos del Papaloapan’, de Guillermo Cházaro Lagos y decidí grabarlos; fue el primer o segundo disco que hice profesionalmente. Por eso quiero evocar a un amigo…: Con el sombrero en la mano/ Y la frente medio gacha…”, recitó emocionado los versos de ese disco conspicuo en su carrera.

El público asistente, que abarrotó el amplio Patio Jacaranda y no se amilanó con el tremendo aguacero que cayó sobre esta parte de la ciudad, aplaudió generosamente a este infatigable difusor de la música tradicional mexicana, especialmente del son jarocho, quien se fundió en un abrazo con su entrañable amigo decimero.

Al filo de las seis de la tarde se procedió a entregar los reconocimientos a las personas involucradas en el homenaje, por lo que el organizador, Luis Miguel Cruz Lara, tomó la palabra: “Muchas gracias, no sólo es un gran evento para la organización Que siga el fandango, sino también para todo sotavento y México, y para el máximo decimero llanero de nuestra tierra, porque todos le queremos hacer un gran homenaje, que va a comenzar por nuestro aplauso. Bravo, don Guillo”, celebró.

Guillermo Cházaro Lagos, alto y apoyado en un bastón, subió al escenario, donde ya lo esperaban Hilario Villegas Sosa, presidente municipal de Tlacotalpan, Alfonso Medina Leyva, síndico municipal, Salvador Miquel Rivera, representante del Gobierno del Estado de Veracruz en el Distrito Federal, Bruno Monroy Melgarejo, representante del Instituto Veracruzano de Cultura, Estela Murguía Caballero, jefa de Difusión Cultural de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Raquel Sosa Elízaga, secretaria de Cultura del Distrito Federal, Francisco Andrade León, secretario del Ayuntamiento de Tlacotalpan, “El Negro”, Fernando Híjar, jefe del Departamento de Promoción a la Creación Popular del MNCP, y Amparo Sevilla Villalobos, directora de Vinculación Regional del CONACULTA.

Guillermo Cházaro Lagos y
algunas personalidades
 reunidas durante su
homenaje en Coyoacán
Foto: Gregorio Martínez
M./Azteca 21

A continuación, el antropólogo Fernando Híjar indicó: “Bienvenidos al MNCP, que desde un inicio en los años ochenta se ha caracterizado por presentar la diversidad cultural de México, de la música popular e indígena, y también desde esos años ha sido un espacio muy importante para el son jarocho, pues en él se han presentado casi todos los grupos de son jarocho que existen en México, y en cuyo gran renacimiento ha tenido que ver el MNCP desde un inicio. Bienvenidos todos, sobre todo el decimero mayor, Guillermo Cházaro Lagos”.

A su vez, Salvador Miquel Rivera señaló: “En nombre del gobernador del estado, Fidel Herrera Beltrán, reciban un saludo, y un muy afectuoso saludo a Don Guillo, por su trayectoria extraordinaria, orgullo de todos los veracruzanos, especialmente de quienes han nacido en la Cuenca del Papaloapan, sobre todo en ese pueblo que es Tlacotalpan. Don Guillermo es un hombre que nos ha dado alegría y nos ha enseñado el maravilloso poder de la palabra, es algo que apreciamos y nos permite vivir mejor y entendernos mejor. No hay palabras para agradecerle por todo lo que ha hecho por la felicidad de tantos veracruzanos y muchas personas más”.

Por su parte, Hilario Villegas Sosa dijo: “Sólo quiero manifestar públicamente, a nombre del Ayuntamiento que me toca presidir, nuestra gran satisfacción por este homenaje merecidísimo a un hombre que ha trascendido el tiempo y el espacio, un hombre que ha puesto en alto el nombre no sólo de Veracruz, sino también el de México, don Guillermo Cházaro Lagos”.

Luego tocó el turno al hombre que hizo posible, con su vida y su obra, que se cristalizara el enorme esfuerzo de traer ese pedacito de tierra jarocha que es Tlacotalpan a la capital del país, a quien Luis Miguel Cruz Lara presentó, “Con ustedes, el máximo decimero de tierras sotaventinas, Guillermo Cházaro Lagos”.

