Estrenos en México en formato DVD para los lectores de Azteca 21

Por Javier Pérez
Reportero Azteca 21

Ciudad de México. 15 de marzo de 2006. Este espacio se abre con la finalidad de dar cuenta de los estrenos que constantemente ofrece el mercado de DVD en México. No se trata de reseñar tal cual los títulos que dejan la cartelera comercial para trasladarse al formato casero (aunque será inevitable abordarlos), sino de resaltar los rescates que ofrecen las compañías, darle espacio a los filmes pequeños y, cómo no, buscar en el cine mexicano (tanto clásico como contemporáneo) opciones para los lectores de Azteca 21.

Por el lado oscuro del camino

Exhibida en su momento en la edición 18 del Foro Internacional de la Cineteca, con una corrida comercial más bien limitada, un estreno en video que casi ningún video club promovió, y como parte del acervo de la desaparecida Quimera Films (que incluía títulos como “Hombre muerto”), “Por el lado oscuro del camino” (EU, 1997), como se le conoció en México a “Lost highway”, es ahora rescatada en devedé por Zima.

No se trata de uno de los mejores trabajos de David Lynch, el director del filme, pero sí es el que recupera la perversidad que ya había mostrado en “Terciopelo azul” (1986). La intrincada historia, que incluye el cambio total del protagonista masculino (primero Bill Pullman es un músico acusado de asesinar a su esposa y luego se convierte en un inocente mecánico, interpretado por Balthazar Getty, que sale de ella) y la intervención de su contraparte femenino (Patricia Arquette parando corazones) en dos vertientes distintas aunque con los mismos diálogos, lo convierten en un rompecabezas estilizado, siniestro, erótico y, desde luego, un digno ejercicio del universo lyncheano.
Distribuye: Zima Entertainment.

Las tortugas pueden volar

El escenario es una pequeña y desolada población de refugiados del Kurdistán iraquí, en la frontera entre Irán y Turquía, donde los niños controlan su propio destino. La habilidad de Kak Satélite (Soran Ebrahim) para instalar antenas parabólicas, así como su don para la negociación y las pocas frases en inglés que conoce, lo convierten en líder para realizar la labor de búsqueda, desconexión y venta de las minas instaladas por el gobierno de Saddam Hussein.

Sin embargo, no es esta realidad la que capta el interés total del cineasta Bahman Ghobadi, sino la del trasfondo, la cual es subrayada a través de tres personajes: Hyenkov (Hirsh Feyssal), chico mutilado que llega al lugar acompañado de su hermana Agrin (Avaz Latif), adolescente como él, y el pequeño y ciego hijo de ésta.

A través de ellos se expone un discurso lleno de metáforas y fantasías tormentosas. Las premoniciones del Manco comunican más que las informaciones televisivas; la desesperación, el dolor y la frialdad de la bella Agrin dicen más de los sufrimientos de los pobladores afectados por la guerra y la tiranía que cualquier discurso, y la inocencia, nulidad visual y dependencia del hermanito sirven más para reflejar la condición de un pueblo entero que cualquier otra cosa.
Distribuye: Zima Entertainment.

Cinco días para vengarse

“Cinco días para vengarse” es un filme que lleva las emociones a los extremos, que transita del thriller a la tragedia y donde, como señaló en su momento Roger Ebert, la acción (violenta, aunque ésta no es siempre gráfica) tiene un propósito.

El segundo filme de la “Trilogía de la venganza” (iniciada con la estupenda “Sympathy for Mr. Vengeance”), del realizador sudcoreano Chan-wook Park, está basado en el manga japonés “Oldboy”, de Minegishi Nobuaki y Tsuchiya Garon. La historia sigue a Oh Dae-su (Min-sik Choi), un tipo que, una noche de 1988, es secuestrado y encerrado durante 15 años. Su única forma de comunicación es una televisión, por la cual se entera de que es acusado del asesinato de su mujer (su hija entre tanto es dada en adopción). Cuando sale de su encierro, es abordado por su secuestrador, quien le da cinco días para saber las razones de su cautiverio.

En su búsqueda (que es cuando de veras empieza la acción) es ayudado por la cocinera Mido (Gang Hye-jung). El estilo visual de “Cinco días para vengarse” es impecable, y no se diga menos de las sorprendentes escenas de pelea (esa secuencia del elevador, con el extra de que Choi filmó casi todo sin dobles) o aquella otra del pulpo, y con un final que, aunque un tanto inverosímil, no deja de ser contundente. Park obtuvo el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes 2004.
Distribuye: Filmhouse.

Una cinta nipona de animación
 Foto: Azteca21

El increíble castillo vagabundo

Hayao Miyazaki es uno de los directores japoneses de filmes de animación más destacados. “El increíble castillo vagabundo” se suma a una importante carrera que incluye títulos como, por ejemplo, “El viaje de Chihiro”. Su habilidad para combinar la ternura y la sensibilidad con la violencia y la destrucción reaparece en la historia de Sophie, adolescente de 18 años que es transformada en una anciana de 90 por una malvada bruja.

Aunque su primer reacción es de temor, Sophie pronto encontrará en esta situación una forma de liberación y una sensación plena de aventura que la harán aceptar trabajo en el castillo de Howl, un joven hechicero de quien terminará enamorándose.

Este castillo es uno de los personajes más emblemáticos de la cinta de Miyazaki, pues a través de él y su constante movimiento (que le da el título en español al filme) puede darse el lujo de crear un elaborado mundo de fantasía en el que da rienda suelta a su capacidad como cuentacuentos.
Distribuye: Zima Entertainment.

Roma, ciudad abierta
Se trata del filme que inaugura una de las corrientes cinematográficas que más influencia tuvieron a mediados del siglo 20: el neorrealismo italiano, caracterizado por su mirada casi documental a la realidad aludida, así como por el empleo de actores no profesionales (o que, de plano, no eran actores) para seguir fielmente los principios rectores para captar la realidad.

Una obra maestra del cine italiano
Foto: Azteca21

“Roma, ciudad abierta” (1945), del célebre Roberto Rossellini (cuyo guión fue firmado por Federico Fellini y Sergio Amedei), fue filmada, de hecho, cuando Italia acababa de se liberada del régimen fascista italiano en el poder durante la Segunda Guerra Mundial. Trabajada como si se tratara de un documental, la cinta tuvo que prescindir del sonido directo y hasta emplear a soldados reales en algunas escenas.

La historia sigue a Manfredi (Marcello Pagliero), líder de un grupo de disidentes del régimen nazi que se encuentra escapando. Pide ayuda a Francesco, quien a su vez recurre a su novia embarazada Pina (Anna Magnani, soberbia). Ella avisa al sacerdote Don Pietro (Aldo Fabrizi), para que ayude a escapar a los disidentes. Sin embargo, a Rossellini le interesaba mostrar la crudeza de la realidad. “Roma, ciudad abierta” obtuvo el máximo premio en el Festival de Cannes de 1946.
Distribuye: Zima Entertainment.

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