Superbarrio, ahora la hace de actor de la pantalla grande en “Carambola”

Rascón se interpreta
a sí mismo y a la
vez da vida a
‘Superbarrio’
Foto: Azteca21

Por Carlos Coronel
Reportero Azteca 21

Ciudad de México. 18 de abril de 2006. A su carrera de militante comunista, perseguido político, luchador social, fundador de la Asamblea de Barrios, inventor del héroe Superbarrio y diputado federal, Marco Rascón añade ahora la de actor de la pantalla grande. Su voluminosa figura aparece en “Carambola” (México, 2005), la ópera prima de Kurt Hollander, estrenada apenas en noviembre pasado en la Cineteca Nacional.

Rascón se interpreta a sí mismo y junto a Superbarrio, “El vago” (Daniel Martínez), “El chimuelo” (Roberto Cobo) y “El mexicano” (Jesús Ochoa) –apodos que apelan a un mundo antiguo de héroes de barrio-, acude a un torneo de carambola convocado con el fin de salvar las finanzas del billar. Su mayor orgullo en esta experiencia fue aparecer a cuadro junto al legendario Roberto Cobo.

-¿Cómo llegaste a Carambola?

-Es mi primera película. Kurt Hollander, que es amigo mío desde hace tiempo, me confió que estaba produciendo una película y me preguntó si quería participar porque tenía intención de meterme en el guión junto a Superbarrio y Jesusa Rodríguez. Yo acepté de inmediato. La ópera prima resultó ser una larga odisea porque se filmó en el 2000 y apenas salió en noviembre pasado.

-¿Qué te pareció?

-Mi participación fue muy modesta. No podríamos decir que la historia del cine mexicano se divide antes de Rascón y después de Rascón. Incluso, a la hora de entrar a grabar, nos bromeábamos: ‘Órale, éntrale, sobre los Arieles’. Era mucho de jugar, divertirnos y estar haciendo una caracterización verosímil. Pero hay cosas importantes en la cinta. Fue la última película de Roberto Cobo. Nada más el hecho de haber aparecido dos segundos juntos a él, ya con eso me doy por satisfecho. Para mí fue personalmente extraordinario, aunque pase en la toma sólo dos segundos junto a este actor legendario de “Los olvidados”. Además, la cinta pertenece al nuevo cine mexicano, que se hace con mucho esfuerzo y trata de salir adelante. Si te fijas, cuando se filmó “Carambola”, Diego Luna se veía todavía jovencito; en lo que pasaron esos siguientes cuatro años, su crecimiento fue impresionante, no sólo en términos físicos sino también actorales.

-Los billares tienen también su historia de subversión. ¿Es cierto que tú te reunías allí no precisamente para jugar carambola? Superbarrio cuenta que, a falta de cabinas telefónicas cerradas en el DF, se enfundaba su traje en algún billar cercano a la marcha de protesta.

-Los billares tuvieron siempre esa connotación de reunión de los malos. El ejercicio del ocio en un billar era lo peor antes. Como provocación, yo digo en la película que gran parte de los asaltos bancarios los planeamos en los billares. Por lo menos agregamos el tipo de delito político a un billar.

-¿Te gusta el cine actual?

-Sí, después de estar viendo las cosas que se están haciendo, que son cosas magistrales, como “Un mundo maravilloso”, de Luis Estrada, que me dejó anonadado en términos de guión, actuación, fotografía y todo. Es una maduración. Y otra que me gustó, “1973”, que dentro de la idea de este nuevo cine aborda el género documental con una dirección excepcional. Creo que son proyectos tan bien hechos que se me antoja haber participado en ellos.

-¿No extrañas el Congreso ahora que te dedicas a restaurantero?

-Me gustaría subir a la más alta tribuna del país, pero a leer recetas. “Señor diputado: póngale dos gramos de ajo a su discurso, no se pase, por favor”. Como están ahora los partidos, tendría que hacer muchas concesiones, mejor me quedo con la gastronomía y el cine.

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