Grupo México, ¿mintieron?

Por la espiral
Claudia Luna Palencia

-Grupo México, ¿mintieron?
-Tema con tajada política
-Indemnizaciones, pero no iguales

Grupo México, con clave de cotización GMEXICO, en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), en el New York Stock Exchange (NYSE) y en la  Bolsa de Lima, comenzó el año con el pie izquierdo con la emisión de reportes a sus accionistas para informar de dos eventos negativos ocurridos en empresas propiedad del grupo.
 El primer siniestro sucedió el 6 de enero de 2006, entonces Grupo México envío  un boletín para dar cuenta de lo acontecido en la refinería electrolítica de zinc ubicada en San Luis Potosí, administrada por su subsidiaria, Industrial Minera México (IMMSA).
 El reporte señala que una falla eléctrica ocasionó la suspensión de operaciones de la refinería, “afortunadamente no habrá consecuencias económicas, ni hubo desgracias personales que lamentar”.
 Casi un mes y medio después, el pasado 20 de febrero, surgió otro comunicado de la empresa señalando una   explosión de gases ocurrida el domingo 19 de febrero (aproximadamente a las dos de la mañana) en la mina de carbón Pasta de Conchos, subsidiaria de IMMSA, en el municipio de San Juan de Sabinas, Coahuila.
El parte, para el mercado bursátil, destaca: “La explosión provocó el derrumbe de un sector de la mina atrapando a más de 70 mineros. De inmediato, la empresa envió cuadrillas de sus expertos, especialmente entrenados y capacitados para rescatar a los trabajadores. Hasta el momento los grupos especiales encontraron a 11 de estos mineros,  quienes están ilesos o con heridas menores”.                                                                                                                
“Asimismo, se ha contado con la pronta y eficaz colaboración del Ejército       Mexicano, del apoyo del gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, quien se     encuentra directamente ahí,  y de las autoridades municipales para proteger y  avanzar en los trabajos de rescate.  Empresas solidarias de la región,         enviaron cuadrillas especializadas de rescate”.   
El texto de Grupo México concluye afirmando que la prioridad  es el rescate de sus trabajadores y la atención a sus familias. “Además, no se escatimará recursos o   esfuerzos en esta tarea primordial”.                                          
 Para el 21 de febrero, los accionistas recibieron otro comunicado, esta vez de  Germán Larrea,  presidente de Grupo México, para reafirmar que la prioridad absoluta de su  subsidiaria Minera México “es el rescate de sus trabajadores atrapados en la mina de carbón Pasta de Conchos y la atención de sus familias”.               
 “Desde el domingo a primera hora el presidente de  Minera México, S. A. de C. V., Ingeniero Xavier García de Quevedo, y un grupo de sus mejores técnicos están directamente en dicha unidad minera dirigiendo los esfuerzos de rescate. La empresa contrató, además, los servicios  especializados de los mejores técnicos internacionales expertos en rescates de esta complejidad. Las tareas de rescate hasta el día de hoy han avanzado más  de medio kilómetro en la zona de derrumbe principal, y se conoce que existen   otros derrumbes que habrá que superar”.                                       
A COLACIÓN
 Lo que Grupo México omitió decir a  sus accionistas fue que  la situación en San Juan de Sabinas era más delicada y tensa de lo que realmente podrían intuir en una cuantas líneas, por ello, diversos elementos del Ejército acudieron a la zona a 24 horas de ocurrido el siniestro, porque el  tumulto de familiares, amigos, vecinos y conocidos de los trabajadores atrapados comenzó a crecer con el avance de las horas y los escasos resultados. Cualquier chispa podría sacar las cosas de control.
 Así es, se quiso evitar una turba inflamada por la  desproporción del dolor de los familiares, la ira, la angustia y la impotencia. A las 48 horas del accidente, ante la creciente desesperación de las mujeres, madres, esposas, hermanas, sobrinas, hijas, primas y abuelas de los mineros atrapados, las decisiones de la Gerencia fueron primero, organizar la seguridad de la planta por medio de  sacar al tumulto de familiares del perímetro de la empresa; resguardar el acceso; y nombrar a un representante por trabajador para directamente informarle de los avances, las evaluaciones y los hallazgos.
 Al mismo tiempo, los voceros de la empresa en el área fomentaron un aliento de esperanza “podrían estar vivos, eso depende de la calidad del aire, pero los vamos a  encontrar y a rescatar”. Después con las horas y los días, en Pasta de Conchos se pasó al desánimo porque la explosión por gas metano cimbró con gran magnitud las entrañas de la mina.
Se habló de rescate, pero ninguna autoridad de Grupo México o de su subsidiaria IMMSA, ni el propio  Francisco Javier Salazar, secretario del Trabajo, -quien por cierto reveló su falta de experiencia-, o el mismo gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, quisieron abordar el tema con franqueza, nadie se atrevió a decir “están muertos”.
Ahora que los ánimos ya se desbordaron, surgen otras interrogantes: ¿Será posible que la tragedia se valore como una oportunidad de medrar con el dolor para usarlo de bandera de ataque entre priístas y panistas?.
GALIMATÍAS
 En las investigaciones de los peritos de la Secretaría del Trabajo, y de las propias autoridades del gobierno de Coahuila, deberán darse un seguimiento puntual a la situación de la mina previa a la explosión, pero también una investigación que incluya la toma de decisiones de la empresa post siniestro.
 Mientras se definen las causas de la explosión, el gobierno de Coahuila debe proporcionar asesoría a los familiares de las víctimas a fin de evitar atropellos en  las indemnizaciones que Grupo México pretende dar como si fuera una gratificación, cuando es una obligación.
El sábado pasado, Juan Rebolledo Gout, vicepresidente de Relaciones Internacionales, de Grupo México, señaló que darán compensaciones del orden de los 750 mil pesos. Es una cantidad aproximada que depende del trabajo del minero; de si  era sindicalizado o no; o subcontratado.
Esto puede dar el origen a muchos atropellos para las familias, por indemnizaciones discriminatorias. Recordemos que, independientemente del  puesto de trabajo y la condición contractual, todos tenían en común que eran seres humanos que arriesgaban su vida en dicho trabajo. Tiene que darse una indemnización pareja, lo mismo para los trabajadores que salvaron la vida.
Para los sobrevivientes, Grupo México estima una indemnización de 100 mil pesos. Otro atropello más, con el mensaje tan positivo de que se vale más muerto que vivo.
¿Esta es la forma en que la empresa trata siempre a sus empleados? ¿O es meramente circunstancial?.
Los voceros de Grupo México comentan de la creación de un fideicomiso para la educación universitaria de los hijos de los mineros fallecidos. Es otra asesoría necesaria para analizar la verdadera disposición de los recursos en dicho fideicomiso.
Agradezco sus comentarios a:claulunpalencia@yahoo.com

Redacción Azteca 21

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