Goodbye Mister Greenspan

Por la espiral
Claudia Luna Palencia

-Goodbye Mister Greenspan
-18 años al frente de la FED
-Posturas del banquero más influyente

Todo lo que principia, tiene un fin. El ciclo de Alan Greenspan, al frente de la  Reserva Federal de Estados Unidos (FED), se completa este  martes en la  reunión de la FED.  Después de 18 años  concluye la era Greenspan y comienza un periodo de prueba muy importante para Ben Bernanke, quien en muy corto tiempo, deberá mantener la credibilidad ante los mercados internacionales. ¿Habrá la era Bernanke?.
 Es cierto que podemos hacer un  resumen laborioso de la trayectoria de Greenspan al frente de la institución encargada de la política monetaria en Estados Unidos y de la supervisión y regulación bancaria, en el que no deben omitirse las aportaciones que este economista de fama mundial realizó a favor de una mayor apertura de las actividades del banco central para con los medios de comunicación; del redimensionamiento del juego de expectativas, provocando incluso, una reacción psicológica anticipada en los participantes de los mercados financieros; en las medidas para el control de la inflación; y en los análisis sobre los fenómenos y shocks que desatan las crisis financieras. 
 Greenspan tuvo una influencia natural de la época en la que nació -6 de marzo de 1926-, él tenia tres años de edad cuando sucedió la Gran Depresión de 1929 con efectos indeseables en varios países. A los trece años de edad le tocó atestiguar el comienzo de la Segunda Guerra Mundial; siendo un joven, hacia finales de la Segunda Guerra Mundial, en 1944 sucedió a nivel mundial una  reorganización de los esquemas monetarios. El acuerdo de Bretton Woods llevó a la aceptación general de un patrón cambio–oro basado en el dólar estadounidense, en el cual todas las monedas principales se fijaban respecto al dólar y el dólar era convertible en oro.
 En 1971, Greenspan era un maduro profesionista que formaba parte del Consejo Consultivo de Economía y del Tesoro de Estados Unidos con el presidente republicano Richard Nixon. En ese año aconteció el derrumbe de Bretton Woods y el presidente Nixon suspendió la convertibilidad del dólar en oro.
 En 1987, Greenspan tenía 61 años de edad cuando el presidente republicano  Ronald Reagan lo nombró presidente de la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal en sustitución de Paul Volcker. A partir de entonces comenzó a forjarse la historia que rodea a uno de los banqueros centrales más prestigiados del mundo, sobreviviente en el cargo de varios cambios de administración en la Casa Blanca, entre republicanos y demócratas.
 A penas dos meses después de su nombramiento, los especuladores recibieron a Greenspan tirando la Bolsa de Valores de Nueva York. En este primer mensaje de Wall Street, del 19 de octubre, la bolsa cayó 22 por ciento.
El llamado black monday impactó a  México, en tiempos de una economía cerrada, pero que no nos libró de una combinación de factores internos y externos. La  Bolsa Mexicana de Valores (BMV) perdió 52 mil 671 puntos, es decir, un 16.5 por ciento. El ex presidente Miguel de la Madrid Hurtado, en su libro “Cambio de rumbo”,  refiere que: “Dicha tendencia continuó en los días siguientes hasta volverse un fenómeno dramático. En el curso de un mes llegó a perder 70% y seguía a la baja, generando un clima de histeria entre los inversionistas. Miles de personas se vieron afectadas, lo que creó un ambiente de incertidumbre y malestar muy negativo”.
  En aquel contexto muchos analistas advirtieron de la vulnerabilidad del  mundo de la Guerra Fría señalando los enormes costos y riesgos sociales de repetirse otro escenario como el de 1929.
 De entrada, éste fue el marco bajo el que Greespan se estrenó  como encargado de encaminar y dirigir la política monetaria de Estados Unidos, país cuya economía ha padecido diversos males en las últimas dos décadas: problemas de inflación y desempleo; un desempeño cíclico en el que se acortan los periodos de expansión, en cambio se profundizan los de contracción o recesión;  problemas de déficit crónico en la cuenta corriente y de déficit presupuestal. Debemos sumarle los efectos negativos que impactan a la economía de Estados Unidos derivados de un mundo más interrelacionado en la parte tecnológica y de los mercados financieros.
A COLACIÓN
 Acerca de Greenspan se han escrito varios ensayos y  biografías recordamos “Alan Greenspan, Wall Street y la economía mundial”, un libro de  Bob Woodward; así como el libro “La Reserva Federal. La historia secreta de cómo la institución más poderosa maneja el mercado”, una investigación de Martin Mayer.
 En ambos textos se hace referencia al papel que jugó el presidente de la FED, en los ciclos de auge y contracción de la economía estadounidense, a partir de las maniobras de la política monetaria.
En los últimos años, Estados Unidos ha padecido dos recesiones importantes: la de 1990 a 1991; y la de 2001.  No obstante, para Greenspan, más que ocuparse del crecimiento, su punto focal, como todo banquero central, fue  declararle la guerra a la inflación por medio de las tasas de interés, el instrumento más eficaz para impactar en la economía interna y al mismo tiempo en los mercados internacionales.
GALIMATÍAS
 Greenspan se va. Su jubilación de la FED, a sus casi ochenta años de edad, le permitirá seguir con su labor  de asesoría que comenzó recién egresó de la universidad, hace cincuenta años, cuando estableció la firma Townsend-Greenspan & Co.
 Se va el gurú de las finanzas, un hombre que con todo y lo respetable que es, tampoco deja a Estados Unidos mucho mejor de lo que estaba hace 18 años.
 Quizá, ahora con más tiempo disponible, Mister Greenspan dedique más atención a recopilar las memorias de las últimas dos décadas. Quizá, les añada algunas confesiones de su relación con los últimos cuatro presidentes de Estados Unidos, y realice una autoevaluación de los logros y fracasos de la política monetaria de la llamada era Greenspan.
 Sería bueno que, entre sus confesiones, Greenspan incluya el papel que él jugó como mecanismo de influencia para ayudar a México en la crisis de 1995, cuando el presidente William Clinton envío dinero fast track al presidente Ernesto Zedillo.
 Acerca de sus convicciones, Greenspan es un hombre conservador y ortodoxo, nunca estuvo de acuerdo en el libre comercio. Para él, Estados Unidos debe ocuparse en arreglar la debilidad del dólar en el mercado internacional y resolver los dos déficit que arrastra de forma peligrosa. Lo primero es proteger la casa, antes que el  patio del vecino.  Una lección netamente capitalista. Sólo nos resta decirle: goodbye Mister Greenspan.
Agradezco sus comentarios a:claulunpalencia@yahoo.com

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