Elecciones y rezagos evidentes

Este año el calendario para elegir gobernador, congreso local y ayuntamiento concurre con la elección federal del dos de julio en las siguientes entidades: Guanajuato, Jalisco, Morelos; y en el Distrito Federal.  Asimismo el 20 de agosto tocará el turno a Chiapas y el 15 de octubre a Tabasco.
 Tendremos un nutrido e interesante reacomodo  dentro de un espectro en el que todavía el PRI conserva la mayoría de las gubernaturas en la geografía política.
 En esta columna, previo a este reajuste de cuentas, le presentamos un breve análisis con datos recabados en el INEGI y el Banco de México acerca de los rezagos y las herencias que dejarán los gobernantes en turno a quién  asuma el relevo en el poder.
 Iniciamos con el Distrito Federal y encontramos que la multicitada y publicitada “ciudad de la esperanza” ha empeorado en tres aspectos: 1) Explosión del ambulantaje producto del solaz populista de los delegados.  La  Asamblea Legislativa del Distrito Federal cuenta con  estudios que mencionan que, durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, aumentaron a más de 25 mil los comerciantes ambulantes en el Centro Histórico. Esto indica que en la gestión de López Obrador se cuadruplicó el número de personas que venden en la vía pública en el primer perímetro de la ciudad. 2) Incremento de la tasa de desocupación. En 2001, la tasa de desocupación se ubicó en 3.8%; para 2002 subió a 3.9%; luego a 4.6% en 2003; en 2004 se ubicó en 5.9% y para el tercer trimestre de 2005 ascendió a 6.4 por ciento. La ciudad de México aparece dentro de las primeras del país con mayores problemas de desempleo, en especial dentro del grupo de jóvenes y mujeres. 3) Incremento de las remesas. Para los que creen que la migración y las remesas son un fenómeno cultural deberían primero analizar la situación socioeconómica para dejar de mentir y aceptar que, tanto los bajos salarios como las dificultades para encontrar un trabajo con las correspondientes prestaciones de la ley, son un caldo de cultivo expulsor de la mano de obra mexicana.
López Obrador, candidato de la alianza  "Por el bien de todos", tampoco tiene autoridad moral para defender que sus políticas  sean exitosas. En 2000, en el cuadro de la distribución de las remesas por estado, el Distrito Federal obtuvo 295.8 millones de dólares. Al cierre de 2004 las remesas ascendieron a 954 millones de dólares, un alza de 222.51%; y para 2005 el Distrito Federal pasará a formar parte de la primera lista de entidades que reciben más de mil millones de dólares de remesas anualmente.
 En Guanajuato, el gobernador Juan Carlos Romero Hicks, al gran pendiente en obra pública dejará el de la miseria no atendida en una entidad que califica en la zona C, la más baja del salario mínimo. En 2000, los ingresos por remesas en la entidad sumaron 900.4 millones de dólares, en  2004 subieron a mil 531.6 millones de dólares; en las expectativas de 2005 Guanajuato podría desbancar a Michoacán como principal receptor de remesas. En la administración de Romero Hicks se aceleró la expulsión de guanajuatenses una mayoría ubicados en Dallas, Atlanta y San Antonio.
 En Jalisco, gobernado por Francisco Ramírez Acuña, a los retos  socioeconómicos se sumaron los señalamientos por la inseguridad en el estado. En 2001 la tasa de desocupación de Jalisco fue 2.5%; para 2002 de 3.4%; 2003 de 3.4%; 2004 de 3.9%; y tercer trimestre de 2005 ésta ascendió a 4.3 por ciento. La recepción de remesas registró un acelerador, de esta forma, en 2000 la entidad recibió 749.3 millones de dólares, para 2004 subieron un 89.40% con mil 419.2 millones de dólares.
 Por su parte en Morelos, los últimos seis años fueron de tensión permanente por una administración encabezada por Sergio Estrada Cajigal que enfrentó todo tipo de cuestionamientos, desde contubernio con el narcotráfico hasta con las bandas de secuestradores. El ambiente estuvo marcado por la  posibilidad de un juicio político contra Estrada Cajigal.  En Morelos, la  tasa de desocupación tiene un comportamiento errático: en 2001 fue de 1.4%; 2002 de 1.5%, en 2003 de 2.9%; 2004 de 3.1%; y en el tercer trimestre de 2005 se ubicó en 2.5 por ciento. Por el lado de la evolución de las remesas en  el año 2000 Morelos recibió 203.7 millones de dólares y para el cierre de 2004 un total de 400 millones de dólares, un crecimiento de 96.36 por ciento.
GALIMATÍAS
 Dos estados del sur-sureste del país, Chiapas y Tabasco, también tendrán un proceso electoral que se complica en la región más rezagada del país. Al clima electoral no contribuye  el descontento adicional entre la gente afectada por los embates naturales. Hay quienes lo  perdieron todo y ahora son víctimas de la burocrática aplicación de los recursos.
 En Chiapas, gobernada por Pablo Salazar Mendiguchía, la situación es en extremo delicada; y es que tal parece que Stan le quitó el maquillaje a la entidad para evidenciar que los grandes pendientes sociales no fueron atendidos  puntualmente.  La tasa de desocupación en Chiapas de 1.9% en 2001 y 2002; pasó a 2% en 2003; luego regresó a 1.9% en 2004; y en el tercer trimestre del año pasado subió a 2.4 por ciento.
No obstante es en las remesas donde se evidencian las carencias: en 2000 sumaron  13.1 millones de dólares y para 2004 subieron a 500.3 millones de dólares, una explosión del tres mil 719.08 por ciento.
 Chiapas tiene  como polvorín el que los  desastres naturales provocan  impactos económicos importantes que sólo agudizan los problemas de pobreza. Por Stan, de acuerdo a  Miguel Székely, de Planeación y Evaluación de la Sedesol, el desarrollo de Chiapas estará limitado durante una década.
 Los aspectos negativos siguen como un lastre y la misma Sedesol puntualiza que en Chiapas se perdió el equivalente al 15% del PIB estatal y la infraestructura de agua potable afectada es de casi 4 mil millones de pesos.
 Por último en Tabasco,   gobernador por Manuel Andrade Díaz, la tasa de desocupación va a la alza: en 2001 cerró en 3.4%; en 2002 bajó a 2.2%; volvió a descender en 2003 a 1.7%; pero rebotó en 2004 a 2.7%; y repuntó en el tercer trimestre de 2005 a 3.7 por ciento. En cuanto a las envíos de remesas, en 2000 contabilizaron 13.1 millones de dólares; para el cierre de 2004 llegaron a 95 millones de dólares un 625.19% más
 Dentro del caleidoscopio pautado no podemos soslayar que la tranquilidad de los comicios en estas entidades dependerá  en buena medida de ese juego de espejos de la gente de su percepción, hacia la satisfacción o decepción,  a sus respectivos gobernadores. Las carencias pasarán factura.
Agradezco sus comentarios a:claulunpalencia@yahoo.com

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