La radicalización de los musulmanes nativos

Por: Isaac Biggio

La radicalización de los musulmanes nativos
 
Peter Taylor, autor de ‘La Nueva Al Qaeda’ dice que no es casualidad que todos los sospechosos de este atentado sean sunnitas locales. Para él la cuestión Iraq es la que está haciendo empujar a muchos jóvenes musulmanes hacia el radicalismo.

Cuando hace un lustro Al Qaeda voló las Torres Gemelas su audiencia dentro de los musulmanes era reducida. Muchos nacionalistas islámicos (incluyendo Irán y Libia) incluso vieron con buenos ojos el derrocamiento de los talibanes. Sin embargo, a medida que se han visto numerosas matanzas de civiles musulmanes en distintas partes del globo (desde Chechenia hasta Iraq) se ha ido generando una creciente radicalización dentro de los más de mil millones de mahometanos del mundo.

Gerard Barker en The Times (11-8-06) desestima ello aduciendo que ‘nosotros no iniciamos esta guerra cuando invadimos Iraq. Los ataques del 11S fueron planeados no solo antes que nosotros hubiésemos invadido, sino cuando los EEUU estaban haciendo un extraordinario esfuerzo en forjar un acuerdo duradero entre Israel y los palestinos.’

Iraq no produjo las primeras acciones de al Qaeda en el mundo industrializado, pero si ha generado masivas marchas antiguerra y el afloramiento de muchas capas musulmanas nativas de los países desarrollados que sí prestan oido a Al Qaeda.

Según ‘The Finantial Times’  “Islam es la religion que más rápido crece en Europa y los musulmanes son la mayor minoría del continente. Ellos representa hasta un 5% de la población europea. Se espera que el actual total de 20 millones de personas se duplique en 20 años.”

Para muchos musulmanes europeos la democracias que les rodean son hipócritas pues ‘avalan matanzas de musulmanes en Medio Oriente mientras que no controlan una ola de discriminación contra ellos.’

Si bien en los noventas los bosnios y los kosovares contaron con el apoyo de varias potencias europeas, en los últimos conflictos los musulmanes europeos ven como tropas occidentales bombardean Chechenia, Afganistán, Palestina, Iraq y Líbano. Estas dos últimas guerras, en particular, vienen produciendo un creciente rechazo en la población europea.

La radicalización de la juventud étnicamente musulmana ha producido choques callejeros en Francia, Alemania e Inglaterra. También ha ayudado a que se realicen masivas marchas anti-guerra. En ese sector, también, han venido creciendo una minoría que cree que es necesario hacer atentados para provocar una guerra mundial inter-religiosa.

“Fascismo islámico”

Así es como el presidente norteamericano George W Bush ha definido a su enemigo.

Ciertamente el término ‘fascismo’ implica un régimen de partido único para una potencia colonial que busca expandir sus capitales y aplastar a los sindicatos y organizaciones de izquierda. Los diversos nacionalismos islámicos a quienes Bush ponen bajo esa misma categoría no represnetan a ninguna potencia colonial y dentro d eellos hay grandes diferencias: desde el autotarismo clerical y anticomunista de Bin Laden hasta nacionalistas locales que usan bombas humanas pero que se alan a los marxistas o que aceptan el juego electoral.

Christopher Sharp, congresista republicano y jefe de la Comisión Nacional de Seguridad de EEUU, sostiene que “lo que estamos confrontando en Occidente es el terrorismo islámico, ya sea Hiizbola, Hamas, Jihad, la Hermadad (Musulmana), o Al Qaeda, todos son parte de los mismo y es contra ellos quienes estamos combatiendo.”

Esta visión coloca en el mismo campo enemigo como si fueran la misma cosa a Al Qaeda y al actual primer ministro palestino, a parte del gobierno libanés y a fuerzas ligadas a Irán y Siria. Esto genera una estretagia en la que hay que actuar simuláneamente no solo contra Bin Laden y los talibanes, sino también contra partidos legales (como Hamas o Hizbola) que controlan a la mayoría del electorado en sus respectivas poblaciones.

