Proyecto común para México
Por la espiral
Claudia Luna Palencia
-Proyecto común para México
-Calderón agenda de encuentros
-Afuera explicaciones del proceso
El mundo no detiene su paso por el conflicto postelectoral interno en México, cuya resolución descansa en manos del Tribunal Federal Electoral. Y mientras aguardamos hasta el 6 de septiembre, la esfera global, en su vorágine, nos arrastra a otro frente bélico localizado entre Israel y el Líbano que, aunque geográficamente distante, sus efectos económicos serán un boomerang para todos, por el lado del petróleo y el impacto en el crecimiento de la llamada “aldea global”.
Muy al contrario del escenario externo que impactó a buena parte del sexenio del presidente Ernesto Zedillo marcado por una constante caída del precio internacional del petróleo, astringencia de capitales y crisis financiera en diversos países y regiones específicamente en Rusia, en el sexenio del presidente Vicente Fox el entorno internacional belicista primero en Afganistán, luego en Irak, ha impulsado a los petroprecios a una carrera con sendos beneficios para México en ingresos extraordinarios a pesar de que también existen los efectos negativos por la interrelación sostenida en la importación de insumos, bienes intermedios y finales.
La verdad es que, hasta el momento, es marginal el impacto negativo del shock de oferta petrolero en nuestra economía tanto por el lado de la inflación, como de la dinámica económica.
Del entorno petrolero hemos recibido miles de millones de dólares no contemplados, un bálsamo de holgura para el presupuesto y los ingresos del gobierno. Es una pena el desaprovechamiento de los ingresos extraordinarios que debieron ser canalizados a la construcción de infraestructura y no desperdigados como sucedió entre el Fonden y otros gastos que a la fecha el Gobierno Federal no ha transparentado, ni siquiera dado a conocer. En el limbo y la maraña de cuentas, al menos 100 mil millones de dólares.
Mientras que el presidente Fox prepara la vuelta de hoja en el mandato que le tocó encabezar, el Sexto Informe de Gobierno (que ya se prepara) tiene en paréntesis la decisión del presidente de acudir, como es tradición, a entregar al Congreso de la Unión el grueso del informe previa presentación de posturas entre los representantes de las fracciones partidistas; lectura de un extracto de contenidos por parte del presidente de cara a la Nación; para una posterior respuesta por un legislador seleccionado. Esta tradición podría modificarse en este último informe dependiendo de lo álgido del tono postelectoral por el descontento del PRD.
Si a Felipe Calderón lo están insultando en la calle, Fox presto para irse, no puede salir bien librado de acudir al Congreso. Entre paréntesis y corchetes, el Sexto Informe podría únicamente ser enviado al Congreso acompañado de una carta de presentación. El protocolo presidencialista puede desaparecer.
A COLACIÓN
Calderón atraviesa una situación indeseable para cualquiera con ganas de gobernar, no es posible salir a la calle y recibir injurias y majaderías para luego ingresar a un salón y rodearse de aplausos de los líderes empresariales, sindicales y de diversos sectores obrero patronales. Cuidado porque la calle tiene más poder del que verdaderamente hemos sopesado.
Las felicitaciones como presidente electo han amainado sobre todo después de que el Vaticano decidió esperar a que termine el desahogo del Trife y de que el presidente Fox señaló a la prensa extranjera en su reciente viaje por Europa que todavía no está definida la elección, y dedicó varios minutos para explicar todo el procedimiento.
No obstante Fox asegura que es improbable que cambie el resultado de Calderón con la ventaja en votos. Lo mismo consideran todos los panistas atentos al llamado de Calderón o de Josefina Vázquez Mota para ocupar un cargo dentro del próximo gabinete.
Por lo pronto en corto, Calderón y Vázquez Mota, trabajan en desarrollar el “proyecto común para México”, redefinen los ámbitos de acción de algunas Secretarías de Estado, estudian la aparición de otras dependencias y reforzar a la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) que muy a fondo conoce Vázquez Mota.
La intención en la parte social es continuar cambiando los programas de subsidios a la oferta y la demanda que son herencia de gobiernos priístas por las transferencias monetarias condicionadas. La vocación de la derecha es de cero concesión de gratuidades: quien quiera salud pública que la pague, lo mismo en las pensiones o en las “ayudas” para un taller artesanal.
Primordialmente, en los últimos 6 años, comenzó a romperse el viejo esquema monolítico de los subsidios a la pobreza a cambio de las transferencias monetarias condicionadas avaladas por organismos como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo y objeto de estudio en el campo de acción por parte de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe que cada vez resalta más el ejemplo de México en el nuevo enfoque del tratamiento de la pobreza.
El proyecto de Calderón incluye generalizar las transferencias, dar más créditos mediante la banca de segundo piso formada por áreas gubernamentales.
Otra parte del “proyecto común para México” descansará en más programas para dar facilidades a la gente que recibe remesas para que compre una casa de interés social; reciba créditos privados para remodelar o ampliar casa; y en la parte de hacer productivo el dinero de las remesas instalar programas de orientación para que la gente en las comunidades sean dueñas de talleres, misceláneas o restaurantes bajo el concepto del turismo rural.
Los panistas plantean los chiringuitos españoles en las zonas rurales abandonadas por la migración de la mano de obra masculina hacia Estados Unidos, aprovechando la amplia presencia de mujeres receptoras de los migradólares. Me parece que sería más funcional detonar los paladares cubanos.
P.D. Total que el proyecto común, todavía en pañales, deberá considerar el peso del escenario internacional en nuestra economía.
A considerar: la inestabilidad geopolítica mantendrá altos los petroprecios (recursos extraordinarios para México), Estados Unidos y otras economías industriales podrían resentir efectos negativos desacelerando el motor del crecimiento (impacto en la balanza comercial de México) salvo que la economía de guerra siga funcionando como hasta ahora de propulsor alterno para Estados Unidos (entonces los efectos en el crecimiento de México no serán tan drásticos). En todo caso el proyecto común deberá contemplar proyectos de aprovechamiento real de los excedentes en la construcción de infraestructura, que en este sexenio pasaron de noche.