La caída de Plutón y la revolución ‘cósmica’ de Praga (2a parte)

La caída de Plutón y la revolución ‘cósmica’ de Praga (2a parte)

Por Isaac Bigio
www.bigio.org

La nueva revolución de Praga
 
El congreso de Praga tuvo más de veinte veces más votos que las Naciones Unidas. A diferencia de la ONU no decidió sobre este planeta sino sobre el concepto de lo que son planetas.

Praga nuevamente volvió a ser protagonista de un gran cambio internacional. En 1918 cuando se convirtió por primera vez en capital de una república,  el mundo estaba saliendo de la I Guerra Mundial y Washington y Moscú propagandizaban la nueva teoría del derecho a las naciones a la autodeterminación con lo cual una serie de naciones sin estado adquirieron el rango de naciones soberanas.

Casi 90 años después Praga ha sido el escenario en el cual una serie de cuerpos del sistema solar que se mantenían marginados adquieren el rango de ser considerados como planetas (aunque de tipo ‘enano’).

Los planetas ‘clásicos’ se habrán reducido a ocho pero ahora irrumpirá una nueva ola de ‘planetas enanos’ que merecerá una nueva atención (o, en el caso de Ceres, una nueva investigación).

Hasta hace poco a los escolares se les enseñaba que en nuestro sistema solar estaban el sol y la luna más los 9 planetas. Hoy, la ciencia ha ampliado dicho limitado horizonte.

Hoy hay tres categorías: 1) planetas ‘clásicos’: cuatro de roca (Mercurio, Venus, Tierra y Marte) y cuatro gigantes de gas: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno); 2) planetas ‘enanos’ (en los cinturones de asteroides y de Kuiper y posiblemente más allá de éste); 3) objetos menores del sistema solar.

Sin embargo, ahora se empieza a estudiar más a fondo a las lunas (solo 3 de ellas están en los planetas internos o rocosos mientras casi 150 de éstas orbitan los 4 gigantes de gas). Nuevas teorías contemplan que la vida es más probable que surja en lunas de superficie heladas cerca a gigantes de gas que en planetas templados como el nuestro. Esta vida, sin embargo, estaría en los mares internos de lunas cuya superficie es helada (pues está lejos de un sol) pero su interior es hirviente (debido, entre otras cosas, a la presión atmosférica de los planetas masivos de gas).

Mientras es casi imposible que los humanos lleguen a entrar en la atmósfera repleta de tormentas ultraveloces de los 4 gigantes de gas, sí es factible que lleguemos a colonizar algunas de sus lunas donde podrían haber agua que usemos para sobrevivir.

Un sistema solar más rico de lo esperado

Con el tiempo se ha ido demostrando que aparte de los planetas y la lunas, y los ocasionales cometas, el sistema solar es mucho más rico. Alguns teorías creen que existen pequeños asterorides en la órbita de Mercurio que, por su cercanía al sol, son denominados vulcanoides. Existen unos 10,000 asterorides alrededor de la tierra, uno de ellos puede haber sido el autor del mega-impacto que hace 65 millones de años habría exterminado a los dinosaurios.

Entre Marte y Júpiter no solo hay decenas de miles de asterorides (algunos con sus propias lunas) sino uno (o quizás más) planetas enanos.

En la órbita de Júpiter hay también otros asteroides a quienes se denomina troyanos. También Neptuno tiene sus propios asterorides troyanos. Entre ambos planetas (que son el quinto y octavo) existen unos planeotoides helados a quienes se conoce como centauros (y de los cuales gran parte, sino todos, serían cometas).

Toda la zona que va desde el sol hasta Neptuno es menor a la compuesta por el cinturón de Kuiper repleto de objetos helados similares a Plutón. Esa zona se mide en 30 UA (Unidades Astronómicas, una de éstas equivale a la distancia entre el sol y la tierra). Entre 30 y 50 UA se encuentra el vasto cinturón de Kuiper donde está Plutón (a 38 UA) y millones de otros cuerpos helados subdivididos entre plutinos, cubewanos y twotinos.

Atravezando parte de este cinturón y llegando a las 150 AU se encuentra el disco disperso. Más allá se encuentra envolviendo como una burbuja a todo el sistema solar la nube de Oort que esté entre 50,000 y 100,000 AU, y a la cuarta parte de la distancia hacia la siguiente estrella. En ésta se encuentra un trillón de objetos, incluyendo muchos cometas, los que, a medida que se acercan al sol van quemando su hielo y generando una nube estelar.

Los damoclinos son asterorides que, al igual que los cometas, tienen órbitas elípticas que van desde ecarcarse mucho al sol hasta dispararse hacia lejanas distancias, pero que, a diferencia de los cometas, no generan colas.

Sedna, una de las candidatas a ser un planeta enano, estaría incluso más allá del cinturón de Kuiper y del disco disperso para ser considerado, tal vez, parte de la zona interna de la nube de Oort.

El reciente descubrimiento de un cuerpo tan grande a tan larga ddistancia del sol plantea la posibilidad que se encuentren pronto a decenas de grandes cuerpos del tipo de Plutón incluso fuera del cinturón de Kuiper.

La importancia de dichos cambios

Mientras el grueso de la media se centra en informar acerca de la noticia de la desclasificación de Plutón lo importante es concentrarse en el nuevo giro que va tomando la astronomía que va descubriendo un sistema solar con trillone so cuatrillones de objetos.

Si antes la ciencia se centraba en los planetas, ahora hay un interés marcado hacia conocer los otros objetos: lunas que pueden albergar vida, Ceres que puede tener cinco veces más agua dulce que la Tierra, planetas enanos en la periferie solar y cometas que vienen desde los rincones más apartados del sistema solar y quienes pueden haber sido los catalizadores de la vida en la Tierra.
 
La guerra que hoy hemos visto en torno a como clasificar a los planetas puede en u futuro ser real. A medida que avance la ciencia, la exploración espacial y los cambios sociales es posible que las nuevas potencias que antes se repartieron América, Asia y Africa, luego quieran disputarse asterorides, lunas y planetas como si fueran las nuevas islas del Caribe.

Con seguridad en los próximos meses se irán dando nuevos hallazgos. La humanidad recién gatea en su comprensión del espacio. En relación al cosmos que nos rodea no hemos llegado si quiera a la revolución neolítica con la cual los primeros humanos empezaron a usar la piedra para hacer punzantes utensilios.

En la ‘guerra de las galaxias’ el emperador terminó siendo derrocado y con ello la humanidad se ‘liberó’. La ‘guerra de los planetas’ no ha sido violenta pero tampoco ficticia. En ésta Plutón pudo haber perdido su cetro pero la humanidad viene ganando una mejor comprensión de lo que es el sistema solar del que forma parte.

 
(*) Isaac Bigio ha sido premio a la excelencia de Dillons (Waterstone), la mayor librería británica. Ha sido considerado como el columnista latinoamericano más citado en la web.

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