Consumo riesgoso

Por la espiral
Claudia Luna Palencia

-Consumo riesgoso
-Acciones de prevención
-Fuente de drogas ilícitas

Patricia Mercado, candidata del partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina, se atrevió, de forma valiente, a revelar un dato íntimo de su juventud relacionado con el consumo de marihuana lo que sirvió de pie, para proponer: “La legalización del consumo de drogas, como la marihuana, en busca de una solución al narcomenudeo y narcotráfico”.
 Mercado ha puesto el dedo en el renglón, señalando lo que tantos otros especialistas, analistas y expertos consideran como un primer paso para buscar una solución integral al problema de las drogas, al que debe combatirse en cada etapa, desde la fase de la producción, hasta la fase final del consumo.
El tema de las drogas tiene esa connotación tabú,  enciende fácilmente los ánimos, crea polémica y polariza a la población ante la falta de puntos intermedios: se está a favor o en contra. Es álgido como cuando se discute del aborto, la intervención de la Iglesia, la pena de muerte, los derechos de los homosexuales; etc.
La droga ha creado un infierno en México  (por focalizar el problema porque sabemos es de carácter global) nos tiene envueltos en la cresta de una ola con tendencia creciente orientada a golpear todavía más a una sociedad anclada en la inacción.
El crecimiento del consumo de drogas en el país nos ha tomado por sorpresa y es apremiante conocer datos divulgados por el propio Julio Frenk, titular de la Secretaría de Salud,  en torno a que en la actualidad un niño de 10 años que vive en México ya probó una droga.  En  Estados Unidos el promedio es a los 13 años algo que no los exime tampoco de actuar para disminuir la drogadicción.
En México, hace 4 años, la edad de consumo de una droga se detectó a partir de los 12 años de edad, en el preludio de la adolescencia, ahora el inicio es mucho más temprano propiamente en un pequeño en edad escolar de cuarto o quinto año de Primaria.
Frenk señala al narcomenudeo  como al culpable de esta terrible iniciación, creo que son más los factores de incidencia actuando de forma combinada, sin distinción alguna del nivel socioeconómico, porque la presencia de la droga surge por igual en las escuelas públicas, que privadas, y encontramos personas adictas en ciudad Neza o en las Lomas y los mismos contrastes en casi todas las ciudades del país.
La incidencia es nacional y el asunto relevante para las políticas públicas con el apoyo de la sociedad civil, son tantas las aristas, complejas, para entender el por qué un niño puede comenzar a drogarse, partiendo incluso desde una predisposición genética.
Tenemos factores internos y externos maniobrando desde el  medio como condicionante, la situación familiar, social, económica, cultural, emocional, psicológica, hasta la influencia de las películas y la  televisión.
Es alarmante desarrollarnos en sociedades propensas a niños adictos que serán jóvenes adictos.
 La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) señala que en México la marihuana es la droga de comercialización ilícita de mayor consumo entre la población.
El principal tipo de marihuana disponible en Estados Unidos es la producida en México, cuyo cultivo se concentra en las zonas menos adelantadas.
La marihuana es una combinación de hojas, tallos, semillas y flores de la planta también conocida como cáñamo (cannabis sativa) y puede ser de color verde, café o gris. En todas sus modalidades, la marihuana es una droga psicoactiva.
The World Drug Report 2005, de la United Nations Office on Drugs and Crime, destaca que el cannabis es una planta que crece fácilmente en todas las regiones habitadas del mundo y que se puede cultivar con poco trabajo de mantenimiento en parcelas pequeñas, o incluso en el interior de un edificio.
“Además, contrariamente a la mayoría de las demás drogas que se venden en la calle, se puede consumir con muy poca elaboración después de la cosecha. Como resultado de ello, los consumidores pueden cultivar su propia droga”.
Algunos indicadores sugieren que América del Norte produce más cannabis que cualquier otra región, y que se trata de un mercado muy autosuficiente, pues la mayor parte de la producción se consume en el país.
 Las autoridades de los Estados Unidos han comunicado que aproximadamente dos terceras partes del cannabis consumido es producido en la Unión Americana, mientras que más de la mitad (el 56%) del cannabis importado proviene de  México y otro 20% de Canadá.
SERPIENTES Y ESCALERAS
 Además de la adicción a la marihuana, el consumo de otras drogas ilícitas también  gana terreno en México.
 La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha lanzado la alerta al gobierno de México de que el país además de consolidarse como un puente de tráfico y producción de drogas es,  además, un polo consumidor de cannabis y sus derivados; así como de heroína, cocaína, metanfetaminas y drogas de laboratorio.
De manera gradual aumenta la  problemática  de la drogadicción en México y pasamos a sumarnos a los datos presentados por The World Drug Report 2005 de  200 millones de personas, el 5% de la población mundial entre los 15 y los 64 años de edad, que han usado alguna droga en los últimos 12 meses.
El reloj corre su marcha y quizá en este segundo un niño esté drogándose y ello no contribuye en nada bueno a concebir una sociedad mejor. En México tenemos que avanzar en una legislación que permita lejos de las presiones de Washington atender primero el desbarajuste interno.
El 4 de mayo, el presidente Vicente Fox reaccionó ante las críticas de Estados Unidos y decidió vetar la ley que despenalizaba el consumo mínimo de drogas, después de ser aprobada por el Congreso de la Unión y ratificada en el Senado. De nuevo vamos para atrás, y nos quedamos en la misma laguna.
En Canadá, el debate continúa en el mismo sentido de despenalizar la posesión de pequeñas cantidades de marihuana para consumo personal, pese a la oposición de grupos conservadores del país y del gobierno de Estados Unidos.
El proyecto anunciado establecerá que la posesión de hasta 15 gramos de esa droga deje de ser castigable con penas de prisión, y sólo sea sancionada con una multa de 74 a 296 dólares.
El hecho es que tenemos que seguir discutiendo el tema de buscar mecanismos accesibles para debilitar el narcomenudeo y evitar que más droga sea puesta en manos de niños. Decir no y poner letreros de prohibido es siempre  una invitación, un reto, para hacer todo lo contrario. Requerimos de diálogo, acercamiento con los hijos y políticas públicas para frenar el consumo. ¡YA!
Agradezco sus comentarios a:claulunpalencia@yahoo.com

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