Ecos de la 69 Convención Bancaria

Por la espiral
Claudia Luna Palencia

-Ecos de la 69 Convención Bancaria
-Los ricos también votan. El desdén
-Presencia vital en la economía

Como cada año, dentro del primer trimestre, sucede en México el evento de los banqueros, la reunión de la comunidad financiera integrada por directivos de las instituciones de primer piso, segundo piso, un amplio grupo de intermediarios, autoridades supervisoras y reguladoras, en suma, toda una elite que mueve el sistema de pagos del país, los ahorros y los créditos.
 Los tiempos de los banqueros de cuño en México quedaron atrás y los cambios de este México revulsivo han contagiado por igual a una Banca que hace  quince años burbujeaba de champaña por el surgimiento de una estirpe de neobanqueros de la iniciativa privada mexicana.
 Entonces, las convenciones no eran tan austeras, había que lucir el poder del sol naciente de los ricos banqueros mexicanos. Pero el gusto les duró poco y con la historia de la debacle económica de 1994-1995, los fraudes y todo los trucos para ocultar las préstamos relacionados entre banqueros hacia sus empresas, operó el Fobaproa, y se inauguró así otro tramo de “la historia más negra de México”, porque el primero correspondió al sexenio de José López Portillo con la exponencial de la deuda externa.
 El dato anecdótico consustancial es que en pleno efecto dominó, en el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León, cuando la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) anunciaba la intervención gerencial de uno y otro banco por la situación de los números rojos en las instituciones, ni en esos momentos de agobio fueron suspendidos los convites anuales de los banqueros.
 La Banca estaba quebrada, sus clientes nos convertimos en los rescatadores pero los dueños seguían volando en sus aviones, viajando en sus helicópteros y aplicando una política interna de austeridad en las instituciones que no llegó a la cabeza de ningún Consejo de Administración o de Dirección General.
 En particular yo asistí a Acapulco, Guerrero, a cubrir tres convenciones bancarias para el periódico Reforma y El Economista (1997, 1998 y 1999). Los banqueros no estaban preocupados por el riesgo inminente de quedarse sin el negocio,  ellos querían recuperar a toda costa la cartera vencida hipotecaria y agilizar las leyes mercantiles para reclamar en tres meses casas, terrenos, negocios, todo lo que estaba en financiamiento y que por las tasas y el desempleo fueron impagables.
 Pero los rescatamos, y de manera muy cómoda pasaron del asiento de dueños o de accionistas principales, al de empleados de la banca extranjera. Las  cosas cambiaron: la Asociación de Banqueros de México fundada el 12 de noviembre de 1928 modificó su razón social el 3 de diciembre de 2003 por la de Asociación de Bancos de México, A.C. (ABM).  Las convenciones bancarias se volvieron más austeras y cada vez menos interesantes por el contenido, la incapacidad de autocrítica de las instituciones que conforman el sistema financiero, y por qué no se dice nada nuevo, ni propositivo. Se volvió una asociación de bajo perfil, señal de que perdieron poder decisorio –por el predominio del capital foráneo.  El reciente desdén de varios candidatos a la Presidencia de la República, al no ir a Acapulco, es una prueba fehaciente.
 Roberto Madrazo, candidato de la Alianza por México, fue el único de cinco contendientes a la Presidencia que acudió el viernes pasado a la 69 Convención  Bancaria, asistió el último día de sesión, para anunciar que una de sus propuestas es “fortalecer la autonomía del Banco de México y mantener la estabilidad cambiaria.”
 Ni Patricia Mercado, del Partido Alianza Socialdemócrata y Campesina (PASC),  ni Roberto Campa, del Partido Nueva Alianza (Panal) estuvieron presentes. En tanto que,  Felipe Calderón Hinojosa, candidato del PAN, no asistió por los cambios de agenda y por el orden de las participaciones;  mientras que Andrés Manuel López Obrador, candidato de la Alianza por el Bien de Todos, sigue firme en una actitud de rechazar cuánto foro tiene que ver con los círculos del dinero.
 López Obrador al ser el candidato que más posibilidades tiene de llegar a la Presidencia debe demostrar madurez política, capacidad de gobernabilidad y de inclusión. Si el candidato López Obrador tiene enormes roces con las cúpulas empresariales, los banqueros y los inversionistas, ¿qué clase de relación tendrá con éstos cuándo llegue a gobernar?
 Los ricos también votan, no puede fingir amnesia el candidato por “el bien de todos”. Inquieta la actitud de  López Obrador que considera que al tener de interlocutor a Carlos Slim Helú hacia los grupos que mueven los flujos de capital, con eso, él ya no tiene que ocuparse de las elites. Por tanto, con el Acuerdo de Chapultepec, el mensaje entre líneas es que López Obrador trabajará por los pobres y los viejitos; y Slim Helú hará que la rueca siga funcionando.  ¿Y los otros empresarios no cuentan?  ¿Y de la clase media quién se acuerda?.
 La actitud de Slim Helú (insisto es para emularla porque su fórmula funciona)  le ha permitido al empresario pasar la transición de la dictadura priísta, a un gobierno panista, y estamos al borde de un híbrido neopopulista, pero Slim Helú no se altera.
En 2001, le pregunté al empresario acerca de su visión política, un aspecto revelador del por qué el tercer hombre más rico del mundo mantiene la calma ante el presagio lopezobradorsista. En palabras de Slim Helú: “A mí el cambio político ni me viene ni bien ni mal. Para un empresario lo importante es el clima económico. Y lo que nos interesa a nosotros es que vendamos productos masivos. Es hacer que la gente tenga trabajo, ingresos y capacidad de compra, es decir, poder adquisitivo.  Quien sea el Presidente de la República es una gente a la que hay que apoyar y respetar, se llame Juan o Pedro”.
SERPIENTES Y ESCALERAS
En la 69 Convención Bancaria se informó que durante 2005, el crédito a las personas físicas continuó en expansión. Las carteras de financiamiento a personas físicas aumentaron 46.5%,  representando el 45% de la cartera total, 7% más del peso adquirido en diciembre de 2004.
La cartera vencida de menudeo, como porcentaje de la propia cartera de menudeo, disminuyó casi 1% (llegando a ordenes del 3.35%), originada por las campañas de reestructuración y pago del portafolio hipotecario.
 Para la minuta: los pocos banqueros mexicanos y los representantes de la banca extranjera en México consideran que las instituciones están funcionando y colocando los créditos y el financiamiento para que la economía se mueva.  Lo que omitieron decir es a qué costo.
Agradezco sus comentarios a:claulunpalencia@yahoo.com

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