10 mil pesos al IPC

Por la espiral
Claudia Luna Palencia

-10 mil pesos al IPC
-El escenario para los hijos
-Nunca es tarde para comenzar

Aunque ya pasó el 30 de abril “Día del Niño”, nunca es tarde para comenzar una ruta del ahorro pensando en los más pequeños de la familia. A veces la preocupación temprana en el porvenir de uno o más hijos permite una muy oportuna toma de decisiones para construir, desde el presente, los andamios del mañana.
 Lo anterior forma parte de lo que en POR LA ESPIRAL fomentamos: la cultura del pago, ahorro, la disciplina financiera y una actitud más racional como consumidores.
 Generalmente, dentro de la perspectiva de la familia, adquirir una hipoteca ocupa buena parte de las metas. La estrechez de los ingresos hace muy difícil observar todo el panorama para evaluar el camino más acertado, el pensamiento usual es el de  “únicamente alcanza para pagar la hipoteca”. Por ende, queda excluida cualquier posibilidad de ahorro para la educación de los hijos, las colegiaturas, la universidad; o bien preparar el terreno para el momento en que los vástagos buscarán insertarse en el ámbito laboral.
 Los ingresos escasos llevan a la gente a resolver la realidad más inmediata, lo demás, el mañana, se irá decidiendo al momento de las circunstancias.
 En la mayoría de las veces los padres terminan de pagar la hipoteca cuando el hijo o los hijos ya son mayores de edad, entonces unos pudieron terminar la universidad con mucho esfuerzo económico, otros la dejaron trunca, unos más desarrollaron talento empresarial pero carecen de dinero para ponerlo en práctica.
 ¿Podemos hacer algo, desde hoy, para llegar en mejores condiciones al mañana? Desde luego, y ayuda bastante planear las finanzas a pesar de tener bajos ingresos o montos pequeños de ahorro.
 El contexto ideal para comenzar es una pareja de recién casados, que  planifican de manera mancomunada su futuro, y están de acuerdo en iniciar una ruta conjunta de ahorro para cada uno de los hijos esperados.
 Hay muestras de personas que antes del primer año de edad del recién nacido, abrieron una cuenta de ahorro, a nombre del hijo o hija, administrada por los padres o tutores con depósitos de 200 pesos mensuales (100 pesos por el padre y 100 pesos por la madre)
El plan de ahorro de 2 mil 400 pesos anuales por un lapso de 18 años (antes de que el joven ingrese a una carrera universitaria) es muy conservador, es el tradicional, para personas previsoras y que en definitiva no pueden aportar más. Para mí es preferible 43 mil 200 pesos, que nada. Esta cantidad es sin considerar los intereses bancarios, y habría que ajustarla al costo de la vida dentro de 18 años, donde  todo apunta a inflaciones controladas.
 Otro grupo reducido de padres deciden contratar un seguro de vida, en tanto que, los de tabuladores con ingresos mayores, optan por pagar un seguro educativo para cubrir la preparatoria o la universidad. Cualquiera de los 2 son esquemas que implican una mayor aportación anual. Simplemente, un seguro educativo de 460 mil pesos tiene una cuota de pago anual por 69 mil pesos, además deben  considerarse las restricciones “en letras chiquitas” impuestas por las Aseguradoras y las Administradoras de Fondos de Inversión en los planes de educación.
A COLACIÓN
 En lo personal, le confieso amigo lector, que como madre de un niño de 5 años,  desde hace varios meses comencé con la idea de invertir en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). No soy empresaria, ni millonaria, más bien asalariada,  no obstante mi fe y constancia en el ahorro me proporcionan cierta holgura y un margen de maniobra.
 Con la noticia hace un par de meses de que Carlos Slim Helú es el tercer hombre más rico del mundo, les dije a mis amigas: “Voy a comenzar a invertir en acciones de Telmex, Grupo Carso, América Móvil y todo lo que forme parte del capital de Slim Helú”.  Total si él va ganando yo también quiero estar con  los ganadores.
 De antemano, sé por experiencias de diversos miembros de mi familia (asalariada y de clase media promedio) que alguna vez creyeron en el boom bursátil, canalizaron sus ahorros a la bolsa y un buen día perdieron todo porque, desafortunadamente, les tocó el crack de octubre de 1987.
  Es el albur de la renta variable, y también sé que no todos pierden en las caídas, ganan los especuladores.
 Sin embargo, me parece muy buena idea lo que  Carlos Ponce, analista de Grupo Financiero Ixe,  propone en el estudio ¡La bolsa es para los niños! Lo he leído todo,  y creo que es un excelente manual para aprovechar el mercado de renta variable. A partir de 10 mil pesos se abre  una ventana con oportunidades y riesgos.
 Ponce realiza un ejercicio estadístico con una persona que hace 18 años decidió regalarle 10 mil pesos a su hijo recién nacido, mediante una inversión  en el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) de la BMV. A los 10 años esos 10 mil pesos crecieron hasta 107 millones 225 mil 055 pesos; a los 15 años a  1 millón 092 mil 633.40 pesos; y a los 18 años a  6 millones 776 mil 417.80 pesos.
 Esto fue, como señala Ponce, considerando todo lo negativo que le pasó al país en el lapso de 3 sexenios,  desde el impacto negativo en lo económico hasta los asesinatos políticos.
GALIMATÍAS
 El asesor de Ixe afirma que para las próximas 2 décadas existe la posibilidad de un rendimiento similar entrando hoy a la bolsa con 10 mil pesos.
 Por supuesto que las ganancias esperadas futuras aumentan en la medida en que los  10 mil pesos de inversión inicial suben, si cada año los padres de familia ingresan 10 mil pesos más y se van acumulando a lo largo de 18 años. La ganancia esperada sería superior a los  15 millones de pesos.
 ¿Qué tanto es demasiado tarde para intentarlo? Nunca lo es. ¿Qué tanto debe ser una persona conocedora de la  renta variable? No tiene que serlo. Hay estudios muy serios de universidades y casas editoriales en Estados Unidos que han demostrado que las personas que “juegan al azar” en la bolsa llegan a ganar más que los grupos de grandes expertos.
 Ahora bien, me parece que probar con 10 mil pesos y dejarlos  en la bolsa no es tampoco un gran riesgo para el bolsillo personal o familiar, no nos empobreceremos más. En cambio, puede darnos un resultado interesante, una buena sorpresa en 15 o 18 años. Es comprar un boleto de la lotería hoy y esperar a cobrarlo en unos años más. Algo habrá.
P.D. Para los amables lectores interesados en conocer todo el estudio de 11 hojas de  IXE con tablas de rendimientos, contáctenme y con mucho gusto se los hago llegar.  De ninguna manera estoy haciendo una recomendación de invertir con IXE o comprar acciones de Slim Helú. Aunque insisto, hay que pegarnos a los ganadores.
Agradezco sus comentarios a:claulunpalencia@yahoo.com

 
 

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