Bush prepara discurso sobre la reforma migratoria

El presidente Bush
ofrecerá mañana un
discurso a la nación
Foto: Internet

Washington, D.C.; 13 de mayo de 2006.-El presidente de EU, George W. Bush, ultima el discurso sobre inmigración que ofrecerá este lunes desde la Casa Blanca y en el que podría anunciar el envío de militares a la frontera con México.

Será su primer discurso a la nación sobre un asunto nacional, y será transmitido por radio y televisión el mismo día en que el Senado reiniciará el debate sobre la reforma migratoria en el país.

Bush se dirigirá al país desde su Despacho Oval a las 20:00 hora local (00:00 GMT) , en un horario de máxima audiencia, para anunciar sus ideas y propuestas en torno a la reforma de la legislación migratoria y a la seguridad fronteriza.

Aunque la Casa Blanca no ha querido develar detalles del discurso, fuentes oficiales han adelantado que Bush muy posiblemente propondrá el envío de soldados de la Guardia Nacional a la frontera sur para reforzar la vigilancia en la zona.

Stephen Hadley, el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, dejó claro hoy que los planes del presidente no prevén la “militarización de la frontera”.

En declaraciones a la cadena de televisión CNN, Hadley explicó que Bush está escuchando consejos y barajando varias ideas, entre las que se incluye la posibilidad de ampliar la presencia de la Guardia Nacional en la frontera.

Pero es sólo una de las posibles medidas que el presidente podría anunciar mañana para incrementar la seguridad en la zona, añadió. Horas antes de que desvele la incógnita, el Senado iniciará el debate de un proyecto de ley, promovido por los republicanos Chuck Hagel y Mel Martínez, que abre la posibilidad a la legalización de buena parte de los inmigrantes indocumentados, dependiendo de los años que lleven en EEUU y de otros requisitos.

El mes pasado, el proceso quedó paralizado debido a una pugna partidista en torno a la cantidad y contenido de las enmiendas que podían someterse a votación. Los senadores harán un nuevo intento mañana, si bien reconocen que el camino hacia la reforma genera reacciones viscerales de todos los actores políticos implicados en el debate.

La delantera la lleva la Cámara de Representantes, que en diciembre pasado aprobó una medida muy punitiva contra los inmigrantes indocumentados y enfocada en una mayor vigilancia de la frontera con México. Al final, la versión que salga del Senado, posiblemente antes de fin de mes, tendrá que ser homologada con la de la Cámara Baja para convertirse en ley. La ofensiva de Bush con la reforma migratoria se produce cuando su popularidad está por los suelos.

Por ello, a nadie sorprende que Bush, criticado por no invertir suficiente capital político en ese tema, ahora se lance de lleno a defender un programa que presentó en enero de 2004 pero que entonces no había despertado mucho interés en el Congreso.

Poco antes del discurso, el secretario de Comercio de EU, Carlos Gutiérrez, también saldrá a defender la política migratoria de Bush durante una ceremonia de naturalización en Filadelfia.

Es un esfuerzo coordinado del Gobierno para demostrar que el presidente sí está ejerciendo presión sobre la cúpula republicana del Congreso, que se muestra reacia al programa de trabajadores temporales defendido por el presidente.

Para Bush, ese programa es una ecuación que responde a las necesidades de los inmigrantes indocumentados -cerca de doce millones de personas en EEUU- y a las demandas del sector privado, que depende en gran medida de su mano de obra. Sin embargo, para los conservadores y grupos afines, el programa no es otra cosa que una “amnistía” inaceptable.

Desde marzo pasado, los grupos pro-inmigrantes han movilizado a millones de hispanos en todo el país para exigir que el Congreso apruebe de una vez por todas una reforma migratoria integral.

“EU tiene que demostrar un compromiso serio para arreglar el problema y nosotros seguiremos en la lucha hasta lograr la legalización de los indocumentados”, dijo Juan José Gutiérrez, dirigente del Movimiento Latino USA, de Los Angeles (California).

La reforma del complicado entramado migratorio de EU sería la mayor desde la amnistía que el Congreso aprobó para tres millones de indocumentados en 1986. (Agencias)

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