Raúl Sandoval, ataviado con elegante traje de charro negro inaugura la Feria de Iguala

Raúl sufre desmayo al iniciar
la Feria a la Bandera en Iguala
 Foto: Azteca21

 
Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21
 
Iguala, Guerrero. 17 de febrero de 2006. Hoy dieron comienzo las actividades de la Feria a la Bandera en esta ciudad con la Fiesta Macuixóchitl —consistente en un desfile de estudiantes y maestros de diferentes escuelas del municipio por las principales calles—, una Loa a la Reina de la Feria “Yazmín I”, a cargo de Víctor Manuel Mata Pastrana, y el traslado del fuego desde el Monumento a la Bandera a las instalaciones de la Feria, donde el alcalde Antonio Jaimes Herrera, acompañado de personalidades y autoridades locales, cortará el listón de inauguración oficial.
 
Más tarde, en el Teatro del Pueblo, de las remozadas instalaciones de la Feria, Raúl Sandoval, ataviado con un elegante traje de charro negro y pistola en el cinto, inauguró las actividades artísticas, acompañado del mariachi Fiesta de México, ante miles de asistentes que lo esperaban para escucharlo cantar los temas que le han ganado un lugar en el mundo del espectáculo y en el corazón de sus fans.
 
Como siempre, “El cachanilla” agradeció al público su presencia y apoyo; después interpretó diversos temas de sus discos, sobre todo de su tercero, donde incluye “Tristes recuerdos”, “Jamás”, “Que no quede huella”, “Si no te hubieras ido”, “El triste”, entre otros.
 
Derrochando simpatía y empuje, Raúl bailó con una señora en el escenario mientras cantaba, luego besó a unas niñas, le habló tiernamente a una mujer en el oído, bailaba sensualmente, “también le hago al tubo”, dijo; en fin, no dejaba de manifestar su alegría de estar con el público guerrerense.
 
De esta manera, cantando literalmente una tras otra y bebiendo abundantemente agua en los intervalos, Raúl ya se había ganado al público, sus fans no dejaban de gritar y el concierto se desarrollaba formidablemente. “¿Quieren más?”, repetía el de Mexicali, presagiando el final de su actuación, y la respuesta no se hacía esperar: “Siiiiiiií”.
 
Así, cuando sonaron los acordes de “Granada”, de Agustín Lara —que seguramente era el tema de despedida, por los comentarios del cantante—, Raúl empezó a simular pases de pecho, como si pensara en el "Rey David" o Manolo Martínez, y le pedía al público el “olé”.
 
“Granada, tierra soñada por mí/ mi cantar se vuelve gitano…” sonó la voz de Raúl, quien sudaba copiosamente ante el esfuerzo de alcanzar los elevados tonos y por el calor de esta tierra guerrerense y del público reunido. De pronto, ante la sorpresa de todos, la voz se le quebró y dejó de escucharse. Simultáneamente, se tambaleó, su rostro se desencajó y cayó hacia atrás, justo en medio del escenario.
 
Eran las 23:05 de la noche. El concierto en su apogeo y el cantante se quebró, pero no se rompió. Gente de su equipo corrió de inmediato, lo levantaron desmadejado y lo cargaron a la parte de atrás del escenario. Ahí le dieron los primeros auxilios. Luego lo metieron a los camerinos. La gente se agolpó hacia el escenario. Las fuerzas del orden la contenían a duras penas; del éxtasis pasó al purgatorio. Del asombro, los rostros pasaron a la inquietud. Fueron minutos angustiantes. El mariachi siguió tocando música; cantaron otros dos temas que los asistentes no tomaron en cuenta. “¿Qué le pasó?, ¿cómo está” se escuchaba como un rumor gigante.
 
Poco después, alguien cerca del escenario comenzó a aplaudir; fue imitado. Ahí estaba “El cachanilla”. Pálido, algo desconcertado, pero dispuesto a dar la batalla. “Primero muerto que rajado”, expresó al arribar al escenario, ante miles de aplausos en reconocimiento a su profesionalismo y de porras de sus fans.
 
Raúl concluyó como pudo la inmortal canción de “El flaco de oro”: “Granada, tierra ensangrentada,/ en tardes de toros./ mujer que conserva el embrujo /de los ojos moros…” La sangre no corrió esta noche. Si Raúl fuera un matador, hubiera salido en hombros, no por la faena realizada —negada por un juez severo—, sino por la entrega, la pasión y el amor a su arte. “Olé, matador”.
 
Mañana las actividades artísticas continuarán con la presencia de Consuelo Duval, quien ha participado en telenovelas, como “La usurpadora”, “Mi destino eres tú”, “Serafín”, “Locura de amor”, entre otras, y en programas como “La Telaraña”, “Cámara in fraganti”, “Juntos pero no revueltos”, “Al derecho y al Derbez”, “Otro Rollo”, “Mujer, casos de la vida real”y “La Hora Pico”.
 
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