IED en A.L por 61,580.9 mdd

Por la espiral
Claudia Luna Palencia

-IED en A.L por 61,580.9 mdd
-México principal receptor
-España aminoró presencia

Como se los adelantamos, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) presentó el informe “La inversión extranjera en América Latina y el Caribe, 2005”, en el que señala que el año pasado ingresaron a la región flujos de inversión extranjera directa por 61 mil 580.9 millones de dólares.
América del Sur recibió el año pasado 38 mil 104 millones de dólares en inversión extranjera directa, una ligera caída del 1.1% respecto al año anterior. Esta reducción se explica por los menores recursos percibidos por Brasil.
Dentro del total de la región, México se ubicó a la cabeza al lograr captar 17 mil 804.6 millones de dólares (un dato que abarca desde enero de 2005 hasta abril de 2006); seguido por Brasil con 15 mil  193.1 millones de dólares; Chile con 7 mil 208.5 millones de dólares; Argentina con 4 mil 662 millones de dólares; Colombia con tres mil 920.9 millones de dólares; Venezuela con dos mil 957.0 millones de dólares; Perú con dos mil 518.8 millones de dólares y Ecuador con mil 530.2 millones de dólares.
Dentro de la competencia global para captar recursos,  el año pasado, los flujos mundiales de inversión extranjera directa crecieron 896 mil 700 millones de dólares. América Latina captó el 7% de esos flujos, y nuevamente quedó muy por debajo de la inversión recibida por los países más desarrollados. Seguimos en pañales, y en algunos países como México, el impacto de la inversión extranjera directa es menor al 2% del PIB. Por tanto, algo está fallando o faltando para atraer el capital del  exterior para dinamizar áreas estratégicas de la producción y de la creación de empleo.
Con el pretexto del adelgazamiento del Estado, la desincorporación de empresas públicas, la fusión de algunas áreas y la dinámica privatizadora,  América Latina y el Caribe encontraron en la venta de empresas estatales una fórmula para atraer  inversión.  El aumento de la participación de España en la región se explica precisamente por el atractivo de comprar activos importantes.
En Argentina sucedió buena parte del desembarco del capital español a lo largo de los noventa. Después, cuando Argentina ya no tuvo nada más qué vender, y comenzaron los vaivenes desde 2001, el capital español resintió los problemas lo que hizo inminente la  visita al país austral de funcionarios del gobierno español y de los directores generales de las casas matrices deseosos de conocer de cerca la verdadera dimensión de la debacle argentina.
En la década pasada, Argentina pudo presumir de recibir cuantiosos montos de inversión extranjera directa por las ventas de empresas que realizaba de manera irracional y desmedida el entonces presidente Carlos Saúl Menem.
Tan sólo en 1999 el país austral recibió 14 mil 855 millones de dólares por la venta de la paraestatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF)  a la empresa española Repsol. Se trató de una negociación  muy comentada a nivel mundial.
Empero,  los años siguientes estuvieron marcados por la astringencia del capital foráneo más renuente a participar en Argentina,  en parte por  la situación económica y política (desde finales de 2001);  porque el país no tiene mucho más de estratégico por vender; y porque España está observando con cautela su postura en Argentina y en el resto de América Latina, por los movimientos políticos de los últimos tres años.
Argentina ha pagado su cuota de exceso y mal manejo de la inversión extranjera directa con un comportamiento de los flujos de la siguiente forma: en 2000 ingresaron  10 mil 481.3 millones de dólares; 2001 entraron  2 mil 166.1 millones de dólares; 2002 ingresaron  2 mil 148.9 millones de dólares; 2003 la inversión sumó 1 mil 652 millones de dólares; 2004 entraron 4 mil 273.9 millones de dólares y 2005 los flujos fueron por  4 mil 662 millones de dólares.
A COLACIÓN
De acuerdo con la CEPAL, Estados Unidos es el principal país inversionista en la región, con casi el 40% de los flujos. Las inversiones europeas se han reducido, principalmente las de España, país que quedó rezagado al tercer lugar, con poco más del 6% de las participaciones. El segundo lugar lo ocupan los Países Bajos, con una participación del 12 por ciento.
 Mientras tanto, Estados Unidos mantiene una fuerte presencia en México. En 2005  se conservó la notable concentración del capital estadounidense en el sector de las manufacturas (58%), particularmente en plantas ensambladoras y maquiladoras. Igualmente en el sector automotriz.
Según el documento de la CEPAL, los resultados de la inversión extranjera en la región han sido mixtos. Por un lado, ha colaborado en la modernización industrial, competitividad en algunos sectores, mejora de servicios e infraestructura. Por otro, la transferencia de tecnología ha sido limitada, así como escasos los encadenamientos productivos, los efectos sobre la capacitación de recursos humanos y el desarrollo empresarial local.
En un análisis sobre la calidad de la inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe, la CEPAL sostiene que hay poca inversión con potencial de generar externalidades positivas para el desarrollo económico local.
SERPIENTES Y ESCALERAS
Habrá que crear todo un programa marco de apoyo e impulso para atraer la inversión extranjera directa a sectores urgidos de capitalización y rentabilidad.
En México, el sector del transporte y las comunicaciones demandan  proyectos de trenes de alta velocidad, sería todo un logro atraer la inversión japonesa, alemana, francesa o española para tal cometido.
Tenemos necesidades de atención en muchas otras áreas, por eso hay que incentivar a la inversión extranjera directa para que deje de ver a América Latina como un mosaico del que únicamente le atrae participar en la industria automotriz, la maquila, la energía, la explotación de recursos naturales y el sistema financiero, en especial los bancos.
¿Qué factores pueden alejar de la región al capital inversor? 1) Los gobiernos populistas, sin directriz económica y productiva, amenazantes del capital foráneo. La CEPAL señala que Bolivia el año pasado registró desinversiones por menos 2 mil 796 millones de dólares. 2) El incremento de la inseguridad, mezclada con violencia, secuestros, asesinatos, hacen sentir al capital la falta de un Estado de Derecho, de un marco de justicia fuerte y la preeminencia de la ingobernabilidad. 3) Ausencia de un plan estratégico para invitar al capital extranjero a la asociación y la coinversión de proyectos.
Agradezco sus comentarios a:claulunpalencia@yahoo.com

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