Parálisis inconveniente

Por la espiral
Claudia Luna Palencia

-Parálisis inconveniente
-Democracia al bolsillo
-Todo lo que no hicimos

A unos días del Sexto Informe de Gobierno, en medio de la expectación suscitada por el entorno político, creo que muchos cuestionamos hasta dónde el relajamiento institucional es un síntoma de democracia o más bien de anarquía.
 Es una pregunta que no puede quedarse sin respuesta, y ante la que debemos insistir entre quienes gobiernan, para evitar peligrosas confusiones en un país todavía en pañales en el terreno democrático, donde el desencanto no debe proliferar en amenaza real sobre de una población que tiene todo el derecho de decidir democráticamente su destino político e igualmente las decisiones estructurales en la  vía económica.
 Lo hemos dicho insistentemente: en esta ruta de doloroso aprendizaje, de una reforma política electoral y de Estado inacabada, es tiempo ya de elevar a la Constitución la impronta de democratizar las decisiones económicas a partir de tomar en cuenta la voz y el voto de la ciudadanía en plebiscitos.
 No es únicamente la certeza de un proceso, es además brindar a la ciudadanía canales reales para facilitar instrumentos de mayor participación y aglutinamiento que permitan  una sociedad con determinado grado de poder, lo que significa  el verdadero palpitar de hacer valer la voluntad de la mayoría en el terreno político y económico.
La democracia tiene que llegar a los bolsillos de los mexicanos dejando de lado las odiosas decisiones entre cúpulas empresariales, de gabinete o las negociaciones bilaterales o trilaterales al más alto nivel.
El costo de una democracia simulada en todos los terrenos, el político y el económico, pasa factura a la ciudadanía en su calidad de vida, en su conciencia social, en el desencanto por esperar demasiado de los gobiernos, para obtener nada a cambio. Por los quince minutos que se vuelven una eternidad y que terminan minando la fuerza del elector, el que elige su destino en una urna.
Y es posiblemente hoy, al cuarto para las doce de este sexenio a punto de fenecer, que nuestro nerviosismo no esconde nuestros temores porque no podemos engañarnos, sabemos muy bien que el 2 de julio del 2000, tuvimos un parto indoloro hacia una democracia simulada que pasó de un partido a otro en el poder pero que siguió cimentada en la misma estructura podrida de décadas atrás de corrupción para beneplácito de muchos grupos que lo único que hicieron fueron reacomodarse llenos de privilegios “en el cambio”.
Nos merecemos ser escuchados, tomados en cuenta, y respetados en la voluntad que predomine. Una ciudadanía madura deberá exigir actores políticos más comprometidos y leyes claras para ser aplicadas en tiempos de peligrosa confusión anárquica, donde hasta el presidente justifica su ausencia y la del Ejecutivo convocando a un espíritu demócrata, aunque medio país esté vuelto de cabeza.
A COLACIÓN
 Decíamos columnas atrás de toda la liquidez que nos llegó en miles de millones de dólares este sexenio, por diversas vías que hemos comentado recurrentemente, y que, a falta de planeación y directriz económica, no supimos capitalizar. Los desperdiciamos.
 ¿De qué nos hemos perdido? Del futuro.
 Hace un año precisamente escribí eufórica por el anuncio de Pedro Cerisola, titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), sobre la licitación para la construcción del tren de alta velocidad México-Guadalajara.
 Entonces el proyecto estimado era de un gasto de 12 mil millones de dólares.  Las valuaciones preeliminares contemplaban una distancia de 600 kilómetros entre las ciudades de México-Querétaro-Irapuato-León-Guadalajara.
 Era un muy buen inicio para un país geográficamente atrasado en materia de vías de comunicación, en un rubro como el ferroviario donde el referente sigue siendo Porfirio Díaz.
 Incluso realizamos otras propuestas de enlace con un tren bala: 1) La ruta Sur-Sureste: Distrito Federal-Puebla-Córdoba-Veracruz-Coatzacoalcos-Villahermosa-Ciudad del Carmen-Campeche-Mérida-Cancún.  2) La ruta del Centro, con extensión del tren de Guadalajara a Morelia. 3) La ruta del Norte: México-Querétaro-San Luis Potosí-Saltillo-Matamoros a Reynosa. 4) La ruta Fronteriza: Tijuana-Mexicali-Ciudad Juárez-Piedras Negras-Nuevo Laredo-Reynosa hasta Matamoros.
 Pero (siempre hay uno) en los primeros meses del 2006, Cerisola dio un paso atrás al proyecto por considerarlo “inviable financieramente para realizar el megaproyecto de 600 kilómetros de longitud”.
 Vaya silogismo: es inviable comenzar la modernización del país, pero no es inviable que los mexicanos paguemos el robo del Fobaproa-IPAB. Por tanto, hay que financiar la corrupción pero no la modernidad.
 Con los excedentes petroleros recibidos anualmente en este sexenio se pudo haber financiado las cuatro rutas que proponemos.
 Nuevamente quedamos de noche en infraestructura que traería enormes beneficios de todo tipo para los mexicanos.
GALIMATIAS
 En este tiempo mal gastado, con dinero que no sabemos a dónde fue a parar, le explico amigo lector, lo que otros países como España han hecho en este tenor.
 Seguramente recordará el primer conflicto con San Salvador Atenco por la construcción de un aeropuerto alterno al de la ciudad de México, finalmente paralizado ante la mano blandengue del Gobierno Federal, y la falta de actores negociadores.
 No hubo aeropuerto. En España, uno de los primeros países más importantes en turismo, llevan a cabo las obras de ampliación del aeropuerto de Barajas, considerado el mayor proyecto civil en Europa (1.3 kilómetros de longitud).
 Al finalizar las obras, cuatro nuevas pistas permitirán alcanzar una capacidad de 120 movimientos por hora, con menor impacto acústico y dar servicio a 70 millones de pasajeros al año.
 En cuestión de carreteras, en la nueva autopista de peaje Eje de Barajas, entre las carreteras M-110 y M-40 habrá un  sistema de telepeaje, sin necesidad de detener el vehículo. El paso será gratuito de 12 horas a 18 horas.
 Otra obra de conexiones ha sido la ampliación de las líneas del metro, casi todas las que confluyen en la ciudad, siendo la más importante la línea 8 que enlaza la estación de Nuevos Ministerios con el aeropuerto de Barajas, recorrido que demora 15 minutos, desde el centro de Madrid hasta la terminal.
 En tren se terminó la ruta de enlace de alta velocidad del AVE a Zaragoza, y siguen las construcciones para la alta velocidad a Barcelona.
 P.D. Ahora será Argentina el primer país en América Latina en tener un tren bala. Comenzaron con la licitación para unir las ciudades de Buenos Aires, Rosario y Córdoba.

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