La periodista Cristina Pacheco presenta su nuevo libro infantil “Se vende burro”

 La periodista Cristina Pacheco presenta su nuevo libro infantil “Se vende burro”
Portada del nuevo libro
presentado por 
Cristina Pacheco
Foto:Internet

México; 26 de Junio de 2006.-Las historias escritas para los niños "no tienen que ser condescendientes y endulzar falsadamente" la realidad que viven los infantes, sino deben ayudarles a "entender" como es su situación, consideró hoy aquí la escritora y periodista Cristina Pacheco, después de presentar su libro infantil "Se vende burro".

En entrevista, Pacheco estimó que dar historias "rosas" a los niños, es faltarles al respeto "creando fantasías que son totalmente imposibles" y que se vuelven "concesiones muy fáciles".

"Yo creo que las historias no tienen que se condescendientes, no creo que debamos endulzarles a los niños falsamente la vida, hay que prepararlos para entenderla cómo es, para saber cómo es, yo no dijo que hay que ser duros, que hay que ser ásperos, pero simplemente no faltarles al respeto creando fantasías que son totalmente imposibles", manifestó.

Acompa;ada por niños y adultos, la periodista presentó hoy su primer libro infantil "Se vende burro" (Editorial Porrúa), en el que cuenta de manera ágil y sencilla la historia de una familia humilde que por razones económicas debe deshacerse del borrico que les ayuda en las labores domésticas y con el que su hijo Roberto se ha encariñado.

Completamente ilustrado por Isabel Arnaud, el pequeño tomo que inaugura la colección Gusano de Luz, de Porrúa Infantil, aborda la necesidad de comprender a cierta edad el hecho de separarse de las cosas que se quieren y entender que la situación en la que se vive, en ocasiones orilla a dirigirse por caminos que no siempre son los más deseados.

En el libro, comentó Pacheco, "inevitablemente hay una historia personal, yo nací en un pueblo, pero realmente mis primeros años fueron en un rancho de Guanajuato, donde estábamos acostumbrados a la naturaleza y en el rancho, aunque era muy pobre, había muchos burros y eran los ayudantes más importantes".

El relato, que apreció por vez primera en la columna "Mar de historias", que Pacheco escribe cada domingo en el periódico nacional "La Jornada", reúne la suma de diferentes experiencias vividas a lo largo de su carrera periodística, principalmente en la zona de Xochimilco, donde se desarrolla la historia.

Muchos años después, realizando una entrevista en la zona chinampera recordó que mientras unas mujeres lavaban ropa, la periodista quiso jugar con el burro que les acompañaba, ellas pidieron que no lo molestará, pues era el transporte que utilizaban para regresar con la ropa mojada, hasta la punta del cerro en el que vivían.

Sigue Presentó Cristina Pacheco/dos/vivían. . Pasado el tiempo, agregó, "fui a un basurero donde hay unas volantas que arrastran los burritos y me impresionó mucho como trabajan estos animales y tienen una relación muy personal con sus dueños, todo estos elementos se fueron mezclando y al escribir el cuento yo sólo quise escribir la historia de un animal".

"Ahora -dijo- también me doy cuenta que me sirvió para recordarles a los niños que el campo está en la ciudad, aunque está siendo sitiado por la ciudad, porque los niños no conocen cosas del campo, eso me indica hasta qué punto estamos desplazando a los niños de la naturaleza".

Orillados por su precaria situación económica, un humilde matrimonio que debe abandonar el barrio de La Joyita, en Xochimilco, para irse a vivir a Ciudad Nezahualcóyotl, debe deshacerse del "Blanco", un burrito que les ha acompañado y que debido a la estrechez del lugar al que se dirigen, ya no podrán tener.

Para Pacheco, esta historia es una buena forma de mostrar una realidad cercana a la niñez mexicana, pues señaló que "el burro no se podía quedar en una casa pequeña, lo siento muchísimo, a mi me dolió que la familia se separara de él y ahora los niños me preguntan dónde vive, qué va a suceder con él".

Además de ser una reivindicación de la zona urbana de Xochimilco, la cual se recorre a través del relato, "Se vende burro" es una forma de otorgar su justo valor a este animal doméstico que para Pacheco "no recibe medallas y nadie le hace caso".

Los burros, dijo, "son importantísimos porque nos alimentan, nos ayudan en el trabajo y nos alegran también, uno puede llegar a tener una relación muy bonita con estos animales" y lamentó que "en el Zoológico de Chapultepec no hay un solo burro", por lo que finalizó comentando "yo le haría un monumento a este animal y le pondría un lugar especial en Chapultepec".

"Se vende burro" inicia además una aventura literaria infantil promovida por Editorial Porrúa que pretende editar de 20 a 30 títulos para niños de 4 a 14 años de edad anualmente y en el que se buscará invitar a reconocidas plumas de las letras mexicanas a que promuevan en escuelas, museos y otros lugares, el hábito por la lectura. (Notimex)

Redacción Azteca 21

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