
Miles de estudiantes corean el nombre de Anthony Soltero para apoyar la reforma migratoria
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¡Anthony, Anthony! Una gran
cantidad de alumnos corearon
el nombre de Anthony Soltero
Foto: (J. EMILIO FLORES/La Opinión)
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Jazmín Ortega
La Opinión de Los Angeles
Los Angeles, Cal. 16 de abril de 2006.- Varios miles de estudiantes, sus familias y partidarios se echaron a las calles para continuar presionando por una reforma migratoria.
La marcha, organizada por la Coalición Estudiantes Unidos con la ayuda de otras agrupaciones, siguió el mismo trayecto que la “Gran Marcha” del 25 de marzo pasado, iniciando en las calles Broadway y Olympic y culminando en el Ayuntamiento.
La cifra exacta de participantes está entre los 1,500 que fijó el Departamento de Policía (LAPD) y otras cifras que barajaron los organizadores, de hasta 10 mil participantes. Esta cifra es en todo caso menor a los 20 mil participantes que anunciaban hasta ayer algunos de los organizadores.
La presencia policial fue mucho más pronunciada que su limitado despliegue del 25 de marzo, con agentes en patrullas, bicicletas y hasta un helicóptero. Una vez más la multitud no dio pie a incidentes.
Los participantes desplegaban banderas estadounidenses carteles con consignas de rechazo a la propuesta de ley HR4437 y algunas con la fotografía del joven Anthony Soltero, de Ontario, a quien dedicaron la marcha. Soltero, estudiante de secundaria, se quitó la vida supuestamente tras amenazas de administradores de la escuela DeAnza a la que asistía.
“Dejen a los muchachos en paz”, exclamó repitiendo el lema del conjunto Pink Floyd el vocalista del grupo Senseless compuesto por estudiantes de la secundaria Roosevelt, antes de lanzar sus canciones de rock con que se amenizó el evento. Otros estudiantes interpretaron poesía y rap durante la manifestación, acorde con el espíritu juvenil de la jornada. Y no faltó el conjunto de baile azteca, incansable durante todo el trayecto.
Citlaltzin Ibarra, de 17 años, viajó desde Oxnard para participar en la marcha.
“También participamos en nuestra escuela, la Pacifica High School”, afirmó.
Pese a algunas críticas dirigidas a los estudiantes por haber dejado sus estudios para marchar en días pasados, los dirigentes que participaron ayer reconocieron la validez de sus inquietudes.
“Ha sido vergonzoso, ha sido triste, ver criminalizar a sus padres, cuando ellos [los estudiantes] son los que ven salir a sus padres, muy temprano en la mañana, para trabajar”, dijo el padre Luis Ángel Nieto, sacerdote de la Iglesia de la Resurrección del Este de Los Ángeles. “Ellos son los que ven a sus padres regresar cansados en la noche, con la frustración de salarios de hambre, y ahora, además de eso, ¿criminales? No señores, ellos están aquí precisamente para decirle al mundo, pero en buena manera, que sus padres no son criminales”.
Otros defendieron el derecho de la libre expresión.
“Es su derecho constitucional, tienen la libertad de asociarse”, dijo María Jiménez, quien esperaba a que pasara la marcha sobre la calle Broadway, portando una pancarta con la foto de Anthony y una leyenda en defensa de los estudiantes. “Como yo lo entiendo, no hay un límite de edad en la Constitución, puede haber hasta niños de kinder”, agregó, “siempre y cuando lo hagan pacíficamente y responsablemente, ¿cuál es el problema?”
Jiménez dijo sentir mucha pena por lo ocurrido a Anthony, porque su hija también tiene 14 años.
“No voy a permitir que nadie amenace a mi hija de la manera en que fue amenazado, o que alguien le diga que no tiene derechos constitucionales”, indicó.
La marcha, aunque inspirada por los estudiantes, contó con la participación de chicos y grandes.
“Estamos apoyando a los estudiantes para que tengan una mejor educación, porque sin ellos no hay futuro”, dijo Frank Reyes Norwood, quien marchaba al frente de la manifestación en su uniforme de los Boinas Cafés, un grupo que participó en el movimiento Chicano de los años 60 y 70. “Siempre tenemos la lucha”, afirmó, “desde el tiempo de nosotros, los estudiantes estaban limitados los que iban a la [universidad]”.
