La periodista María Elena Salinas denuncia en libro el racismo y la ola antilatina en medios de EU

Salinas es una de las mujeres
latinas más influyentes
 Foto: Sitio Oficial

Miami, Florida.- 3 de abril de 2006.- María Elena Salinas, considerada la periodista hispana más influyente de los medios informativos de Estados Unidos, publica una autobiografía en la que da la batalla contra la intolerancia y la "retórica antihispana" en este país.

En "Yo soy la hija de mi padre", la prestigiosa reportera de origen mexicano se enfrenta a los enigmas y secretos que envuelven el pasado de su padre, un sacerdote que colgó los hábitos, un hombre "pacifista, intelectual, indocumentado", como ella lo describe.

Es precisamente su condición de hija de inmigrante indocumentado en Estados Unidos lo que mueve a Salinas en estas memorias a denunciar el espíritu antiinmigrante que alimenta cada vez más las posturas de periodistas, políticos y ciudadanos estadounidenses.

Se trata de un fenómeno que ha derivado en una "ola antihispana, antilatina, de un tono racista, no sólo antiinmigrante", denuncia.

Desgraciadamente, para Salinas, los hispanos "no tenemos un Martin Luther King que tenga ese poder de convocatoria" capaz de canalizar las "voces ignoradas" y derrotar la intolerancia.

Sin embargo, las masivas movilizaciones de inmigrantes hispanos en Los Angeles, Chicago, Atlanta, Denver y otras ciudades, "tienen efecto" y laminan esa "retórica antiinmigrante de políticos como el congresista Tom Tancredo o el periodista Lou Dobbs", de CNN, señala.

En cuanto al trascendental debate sobre la reforma migratoria que se produce estos días en Estados Unidos, ella afirma que hay "un debate sólo de un lado, a través de los medios en inglés, que son la mayoría, un debate que acusa a los inmigrantes de todos los males".

Por ello, reconoce como un "sueño hecho realidad" que cientos de miles de inmigrantes hispanos se manifiesten y griten en las calles "¡basta ya, dejen de tratarnos como criminales y terroristas!".

Y apunta a una preocupación creciente: "Lo fácil que es lavarle el cerebro a la gente", lo "manipulable" que es la sociedad estadounidense.

Lo hemos comprobado, dice, "después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, cuando se empezó a echar la culpa de todo a los inmigrantes y extranjeros", lo que ha generado, tristemente, "una sociedad cerrada y con mucho odio por dentro".

En "Yo soy hija de mi padre" (HarperCollins), que saldrá a la venta en EU el 10 de abril, la autora pone también al servicio de los lectores desde los recuerdos de su infancia hasta las entrevistas con destacados personajes de la historia contemporánea.

Portada de un libro
que es interesante 
de principio a fin
Foto: Sitio Oficial

En ese escrutinio del poder destaca la entrevista con el ex dictador chileno Augusto Pinochet, "el personaje con el que me he sentido más intimidada, con más de diez generales detrás de él mirándome, con sus cámaras, luces y micrófonos, y yo sola con mi productor y camarógrafo", dice.

Por el contrario, el enmascarado "subcomandante" Marcos, el líder rebelde de los Zapatistas mexicanos, fue uno de los personajes que más la impactaron.

"Me cayó bien, lo vi como a una persona común y corriente, auténtica, idealista, y puso sobre el tapete en México el tema indígena, que no existía hasta ese momento", explica.

Entre otros personajes controvertidos con los que ha estado se encuentran el dictador panameño Manuel Antonio Noriega, encarcelado en Miami por narcotráfico, el peruano Alberto Fujimori, reclamado por la justicia de su país, y el presidente cubano Fidel Castro.

Pero esta reportera que cree en lo que hace, que recorre el mundo como testigo de la historia, advierte de cuál debe ser la relación con el poder: "Siempre de reto, no importa si el poder es de izquierda o de derecha".

"Es que el poder es algo tan peligroso… creo que corrompe a tanta gente…", diagnostica lejos de equidistancias. (Agencias)

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