Vino mexicano, ¿qué le falta?

Por la espiral
Claudia Luna Palencia

-Vino mexicano, ¿qué le falta?
-En el país, poco mercado interno
-Amplia competencia internacional

Por el mestizaje podríamos suponer que México destacaría como un país entre los principales consumidores y productores de vino, no obstante la preferencia por el tequila y la cerveza le han negado un posicionamiento importante dentro del mercado interno, mientras que la competencia externa con otros países productores de vino, han ubicado a México en un rango de menor importancia a nivel mundial.
 A partir de datos proporcionados por Vino Mex sabemos que el consumo nacional de vinos es de 2.1 millones de cajas anuales; el 40% corresponde a producción nacional y el 60% a importaciones.
El consumo per cápita nacional es de 160 mililitros al año, cifra mínima en comparación con Italia con 62 litros; Francia 58, España con 45 y Estados Unidos con 7 litros.
 Vino Mex refiere que México ocupa el número 65 entre los consumidores de vino en el mundo.
 Este posicionamiento es entendible a partir de la competencia del tequila y la cerveza, a la que añadimos la correspondiente a los refrescos de cola fuertemente arraigados como acompañantes de los alimentos de los mexicanos.
 Desde el  enfoque de la salud, lo ideal  es consumir una copita diaria de tequila en las comidas o bien una copa de vino tinto, tan recomendada para reducir el colesterol en la sangre. Diversas universidades de otros países han plasmado en estudios recientes los enormes beneficios antioxidantes y flavonoides que el consumo moderado de vino tinto tiene para el corazón.
 En Europa forma parte de la cultura. La gastronomía no podría entenderse sin la presencia del vino tinto. Y lo mejor es que lo beben en los mejores restaurantes, pero también en las tabernas, las buhardillas, y  no falta en los barrios bajos en las chabolas.
 Esa cultura que por herencia del mestizaje deberíamos tener y desarrollar los mexicanos, la encontramos, como en todo, segmentada por elitismo,  a expensas del ingreso, del estatus, relacionada incluso con el grado de preparación profesional.
 Vino Mex explica que la clase media y alta, con ingresos importantes, son los bebedores de vino en México. “Hay que considerar que esta  franja de la población representa 22 millones de mexicanos con  un consumo de 5 1/3 botellas en promedio por año”.
 De este grueso de personas, una mayoría, no consumen vinos hechos en el país, un aspecto que viene a dificultar más la sobrevivencia de la industria vitivinicola nacional, a mi juicio de buena calidad, pero asfixiada por una serie de factores internos y externos.
Los internos son: 1) Reducido mercado nacional.  2) Barreras elitistas. 3) Escasa cultura para el fomento de los vinos en general. 4) Competencia del tequila, la cerveza, los refrescos de cola y de otros bienes sustitutos y complementarios. 5) Falta de apoyo e impulso por parte de la industria gastronómica mexicana. 6) Falta de apoyo e impulso por parte de la industria restaurante mexicana. 7) Ausencia de programas para el fortalecimiento de los productores de la vid. 8) Preferencia del consumidor por un vino importado que por una marca nacional. 9) Competencia por los precios, los hay algunos muy baratos, pero otros mexicanos se encuentran tan caros o incluso por encima del precio de un vino tinto importado de España o Francia.
Los externos son: 1) Los productores mexicanos no tienen los suficientes apoyos para competir frente a otros vinos en el mercado internacional.  2) Dificultades para la venta de vinos mexicanos. 3) Desconocimiento en las cámaras e industrias restaurantes internacionales acerca de la calidad del vino mexicano. 4) Los volúmenes de producción son bajos.
Entre los principales productores de vino a nivel mundial encontramos a: Francia con 6 mil 093 millones de litros; Italia con 5 mil 811 millones de litros; España con 3 mil 680 millones; Estados Unidos con 2 mil 069 millones de  litros; Argentina con 1 mil 588 millones de litros; Alemania con 1 mil 224 millones; Australia con 851 millones de litros; Sudáfrica con 796 millones; Portugal con 780 millones;  y Rumania con 650 millones de  litros.
México se encuentra muy por debajo, tanto en consumo, producción, posicionamiento del mercado interno y externo.
 Información de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación  (SAGARPA) señala que la industria  vitivinícola mexicana produce 1.5 millones de cajas de vino al año, de las cuales 1.2 millones de cajas se quedan en el mercado nacional y más de 300 mil se exportan. La industria nacional exporta cerca del 25% de su producción vitivinícola,  el mayor porcentaje al mercado europeo.
A COLACIÓN
 A manera de sugerencia para la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC) y la Asociación Mexicana de Restaurantes, deben incluir de manera obligatoria en los restaurantes una carta exclusiva de vinos mexicanos y después presentar la adicional de los vinos de importación. Lo recomendable es que la primera sugerencia del capitán o del sommelier sea de un buen vino nacional.
 En lo personal me admira que es raro encontrar restaurantes con vinos mexicanos. Y es una lástima porque los hay muy buenos, hace un par de meses probé por vez primera un Cabernet Merlot, Único, gran reserva 2001, elaborado y embotellado en Baja California por Bodegas Santo Tomás, y me  pareció excelente.
SERPIENTES Y ESCALERAS
En México, las regiones vitícolas por tradición son: Baja California, Sonora, Torreón, Saltillo, San Juan del Río y Zacatecas.
Los tipos de vino son: Champagne, Blanco, Espumoso, Rosado, Tinto y
Especiales.
Los valles vitícolas de Baja California se encuentran en una zona favorable para la vitivinicultura. Allí se produce el  90% de los vinos que se elaboran en el país.
Además debemos priorizar que detrás de cada botella de vino nacional se encuentra un viñedo donde laboran cientos de manos que trabajan en todo el proceso de producción, por lo que menos ventas y más dificultades son menos oportunidades laborales, menos empleos y salarios reducidos.
Ello obliga a redoblar esfuerzos para impulsar a los vitivinicultores con programas focalizados,  contribuyen las ferias de catas, del vino, el queso y el pan, y las muestras de toda especie, pero sabemos que no es suficiente.
La Asociación Nacional de Vitivinicultores debe lanzar campañas más agresivas para fortalecer y posicionar al vino mexicano. Hace menos de seis años pocos comensales en México solicitaban una botella de vino chileno o australiano, y hoy lo hacen a pesar de que la calidad del nacional es muy superior.
Agradezco sus comentarios a:claulunpalencia@yahoo.com

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