Manuel Esperón interpreta al piano “Amorcito, corazón”, para inaugurar fonoteca que lleva su nombre

El CD contiene
joyas musicales de
valor incalculable
Foto: Julieta Sánchez Q./Azteca 21

Por Julieta Sánchez Quiroz
Reportera Azteca 21

Ciudad de México. 17 de agosto de 2006. Manuel Esperón, a los 95 años de edad, se acerca a su viejo amigo, el piano que ha sido colocado en la Sala Silvestre Revueltas de los Estudios Churubusco Azteca. Lo saluda. Es el mismo en el que compusiera algunas de sus más de 450 melodías para cine.

Es el cómplice que lo acompañó en sus momentos de inspiración, donde naciera, por ejemplo, “Amorcito, corazón”, tema del filme “Nosotros los pobres”. El maestro pide una silla e interpreta esta misma pieza para inaugurar oficialmente la Fonoteca del Cine Nacional que llevará su nombre.

“Es un reconocimiento a Manuel Esperón por su gran obra musical, la cual contribuyó a que el cine mexicano se conociera por todo el mundo y que conquistara el mercado hispanoamericano”, declaró Mario Aguiñaga, director general de Estudios Churubusco Azteca, institución que auspicia la fonoteca.

Agregó que este acervo servirá para rescatar toda la música de nuestro cine. Hasta hoy, dijo, se han remasterizado mil 813 canciones, de las aproximadamente 4 mil 500 realizadas para el cine en la época comprendida entre 1950 y 1970. De éstas, se incluyen 90 películas musicalizadas por el maestro Manuel Esperón (casi el 20 por ciento de su obra cinematográfica); 81, por Raúl Lavista; 93, por Antonio Díaz Conde; 118, por Sergio Guerrero, y 176, por Gustavo César Carrión. Todos ellos son reconocidos compositores del cine mexicano.

En conferencia de prensa, Aguiñaga explicó que el rescate de material para continuar con el enriquecimiento del acervo sonoro del país continuará en la próxima administración de los Estudios Churubusco, pues el primer paso se ha dado con la creación de esta fonoteca dedicada en exclusiva al cine.

Esta idea surgió por la investigadora francesa Sybille Hayem, quien en 1998 inició la ardua tarea de solicitar apoyo para la compilación de temas de películas. Alfredo Joskowicz, entonces director de Estudios Churubusco (actual director del Imcine), le permitió revisar una gran cantidad de cintas guardadas en las bodegas de éstos, de donde se rescató una parte significativa. Después, Hayem visitó a los diferentes productores musicales de la época para continuar su propósito al solicitarles apoyo.

En el 2002, el proyecto pasó a manos de Emilio Hernández, entonces director de la Fonoteca del Instituto Nacional Indigenista, ya que Hayem regresó a su país.

Hernández declaró que hay grabaciones de muy buena calidad, suficiente para resguardarlas en formatos actuales. Muestra de ello es el CD llamado Tras las cámaras… la música. La música en el cine mexicano, que reúne 22 playbacks, además de las pizarras que indican título de la canción y número de la toma en la que se incluiría en la película (ritual que se hacía para controlar las pistas grabadas), así como las equivocaciones que en su momento cometieron los intérpretes.

La selección corrió a cargo del propio Aguiñaga, Emilio Hernández y José Rodríguez. En ellas se podrá escuchar a Germán Valdés “Tin Tan” con “Azul pintado de azul”, Manuel “El loco” Valdés con “Médico brujo“, Agustín Lara con “Aventurera”, Antonio Aguilar con “Corrido del norteño”, Lola Beltrán con “México lindo y querido”, por citar algunos.

Todas estas piezas, que integran el material discográfico, fueron tomadas de las grabaciones originales para el cine. Éstas seguían un procedimiento conocido como la técnica del playback: se grababan en vivo –músicos e intérpretes– en una sola sesión y en formato monoaural; desde luego, esto se hacía antes de que se filmara la escena.

Cabe aclarar que la remasterización ha sido una tarea difícil, solventada gracias al técnico René Ruiz. Él se encargó de arreglar aparatos de los años 50 y 60 para lograrlo y poder escuchar los acetatos. El material anterior a esos años no fue posible preservar, pues todo se filmaba directamente en la película de nitrato; al no conservarse en condiciones especiales, podría convertirse en nitroglicerina, material inflamable, explicó Aguiñaga.

Se anunció que este proyecto, la Fonoteca Nacional del Cine Mexicano “Manuel Esperón”, se inscribirá en el programa “Memorias del mundo” que auspicia la UNESCO.

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