“Los Pajarracos”, una comedia muy original que retrata todo un universo popular mexicano

Miguel Rodarte hace el
papel de un enmascarado
enamorado del Pancracio
y de las mujeres
 Foto: Azteca21

Por Javier Pérez
Reportero Azteca 21

Guadalajara, Jalisco, 26 de marzo. La comedia es el género elegido por Horacio Rivera y Héctor Hernández para su debut en el largometraje con “Los pajarracos”, un filme que se encuentra en competencia, en la sección Panorama Mexicano, en el 21 Festival Internacional de Cine en Guadalajara.

La cinta centra su historia en un luchador enmascarado sinaloense que se encuentra en Tijuana tratando de alcanzar su sueño de pasar la frontera y triunfar en los cuadriláteros estadounidenses.

Ambos realizadores coinciden en entrevista que su personaje principal (interpretado por Miguel Rodarte) es distinto a los luchadores vistos en el cine nacional, al menos en cuanto a su heroicidad. “Este luchador es un sinvergüenza, un bribón, a quien le gustan mucho las mujeres, y las mujeres le causan muchos problemas. Son parte de su aventura, de su trayectoria en la película, por eso es un luchador”, comenta Rivera.

Para el protagonista, Miguel Rodarte (“El Tigre de Santa Julia”), la película presenta un universo auténtico. “Es muy poco visto y poco retratado en el cine en general, porque todo sucede en Tijuana, donde todos sabemos que es una frontera muy transitada, una ciudad surrealista, única, extravagante. Es un universo fantástico.

“A partir de que el personaje es un luchador, empieza a desarrollarse toda la historia de querer cruzar la frontera. El simple hecho de representar a un luchador enmascarado con mallas, botas y calzoncitos, en una comedia con todo este universo, ya representaba todo un reto actoral importante. Poco a poco nos fuimos integrando, platicando, viendo fechas. Íbamos viendo posibilidades, me fui empapando del proyecto, enamorando de él, hasta que un buen día hicimos una primera escena de la película, que fue como un anticipo de lo que venía. Fue entonces cuando ya sentí y encarné al personaje“, explica el actor.

Precisamente el universo tan extravagante al que alude Rodarte permitió que la historia, filmada el año pasado, se llenara de un buen número de personajes a los que Rivera considera peculiares. “Está César Bono como el líder de una secta religiosa llamada Aztlán, Alejandro de la Vega como un monaguillo desvergonzado también, Regina Orozco como una falsificadora de dólares, Luis de Alba haciendo dos personajes (don Rosendo Aguilar, un diputado de Sinaloa con sus vicios y virtudes, y también como su hermano Gemelo, el Pájaro), Ivón Montero como la asistente del Champion e Itatí Cantoral como una locutora de radio”.
Para los realizadores, estos personajes encarnan temas duros de la actualidad mexicana. “Cada personaje tiene una moraleja, cada historia encarna un vicio y una virtud”, dice Rivera.

Aunque no deja de sentirse una amalgama de clichés que cubre a actores, personajes e historia, Hernández aclara que la suya es una visión fresca. “Hay un guión que les da alas para hacer un personaje que nunca han hecho, y por otro lado, un tratamiento fresco y sin prejuicios, sin tratar a estos actores como los de los videohomes. Son actores  que entienden muy bien la relación con el público, que se comunican, que han logrado muchísimos éxitos  a través de su trabajo, haciendo una comedia muy fresca y buscando la calidad.

“Puedes decir que partimos de ciertos clichés, por ejemplo el político o la dueña del antro, la matrona. Pero eso sólo es un punto de partida. En realidad, la película es muy original porque trata todo un universo popular mexicano, sin avergonzarnos de retratar el arrabal, el polvo, la mugre, pero buscando una calidad cinematográfica, pero busca gustarle a al gente”, concluye.

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