Para Dan Plesch de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos de la Universidad de Londres (SOAS) los “terroristas islámicos aún tienen una base en Pakistán y Afganistán. Al mover el eje de nuestra atención hacia Iraq después del 11-S, le hemos dado a Al Qaeda y a los talibanes el respiro que ahora las tropas británicas están pagando el precio. Además, más gente está ahora preparada  para proveer apoyo tácito a quienes combaten contra EEUU.”

Al mismo tiempo que se desmantelaba el nuevo complot terrorista, el General británico David Richards, comandante en jefe de las fuerzas occidentales en Afganistán, declaraba que su país se estaba envolviendo allí en “el más intenso conflicto desde la guerra coreana” de hace más de medio siglo.

Si en Marzo 2003 Washington y Londres se lanzaron a invadir Iraq es por que pensaban que habían logrado aplastar a Al Qaeda en Afganistán. Sin embargo, en Iraq no solo que pusieron el grueso de su atención sino que allí el incremento de la violencia les ha debilitado. Mientras tanto, el Instituto de Estudios Estratégicos de Londres ha advertido en su informe anual que hay un peligroso recrudecimiento de la insurgencia afgana.

Esta ya no es denominada ‘talibanes más Al Qaeda’, sino ‘fuerzas anticoalición’. Con ello se quiere reconocer que la resistencia afgana agrupa a otros sectores (diversas tribus, productores de amapolas, líderes locales y religiosos, etc.).  Mientras Blair viene retirando algunas tropas de Iraq simultáneamente viene colocando más en Afganistán donde se espera que pronto el Reino Unido tenga allí su mayor fuerza combatiente activa en el mundo.

Democracia occidental vs terrorismo islámico?
 
La tesis de los republicanos de EEUU es que todos los movimientos armados islámicos que chocan con intereses norteamericanos son parte de un mismo enemigo. Esto conduce a una guerra global donde no solo se debe debe combinar combates en Iraq y Afganistán sino abrir un nuevo frente en Líbano queriendo aplastar a Hizbola.

Hamas e Hizbola son muy diferentes a Al Qaeda. La organización de Bin Laden es pan-nacional y clandestina, y lanza ataques indiscriminados contra civiles en el mismo Occidente pues quiere provocar una guerra mundial inter-religiosa. Hamas y Hizbola son partidos nacionales que han ganado elecciones y tienen ministros, parlamentarios y una vasta red de organizaciones de asistencia social. Estas dos últimas lanzan bombas humanas, pero la primera solamente contra civiles y uniformados hebreos, y la segunda hoy solamente contra soldados israelíes. Ambas nunca han atacado ningún objetivo fuera de sus tierras. Hasta hace no mucho el semanario inglés The Economist consideraba que Hizbola estaba mostrando un ejemplo similar al del IRA irlandés en ir abrazando la vía electoral y legal.

Hizbola es un movimiento chiíta (una rama diferente a la sunnita que domina al Islam y a quien Al Qaeda también ataca incluso con atentados indiscriminados contra sus civiles y mezquitas).

La estrategia que el enemigo central es el ‘fascismo islámico’ puede conducir a fortalecer a quienes patrocinan un ‘choque de civilizaciones’ y a ayudar a que al Qaeda logre reclutar musulmanes europeos. Sin embargo, sirve a una política exterior que concibe que el objetivo central pasa por destruir los regímenes porteccionistas o nacionalistas del medio oriente para dar paso a economías abiertas al Mercado y las inversions extranjeras y que por ende se apoyen en democracias liberales.

Al utilizar a Al Qaeda como su Némesis, Bush quiere también generar un demonio central que le permita no solo ir contra los talibanes y luego Saddam Hussein sino contra Irán.

Leave a Reply