Por la espiral
Claudia Luna Palencia
Matices de la inversión directa
Clima de confianza es básico
Bosch ganancias y empleo
La inversión directa fluye de manera más fácil cuando encuentra los alicientes necesarios para quedarse en un lugar, uno de los grandes atractivos tienen que ver con la estabilidad, la certidumbre y el clima de confianza.
Otros coadyuvantes están relacionados con la política y la economía, la parte fiscal, el marco de operación para abrir un negocio (las facilidades o la burocracia), la legislación en la parte de la Ley de Quiebras y el ciclo del retorno del capital.
A diferencia de la inversión participante en la Bolsa Mexicana de Valores, la directa, sea nacional o extranjera, compra activos, enlaza actividades, mueve dinero y en la mayor parte de los casos genera empleos.
En los últimos meses hemos puesto especial énfasis a la reacción de los mercados financieros en el país, en la evolución de los acontecimientos electorales, pre y post, y nos hemos olvidado que si bien el termómetro bursátil refleja el síntoma del momento, la inversión directa es fiel espejo de la confianza en el horizonte del largo plazo.
Ante las actuales circunstancias políticas no perdamos la cabeza siguiendo el sube y baja de la bolsa, voluble por naturaleza, para descansar en ésta la fe sobre del país. Es cierto, los participantes en la bolsa han mantenido sorpresivamente mucha paciencia, no olvidemos que se mueven como cazadores esperando cualquier ruido.
Todo lo contrario debemos mantener en especial atención a la inversión directa, nacional o extranjera, más en estos momentos de bloqueos a las vías de comunicación en la ciudad de México.
El país no está aislado, compite en el mar de la globalización, enfrenta un handicap por la pérdida de competitividad acentuada en el sexenio y el retraso en las reformas de segunda generación guardadas en las curules, son factores dañinos para alejar el olfato empresarial.
Somos un país lleno de oportunidades con demasiadas áreas para detonar en materia empresarial, empero, equivocamos el rumbo en tanto la violencia en todas sus expresiones gane terreno, la incertidumbre política prevalezca, avance la ingobernabilidad y la inseguridad.
La máxima capitalista del “tiempo es dinero” es el eje rector de las empresas sobrevivientes en la voraz competencia de la globalización, por ello es inaudito, ilógico, atentar contra la inversión directa concretada en múltiples negocios en la ciudad de México con el cierre del Paseo de la Reforma, una de las arterias neurálgicas, convertida en improvisado (pero bien organizado) campamento lopezobradorsista.
Es cierto que los ciudadanos tenemos derecho a la certeza de que hubo un proceso electoral democrático y limpio, sin importarnos que la bolsa, el peso y las tasas tengan una racha de volatilidad que la macroeconomía puede soportar por la liquidez en dólares acumulada. Es decir, es defendible, y hasta cierto punto razonable, señalar que por la gobernabilidad futura no podemos dejarnos condicionar por la histeria de los mercados en dado caso que sucediera.
No obstante, estoy en contra que en la presión por la defensa del voto por voto se atente contra el libre tránsito vehicular, secuestren una ciudad y se semiparalice la actividad empresarial en una zona financiera, turística, de servicios y galerías. Es atentar contra la inversión directa, la que existe, la que brinda empleo y paga sueldos y salarios resultado de su propia animosidad.
La violencia social manifestada en una amplia gama de expresiones -como la toma de un espacio que afecta a terceros-, no envía una buena señal, ni para los que ya están, ni para los inversionistas que querían hacerlo, y que lógicamente después de la locura del Paseo de la Reforma aguardarán hasta enero del 2007 o quizá se vayan a otro país donde se cumpla la Ley de forma expedita y de manera fehaciente.
A COLACIÓN
Robert Bosch es un caso real de lo necesario que es la inversión. El año pasado la corporación realizó inversiones en el país por 90 millones de dólares.
La vitalidad de Bosch se basa en la producción de componentes y sistemas automotrices destinados a la exportación, particularmente de productos eléctricos y electrónicos fabricados en sus instalaciones de Toluca y Ciudad Juárez, así como de frenos manufacturados en las plantas de Bosch en San Luis Potosí y Aguascalientes.
Al cierre del año pasado, la plantilla de personal aumentó a 5 mil 339 empleados, con respecto a los 4 mil 862 que tenía en el 2004.
SERPIENTES Y ESCALERAS
El proceso del 2 de julio, el de hace poco más de un mes, sigue dándonos múltiples lecciones: ¡Cuántos errores cometidos y no corregidos a tiempo nos han llevado a este caos de vivir con leyes que no son aplicadas!.
Ya es muy tarde para arrepentirnos por lo de Atenco desde la primera vez que frenaron lo del Aeropuerto, tampoco se siguió con el cauce legal después del desafuero de Andrés Manuel López Obrador, y la Ley está en el papel pero la mano tiembla para ejecutarla.
Otro arrepentimiento tardío: nos faltó una legislación para una segunda vuelta electoral en la ronda Presidencial. ¡Cuántos dolores de cabeza nos estaríamos ahorrando a estas alturas!.
Así como están las cosas envíamos la peor señal para el inversionista que quiere crear infraestructura, hacer negocio, comprar terrenos, etc.
En San Miguel de Allende, Guanajuato, la compra venta de casas y terrenos por gente de Estados Unidos atraviesa un stand by;
En la ciudad de México, el epicentro de la presión para el conteo, las personas con negocios en el Paseo de la Reforma y todo el perímetro de confluencia al Centro Histórico registran pérdidas diarias de 200 millones de pesos por el plantón vehicular perredista.
Es lógico: la obstrucción de las vías de comunicación provoca un malestar en los ciudadanos que allí habitan, el turista extranjero cancela sus viajes, caen las ventas y las empresas enfrentan el pago de la nómina de sus empleados.
Víctor Cisneros, vicepresidente de Turismo de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) denunció que el plantón perredista ha dejado la cancelación de 3 mil 400 cuartos de hotel y seis congresos.
La ocupación hotelera cayó 80% en la llamada “ciudad de la esperanza”. La Asociación de Hoteles y el Consejo Empresarial Turístico de la ciudad de México estimaron pérdidas de 12 millones de dólares diarios dentro del sector.
Sí es una pena, sí esto no le gusta al inversionista serio que participa y hace girar la microeconomía. México puede pagar cuotas muy altas, veamos a Bolivia con desinversiones.
Para evitarlo debemos trabajar en el clima de confianza que a todos nos conviene: el de hacer cumplir la Ley.