Ron Gochez, maestro de preparatoria y estudiante de posgrado de la UCLA, dijo que esperaba más respuesta a la convocatoria de la marcha. La Coordinadora Estudiantil de La Raza, a la que pertenece Gochez, representa a 25 escuelas en el sur de California, y ayer llevaron a casi 200 estudiantes de Long Beach, San Diego, Los Ángeles y Oxnard. “Sí, esperábamos más personas, pero nosotros no lo organizamos”, dijo Gochez.
Ausencias notables
Durante la manifestación de ayer se notó la ausencia de algunos de los líderes de las marchas anteriores.
“El alcalde Villaraigosa está muy al tanto del tema de inmigración”, dijo su portavoz Diana Rubio. “Claro que le gustaría asistir a cada evento pero está muy ocupado con la administración de la ciudad y su agenda ocupada no permite que acuda a tantas ocasiones”.
Nativo López, presidente de Hermandad Mexicana Latinoamericana y también ausente, no respondió a llamadas de La Opinión.
“Algunos ‘prudentemente’, segun ellos, han dado un pie atrás’, dijo el padre Nieto. “Se da un paso atrás para impulsarse o para retroceder. Yo me mantengo firme”.
Solidarios
“Creo en los derechos de los inmigrantes, he tenido a familia en ambos lados de la frontera durante siglos, antes de que existiera los Estados Unidos”, dijo Moctesuma Esparza, productor de cine y uno de los estudiantes que marcharon en 1968 por el derecho a una mejor educación. “La frontera significa algo diferente para nosotros que somos de aquí. La frontera nos cruzó, nosotros no cruzamos la frontera”, afirmó.
“Para mí no es sólo un tema de inmigración, sino de justicia histórica”, dijo Esparza. “Es muy emocionante ver a la juventud de hoy retomar la causa de apoyar justicia para todos los inmigrantes, de la misma manera que lo hice cuando era joven. Es la misma energía, la misma pasión”.
Mitchell Santos, estudiante de la secundaria Venice y uno de los organizadores de la marcha, tiene 14 años de edad. Tomó el micrófono ante los miles de ojos que lo observaban dijo con confianza que está participando “porque somos los hijos e hijas de inmigrantes que vinieron a este país. No importa si somos blancos, negros, latinos”.
Otros activistas con años de experiencia se expresaron con admiración por lo que han logrado los jóvenes.
“¡Que vivan los estudiantes! ¡Que viva la juventud!”, exclamó el senador Gil Cedillo al dirigirse a los estudiantes.
“Tienen el derecho de manifestarse, pero también tienen la responsabilidad de estudiar, de enorgullecer a sus padres, y de votar”, afirmó. Añadió que este año 250 mil jóvenes alcanzarán la mayoría de edad.
“Si todos se registran para votar, podrán lograr que Arnold Schwarzenegger regrese a la actuación”, declaró Cedillo ante el rugido aprobador de los manifestantes.
“Estoy muy orgullosa de estar con los estudiantes, esta es una nueva generación de activismo estudiantil”, dijo la senadora Gloria Romero, quien durante las marchas del mes pasado acompañó a un grupo de estudiantes. “Fui profesora de universidad antes de ser senadora y la educación es el poder. Estos estudiantes entienden su historia, saben por qué están marchando y estoy orgullosa de caminar con ellos. No me importa qué críticas pueda haber, aquí es donde cualquier persona que crea en este país debe estar, con los estudiantes”.
“Es algo increíble, me gusta que son muchos estudiantes de secundaria”, dijo Bobby Verdugo, quien junto con Mita Cuarón y Esparza, entre otros, participaron en las marchas estudiantiles de 1968. “Los estudiantes de California no sólo quieren leer en los libros la historia”, dijo Romero a los manifestantes. “Ustedes son la historia”.
También ayer, unos 1,200 manifestantes, según agencias de noticias, en su mayoría jóvenes y estudiantes, marcharon en Portland, Oregon, para pedir una política estadounidense más tolerante hacia los indocumentados. Los alumnos asistentes podrían ser castigados por faltar a clases. (Fuente: La Opinión de Los Angeles)