Don Guillo, dueño de un porte y una lucidez envidiables, se quitó el sombrero para hacer uso de la palabra: “Gracias a todos por su presencia este día, estas satisfacciones que uno recibe trascienden más allá cuando se cree que el alma es inmortal, a todos los jarochos y las jarochas, y desde luego a los que viven en el DF. Yo viví muchos años en la capital de la República, aquí me eduqué, pero el ombligo me lo enterraron en Corral Nuevo, en la hacienda que era primero de los Franyutti y después de los Cházaro, y decía Ángel Gómez, que entró a la casa de Cházaro como empleado a los 13 años y era de Santiago Tuxtla e inseparable de mi papá, que una culebrera de Acayucan tuvo que hacer de partera, y que con un machete redondo me había cortado el ombligo y lo enterró en Corral Nuevo, pero Tlacotalpan es mi patria chica, es la ventana por la que yo por primera vez vi el mundo, y quise a mi patria, a México, a través de mi región, a través de Tlacotalpan. A ésta lo único que le faltó, y lo decía el maestro Arriola Medina, fue ponerle la hache, porque los tlacotalpeños se distinguieron en la lucha cuando el francés pisó la tierra mexicana y quiso invadirnos y nos invadió para establecer el imperio de Maximiliano. Pero los tlacotalpeños, liberales y juaristas, y hablo de mis antepasados también, pelearon virilmente, gallardamente, defendiendo la integridad del territorio patrio. Por cierto, quiero decirles unas décimas que le hice a un gran decimero que era la gloria de Veracruz, y su vasta cultura lo hizo ser también el cronista de la ciudad y puerto de Veracruz, se llamaba Francisco Rivera Ávila, quien después de unos jaraneos describe una terrible inundación en Tlacotalpan, y cómo el jarocho pierde todo: el caballo, la ternera…, su patrimonio, pues, pero todavía le quedan arrestos para echarse un verso campeado:

Te traigo un verso campeado
En cá de Rubén Darío [Bolaños]
De la memoria me fío
Del requinto bien templado
Y del jobo machacado
Que me aclara la garganta
Porque el jarocho que canta
Canta para no llorar
Y no puede improvisar
Si está seca la garganta

Dejo en mi verso llanero
La constancia de mi nombre
El ser jarocho es ser hombre
Ante un sino traicionero
A fuer de mi ser sincero
Doy por mi tierra la vida
La patria comprometida
Supo de antaño mi andanza
Con mi arrojo y con mi lanza
Se mantuvo siempre erguida

Contra cualquier invasor
Opuse la resistencia
Tengo la clara conciencia
De ser dique del traidor
Republicano de honor
Soy juarista hasta las cachas
Y aunque me ponen las tachas
De indolente y jaranero
Nunca he volteado el sombrero
Pa ganarme las garnachas

Soy marinero de bien
Y pescador de fortuna
Cuando en el claro de luna
Voy tendiendo mi tendal
Si el ser libre es algún mal
Que curarse no se pueda
Me quedaré como queda
El hueso en mitad del llano
Soy jarocho soberano
No una carreta sin ruedas

Al buen gobierno
agradezco los honores recibidos
A mis hermanos queridos
La ayuda que no merezco
Mi retinto, de refresco,
Remuda del alazán,
Me vino de Malibrán
Como el trovo jarochero
Que trova el mejor trovero
Paco Rivera el sultán

Veracruz, puerto de mar
Tienes a Paco Rivera
Que en la trova jarochera
Se arremanga pa trovar
Con toda la sal del mar
Con su rebamba bambera
Da la nota bullanguera
De la [¿alhoaca?] y el portal
Veracruz, tienes la sal
Del vate Paco Rivera…

“Perdonen por tomarme más tiempo, porque hay muchos jaraneros que tienen derecho… (‘Tómese el tiempo que quiera’, grita alguien desde el público), pero estas palabras son de agradecimiento para mi entrañable amigo Luis Miguel Cruz Lara, que junto con sus colaboradores organiza este encuentro de jaraneros en este nacional recinto de culturas populares que nos abre sus puertas en el corazón histórico de Coyoacán de todos los tiempos. No quiero pecar de falsa modestia, porque me gana el legítimo orgullo, ya que el encuentro que hoy se realiza llevará mi nombre en la capital de la República. Desde la ciudad de Tlacotalpan, Veracruz, patrimonio cultural de la humanidad, ubicada en la llanura de sotavento, subimos al altiplano, al Valle de Anáhuac, donde se asienta nuestra ciudad de México, para reunirnos los amantes del son jarocho, expresar nuestra identidad regional y las raíces de la cultura mestiza de los jarochos, cultura fraguada en centenares de años por nuestro pueblo, en la región del Papaloapan, del padre río mariposa de las alas de obsidiana de la leyenda olmeca, nahuatlizada por los aztecas, se hará oír y sentir la voz secular de los nuestros, de nuestro folclor, el son jarocho de sotavento, que ha sido creado por los nativos de las orillas de nuestros ríos y de nuestros llanos, sube a la serranía de los Tuxtlas y hasta la sierra de Sochiapan, se oye sonar, en popoluco y náhuatl, la guitarra sonera, la leona bocona de acento grave. Tlacotalpan, la perla del Papaloapan, antaño la llave comercial y el centro cultural de la costa de sotavento, este trovero desea que sigas siendo el centro de reunión de los jarochos, de los jaraneros y versadores en los encuentros de las fiestas de la Candelaria, que celebramos cada año el 31 de enero, 1 y 2 de febrero, la presencia de todos ustedes me llena de alegría y de una satisfacción que no me caben en el pecho, y la agradezco profundamente, y mi familia, con mi señora esposa Blanquita, mis hijos, nietos, y mi bisnieta Rocío Valentina, que no pudo venir, mis hermanos y sobrinos, mis queridos amigos de tantos años y los participantes formamos un coro para decir ¡muchas gracias! y que nuestra madre bendita de la Candelaria nos bendiga”.

