Que vote el bolsillo

Por la espiral
Claudia Luna Palencia

-Que vote el bolsillo
-Banca la gran beneficiada
-Endeudados hasta los dientes

Es tiempo para las evaluaciones previas al 2 de julio, las que miran de manera introspectiva a la microeconomía alejada de las cifras rimbombantes de la estabilidad macroeconómica y los excedentes en dólares recibidos por varios canales. Es menester hacerlo previo a las urnas.
 En tanto la macro es presuntuosa y los mercados financieros sortean los vaivenes por la volatilidad externa y el nerviosismo preelectoral interno, el bolsillo de los mexicanos vive una dañina dependencia al crédito al consumo, hipotecario y empresarial.
 El fracaso por revaluar sueldos y salarios, junto con el reestablecimiento de las prestaciones caídas, es compensado con el crédito y el financiamiento bancario.
 Si todos los días viviéramos de nuestra liquidez, la que obtenemos producto de la nómina semanal, quincenal o mensual, ¿por qué estamos tan endeudados? ¿Por qué de nuevo tantos créditos contratados que nos sujetan a vivir encadenados al uso de la  tarjeta para pagar el súper, el cine, la ropa, los útiles escolares; lo mismo que la casa adquirida en hipoteca, el coche comprado con financiamiento,  la universidad pagada a crédito o la maestría?.
 Píenselo bien amigo lector, detenidamente y varias  veces, en este acto de reflexión: ¿Nos cumplieron  lo prometido? Es cierto, cambiamos de partido en el poder, pero no de modelo neoliberal, no de lid económica, y hoy estamos todos otra vez tan endeudados que a la gente le aterra pensar en el escenario de 1994 y 1995 con una crisis y tasas de interés superiores al 100 por ciento.
Nadie quiere perder su casa, su coche, ni la aparente estabilidad provista por vivir del crédito, por vivir de la  tienda de raya que hincha de ganancias a la banca extranjera y también a los oligarcas nacionales.
 Nuestra microeconomía respira en cómodas mensualidades a tasas que quintuplican las de los créditos en Estados Unidos y sextuplican las que contratan los consumidores europeos.
 Sin mentiras de por medio, los pendientes más acuciosos de empleo formal y salario bien remunerado a la altura de los socios comerciales, siguieron sin cumplirse.
SERPIENTES Y ESCALERAS
 La ausencia de liquidez por los bajos sueldos y salarios y lo inestable que se comporta el mercado laboral encontraron en el crédito un salvavidas para sortear los días o las semanas, sin el metálico y el billete suficiente. Siempre en esta columna hemos insistido que no debe utilizarse el crédito al consumo como una extensión del salario, no obstante, sé que la realidad es distinta.
Dada la estrechez de la microeconomía, hemos sorteado estos 6 años con estiras y aflojas, midiéndonos el cinturón y recurriendo al “tarjetazo”. Gracias a que los bancos volvieron a abrir los créditos hemos librado la asfixia a la economía personal y familiar.
 ¿Qué nos dicen los números? Los de los bancos son francamente exitosos, con claros indicios de quiénes han dominado el negocio en este sexenio, a manga ancha.
 Me quedé impresionada con las cifras del Boletín Estadístico de la Banca Múltiple que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) presenta cada trimestre. En la consulta que realizamos al boletín de diciembre del 2000, diciembre del 2005 y marzo del 2006 pudimos corroborar que los banqueros extranjeros deben estar felices de lo bien que les fue con el llamado “gobierno del cambio”.
 En cuestión de utilidades, en diciembre del 2000, la banca reportó ganancias por 13 mil 474 millones de pesos; en diciembre del 2005 éstas subieron de manera exorbitante hasta 47 mil 999 millones de pesos, es decir, un crecimiento del 256.23 por ciento. ¿Qué banca extranjera en este momento logra tales beneficios en este mundo tan difícil? Únicamente pasa en México y sucede a costa de otorgar créditos a tasas caras y  servicios con comisiones altísimas más el cobro del IVA.
 El oligopolio bancario funciona ante las narices de la Comisión Federal  de Competencia y de las quejas tibias, fuera de tiempo, de Guillermo Ortiz Martínez, gobernador del Banco de México.
 En materia de créditos la frase de “nos soltaron la llave del crédito” que presume el presidente Vicente Fox es, nuevamente, un llamado de alerta por los niveles de endeudamiento de la sociedad mexicana.
 En diciembre del 2000 el saldo de la cartera de la banca en créditos comerciales fue de 283 mil 749.83 millones de pesos, a marzo del 2006 el saldo subió a 428 mil 917.3 millones de pesos, un 51.16 por ciento.
 En el rubro del crédito al consumo, en diciembre del 2000, el saldo fue de 35 mil 958.30 millones de pesos y en marzo del 2006 el saldo ascendió a 281 mil 963.8 millones de pesos, revelador de un crecimiento impresionante: de 684.14 por ciento.
 En el segmento del crédito  a la vivienda, el saldo en diciembre del 2000 fue de 112 mil 526.20 millones de pesos y para marzo del 2006 el saldo creció 70.94% a 192 mil 360.6 millones de pesos.
GALIMATÍAS
 Nunca como ahora tanta protección al capital extranjero oligarca y al capital nacional que se mueve en dominancia entre el monopolio, el duopolio e igual en oligarquía.
 ¿A qué le llaman que no hay crisis? ¿A qué le llaman que llevamos 10 años de estabilidad?
 Dice Fernando Savater, filosófo y escritor español, en su libro “Los Diez Mandamientos del Siglo XXI”, que quizá a la población en tiempos electorales le gusta escuchar una catarata de promesas, la mayoría seguramente incumplibles. Savater indica un punto totalmente cierto: no habría candidato ganador si en lugar de escuchar grandes engaños, hubiera grandes verdades, que situaran a la población frente a los desafíos del Gobierno.
 Más allá de las resoluciones falsas de los 15 minutos, el riesgo de las mentiras surge cuando los gobernantes comienzan a meter mano en las dependencias encargadas de condensar las estadísticas.
 El país mágico que desdibujó Carlos Salinas de Gortari, cuando fue presidente de 1988 a 1994, encuentra gran paralelismo con el del presidente Fox. Es significativo en el brazo social, el maquillaje de las cifras de la pobreza, el desempleo y los alcances sociales en datos de la Sedesol y el INEGI.
 Similitudes entre ambos gobiernos, de distintos partidos en el poder, pero que convergen en la intolerancia, la persecución de la libertad de expresión, la piel sensible a la crítica, el exceso de uso de los recursos del poder para proteger a la familia presidencial y favorecer a los amigos. Los vicios que tanto condenamos.
 La película del país mejor la tuvimos con Salinas de Gortari y fue entonces cuando se entregó a México y nos hipotecamos, como sucede actualmente con  nuestro bolsillo.
Agradezco sus comentarios a:claulunpalencia@yahoo.com

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