IED: ¿Castigará a A.L?

Por la espiral
Claudia Luna Palencia

-IED: ¿Castigará a A.L?
-Riesgos por Bolivia
-¿Hacia dónde vamos?

El año pasado Bolivia registró desinversiones por menos 2 mil 796 millones de dólares. Es decir, el capital foráneo en lugar de entrar, más bien salió.  Fue el preludio  de la conquista democrática del poder del líder cocalero e indígena Evo Morales, en un país que en los últimos años enfrentó diversas inestabilidades por la antipatía de los pobres (60% de la población) respecto del  capital extranjero en la posesión de los recursos naturales y energéticos.
Desde marzo del 2005, el Congreso boliviano estudió la posibilidad de reformar la Ley de Hidrocarburos para imponer una serie de impuestos a las empresas extranjeras por su participación en el sector energético. La modificación sucedió en mayo del mismo año, con la inclusión de un aumento del  50% en los impuestos y regalías de las  firmas petroleras,  principalmente de España,  Repsol YPF y Brasil, Petrobras.
Tras la victoria en las urnas, el presidente Evo cumplió  con una de las principales promesas de campaña “retornar al Estado el control sobre de los recursos naturales y energéticos”.
La decisión es una sacudida para el capital extranjero que participa en América Latina. Esperemos que los inversionistas  no coloquen a todos los países de la región en la misma canasta porque entonces el costo será de una caída en los flujos de inversión en los próximos meses y años.
 En Bolivia sucedió, paso a paso, lo que en Argentina ninguno de los presidentes de la etapa de la post crisis de finales de 2001 lograron realizar. El presidente Eduardo Duhalde intentó establecer un impuesto a las exportaciones de hidrocarburos a las empresas extranjeras dueñas de los recursos energéticos argentinos, empero, la medida no tuvo éxito  porque las transnacionales reaccionaron boicoteando el suministro de los insumos.
 Acto seguido: España envío representantes del gobierno de acompañantes de directivos y accionistas de las empresas con intereses en Argentina para concertar sendas reuniones con el presidente Duhalde,  conocer de cerca la magnitud de la inestabilidad en el país austral y las políticas a establecer
 Desde entonces el capital español ha visto con recelo su participación en América del Sur, y en casi toda América Latina.
A COLACIÓN
 A diferencia de Argentina, Bolivia anunció un acto de expropiación energética no visto en la región en los últimos 60 años.
 El maestro Fernando Isaac Palacios Solano escribió en “El estigma del petróleo, México,  Ecuador y Venezuela”, editorial UNAM, del control sobre la producción, la transformación y la comercialización petrolífera de América Latina a manos de las empresas extranjeras, fundamentalmente estadounidenses,  con una concesión de explotación del 100 por ciento.
Este proceso demoró aproximadamente hasta el primer tercio del siglo XX. Los países latinoamericanos llevaron a cabo  un proceso de expropiación  de los recursos petroleros, destacando  la nacionalización decretada en 1938 por  Lázaro Cárdenas del Río, presidente de México.
De vuelta la hoja, en Bolivia, la re-nacionalización sucede en un entorno geopolítico, geoeconómico y estratégico que recoge aristas muy similares a las de años atrás pero con un acento peculiar puesto por un mundo globalizado en casi todos los sentidos, sin Guerra Fría, ni contrapesos políticos en el orden internacional, donde además se entretejen los intereses de las multinacionales, las transnacionales y las translatinas en la explotación y posesión de los recursos energéticos. En listado principal: ExxonMobil (Estados Unidos), Shell (Reino Unido), BP (Reino Unido), ChevronTexaco (Estados Unidos), Agip (Italia), TotalFinaElf (Francia), Repsol YPF(España); y las estatales Petrobras (Brasil), Pemex (México) y Saudi Aramco (Arabia Saudita); etc.
Son notables algunas coincidencias con la volatilidad de la década de los setenta, los  petroprecios responden muy sensibles al entorno internacional, la invasión de Irak, las noticias en Irán, los acontecimientos en Venezuela y los sucesos más recientes en Bolivia que seguirán impulsando la cotización de los  hidrocarburos.
De igual forma sabemos bien que hay de tiempos a tiempos, lo de Bolivia transcurre en un momento toral para los apetitos energéticos de las transnacionales y detrás de éstas, los  gobiernos de los países más poderosos del mundo, conocedores de la fragilidad de la dependencia industrial, de la carrera armamentista y espacial hacia las energías fósiles.
Tantas razones obligan a no ver los movimientos aislados, más bien como parte de un mapa en reacomodo, por disputas entre grupos con los mismos intereses económicos pero con ideologías distintas.
La intromisión de Estados Unidos en Afganistán por la supuesta lucha antiterrorista contra Al Qaeda y Bin Laden, le permitió asumir el control de un país muy pobre,  pero al mismo tiempo muy rico en yacimientos de gas natural, estratégicamente ubicado para la construcción de oleoductos y gasoductos dado que al sur y este colinda con Pakistán, al oeste con Irán y al norte con las ex repúblicas soviéticas de Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán. Es, además, un enclave importantísimo para la fabricación del opio, la heroína y su distribución a Asia y Europa.
Interesante el paralelismo entre Bolivia y Afganistán, el primero es un rentable productor de la hoja de coca,  fuente de ingresos de un depauperado país donde indígenas y campesinos viven de este cultivo. The World Fact Book,  de la CIA, en la edición 2005 ubica a Bolivia como el tercer productor de coca después de Colombia y Perú con un estimado de 26 mil 500 hectáreas del cultivo. Las principales rutas de exportación de la coca y la cocaína son: Brasil, Argentina y Chile como puente para Europa.
Por su parte, Afganistán encuentra en la producción del opio y la heroína la principal fuente de sustento de su población, y a China de mercado principal.
Ambos países juegan un  rol específico en las regiones a las que pertenecen, y están muy delineados por los grupos que se los disputan con apetitos energéticos y de narcotráfico.
El investigador Alberto Villasana advierte de la conjugación de este binomio como motivo principal de los reacomodos y decisiones actuales entre los países.
Desde esta perspectiva, el decreto de Evo y cuánto suceda en los próximos días abre la interrogante  de si la estatización surge por un verdadero beneficio para el pueblo en general o es un pretexto para abrir otra agenda a favor del  arribo de  otros grupos de poder prestos a servirse con la cuchara grande con el beneplácito del nuevo gobierno.
Agradezco sus comentarios a:claulunpalencia@yahoo.com

Redacción Azteca 21

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