Recordando al primer gran genio de la pintura en España

El pintor de origen griego
Doménikos Theotokópoulos,
mejor conocido
como "El Greco"
Foto: Internet

México, D.F.; 6 de abril de 2006.- El pintor de origen griego Doménikos Theotokópoulos, mejor conocido como "El Greco", considerado el primer gran genio de la pintura en España, donde desarrolló la mayor parte de su obra, entre la que destaca "El entierro del conde de Orgaz" y "El caballero de la mano en el pecho", murió el 7 de abril de 1614.

"El Greco" (que en español significa "El griego") nació en 1541 en Candía, Creta, que en aquella época pertenecía a Venecia, lugar donde sus biógrafos presumen que estudió pintura, pues poco se sabe de los detalles de su infancia.

Hombre de gran erudición, aficionado a la literatura clásica, "El Greco" se trasladó a Venecia en 1566, donde recibió una gran influencia de Tiziano y Tintoretto, dos de los grandes maestros del Renacimiento italiano, que se observa en obras como "La curación del ciego".

De 1570 a 1576 residió en Roma, donde continuó imitando a los grendes artistas italianos, sobre todo a partir de la calidad escultural de los trabajos de Michelangelo Buonarroti, lo que puede observarse en su obra "Piedad".

En esa ciudad, donde conoció a varios artistas españoles, estudió en detalle la esencia de la arquitectura romana, que reforzó el equilibrio de sus composiciones, las cuales en forma común muestran vistas de edificios renacentistas.

Fue en 1577 cuando "El Greco" llegó a Toledo, España, donde recibió el primer encargo de la iglesia de Santo Domingo el Antiguo, para trabajar en el inmortal cuadro de "La Trinidad", que hoy se encuentra en el Museo del Prado, en Madrid.

Su labor como retratista es muy significativa y lo llevó a crear una de sus obras maestras, el famoso cuadro "El caballero de la mano en el pecho".

Deseoso de realizar los frescos para el monasterio de El Escorial, que en ese entonces era construido, envió diversas pinturas al rey Felipe II, entre las que se encontraba "Alegoría de la Liga Santa", que pone en manifiesto su talento para combinar la iconografía política con motivos medievales.

Aunque no logró que le encargara dicha obra, realizó para el monasterio el cuadro "San Mauricio y la legión tebana"; asimismo, para la catedral de Toledo pintó "El expolio", obra que presenta a Cristo con una túnica de un rojo intenso, rodeado por los que le han prendido.

En 1586 pintó para la Iglesia de Santo Tomás de Toledo su obra maestra "El entierro del conde de Orgaz", cuadro que aún se conserva en su lugar de origen y que muestra el momento en que San Esteban y San Agustín introducen en su tumba a ese noble toledano del siglo XIV.

A decir de los críticos de arte, las características de dicha pintura pueden asociarse con el manierismo que se mantuvo en la pintura de "El Greco" aún después de desaparecer en el arte europeo, y que refleja su profunda visión espiritual.

Entre los cuadros que pintó de la ciudad de Toledo está "Vista de Toledo", paisaje realizado en un género poco tratado tradicionalmente por los artistas españoles; "El bautismo de Cristo" y "La adoración de los pastores", que coinciden en su intensidad casi febril.

En cuadros como "El Laoconte", "El Greco" retomó temas de la mitología clásica y algunos del Viejo Testamento, que se reflejan en la obra inacabada que describe la escena apocalíptica de "El quinto sello del Apocalipsis".

Después de su muerte, ocurrida en Toledo el 7 de abril de 1614, sus restos fueron enterrados en la iglesia de Santo Domingo el Antiguo, donde hasta la fecha permancen como testimonio de la genialidad de este pintor manierista. (Notimex)

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