Posteriormente, Luis Miguel Cruz Lara pidió a Payo Figueroa y a Diego López Vergara, “gente que ha caminado con don Guillermo un largo trecho en el son, que entreguen el reconocimiento a Don Guillo”. Luego Cruz dio lectura al reconocimiento: “La organización Que siga el fandango rinde homenaje a don Guillermo Cházaro Lagos, insigne poeta del sotavento veracruzano y profuso conocedor de la décima, en el Primer Festival Guillermo Cházaro Lagos”. Enseguida se entregó el respectivo reconocimiento a Miquel Rivera, Hilario Villegas, Amparo Sevilla Villalobos, Estela Murguía, Bruno Monroy, Fernando Híjar, Salvador Negro Ojeda, y al profesor Oscar Martín Herrera, entre otros que unieron esfuerzos para la celebración del homenaje.

El fandango siguió, con su música alegre y sus décimas decidoras, con el cadencioso vaivén de las bailadoras y el sonoro zapateo en la tarima, con los toritos, tamales, bocoles y zacahuiles, con la alegría jarocha en su máxima expresión en el Distrito Federal. Antes de que las luces y la bulla se apagaran, hablamos con cuatro de los nueve hijos de don Guillermo y con uno de sus yernos. He aquí sus palabras respecto del homenaje y de su padre.

Rocío: “Me parece muy bien el homenaje, hermosísimo, muy merecido. A mi papá le han hecho muchos, pero éste es el primer encuentro que lleva su nombre, y ya se va a quedar el Festival Guillermo Cházaro Lagos para hacerse cada año. Fue algo muy padre, pues a pesar del aguacero y los pies empapados, la gente no se rajó, aguantó vara todo el mundo; muy padre porque, como se ve, hay mucha gente joven y un movimiento muy vigoroso. Mi papá ya viaja menos, vive entre Tlacotalpan y Xalapa, como ya está muy grande, ya se siente de modo diferente cada homenaje. Yo soy bailadora y también mi hija; escribimos décimas otra de mis hermanas, Miriam, y yo, pero no queremos publicar aún nada… A mi papá hay que estarle publicando casi a diario…”.

Jaime: “N’ombre, muy bien, muy bonito el homenaje, es uno de tantos que le han hecho, pero éste es muy importante, sobre todo porque va a ser aquí en Coyoacán, en el DF, donde hay un movimiento muy grande de muchos que no son de allá, pero a los que ha jalado el son, la décima y el son… muchos jóvenes. Ojalá sea lo primero que prenda la mecha, el primero y no el último festival, cada año, cada 19 de agosto. Siento mucho orgullo, todo el orgullo del mundo, pues más que nada mi papá es un amigo, mi principal amigo, un viejazo, mi diablo… Qué te puedo decir, es una persona fuera de serie, muy culta, que lee muchos libros de actualidad, de historia, se los bebe… A mí me llevaría leer uno dos semanas; a él, cuatro días. Tiene mejor memoria que yo, es increíble y tengo la fortuna de siempre estar junto a él, de llevarlos a todos lados, desde el doctor al súper, porque tengo la fortuna de tenerlos a los dos, a mi mamá y a mi papá, les voy a dar todo, lo que me duren, y espero que sea mucho tiempo más…”.

Atzari (la hija menor): “El homenaje me gustó mucho, sobre todo porque se pretende hacer cada año y así se le da espacio a los nuevos grupos, a las nuevas generaciones, y eso es muy importante, que los chavos tengan muy arraigado el son veracruzano, que quieran exponer su música, especialmente ahora que hay fusiones y evolución del son. La verdad mi papá me encanta, es como un historiador oral, un poco como los historiadores que son como cuentistas. Sus décimas son como historias, como cuando antes los ancianos indígenas se sentaban y les contaban a los niños sus experiencias e historias. Para mí las décimas son eso, porque parte de sus décimas son parte de su realidad, es como si fuera un cronista. Entre mi papá y yo hay mucha diferencia de edad, él tiene 87 años y yo, 35, de esa manera me cuenta sus vivencias y parte de la historia de México que vivió”.

Guillermo Ríos, escritor, actor, director –actualmente está en cartelera su obra “Perras”, en el teatro Wilberto Cantón– y yerno de Don Guillo, pues está casado con Atzari, nos comenta acerca de su célebre tocayo: “Soy su ferviente admirador, es un hombre brillante, inteligente, íntegro, con un sentido de identidad impresionante. Creo que su familia lo refleja muy bien, en la cual confluyen lo negro, lo blanco y lo indio. Es un hombre orgullosísimo de sus raíces indias e hispanas; ellos por el apellido provienen de Rumania, y de sus raíces negras, entre sus hijas las verás, se ve la mezcla, van del rubio de ojo azul al negro de ojo verde. Yo creo en la identidad, en estos momentos de tanta crisis en que nos estamos perdiendo, me parece que este tipo de fiesta nos da raíz, nos recuerda quiénes somos y nos lo recuerda de una manera festiva, la cual pienso que es la que más nos puede funcionar en estos tiempos”.

Comentarios a esta nota: Gregorio Martínez Moctezuma

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