Muros en un mundo neoliberal

POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia

-Muros en un mundo neoliberal
-Remesas en cinco años históricas
-Negociación trilateral dentro del NAFTA

Hay una frase certera del gran filósofo y poeta hindú Rabrindanath Tagore que enfatiza de manera melancólica que: “En definitiva la verdad última es que el mundo entero es una expresión de la alegría”.
 No podemos sentirnos felices ni satisfechos en la evaluación de las relaciones bilaterales entre México y Estados Unidos, ni mucho menos en las circunscritas en el NAFTA o TLCAN de manera trilateral entre México, Estados Unidos y Canadá.
 Pesan las discrepancias, los antagonismos nacionalistas, los odios, los chantajes, la xenofobia, el individualismo, los acuerdos ventajosos y condicionantes en los que siempre pierde México a través de la imposición de un sacrificio mayúsculo. ¿Qué clase de relación hemos construido con Estados Unidos? ¿Qué clase de integración tenemos?.
 En comparación con la Unión Europea, México, Estados Unidos y Canadá sostienen una integración en pañales y, de tercera categoría, en la que se liberaliza únicamente lo que conviene  a Estados Unidos.
 Era previsible que el mundo enfrentara una corriente de migración después del final de la polarización entre el bloque socialista y el capitalista; era de esperarse que la globalización y el liberalismo económico y comercial sirvieran de impulso para que el factor trabajo buscara en la globalización sus propios beneficios fuera de sus fronteras naturales. ¿O es qué acaso, existe otra concepción para el ciudadano global?.
 El argot de Washington dedicado al liberalismo económico, las libertades, la democracia, el triunfo del individualismo, el poder de las multinacionales de manera extraterritorial, enfrenta una profunda crisis ideológica derivada de la fuerza del mazo anti inmigrante que el presidente George W. Bush encabeza para beneplácito de los grupos de derecha más extremistas pero poderosos de la Unión Americana.
 Desde Washington se pide libertad para las multinacionales en los países, dejarlas pasar y dejarlas hacer lo que quieran; libertad para el dinero que puede lavarse fácilmente sin trabas financieras; libertad para la explotación de los recursos naturales de los países que se pelean entre sí por captar mayor inversión extranjera directa a costa de sacrificar su propio medio ambiente.
 Pero,  señor Bush, en la lógica de la migración las multinacionales en mi país son también huéspedes inmigrantes. ¿Y es qué acaso debo repelerlas con balas de goma y crear cercos alrededor de la entrada de Mac Donald´s hasta llevarla a la quiebra?.
 ¿Por qué para el capital, que es uno de los factores de la producción se le exige todas las facilidades, y por qué no se hace lo mismo para el trabajo que es también otro de los factores de la producción?.
GALIMATÍAS
 La administración del presidente Vicente Fox lleva a cuestas el fracaso en las incipientes negociaciones con la Casa Blanca, en un diálogo de sordos. A México le faltó un diplomático con capacidad y prestigio al frente de Relaciones Exteriores y otro más en la Embajada de México en Estados Unidos.  Cada mes transcurrió con la promesa de “ahora sí tendremos acuerdo migratorio”, primero nos afectaron los acontecimientos terroristas del 11 de septiembre de 2001; después, nos aplastó la mediocridad del gabinete en política exterior.
El asunto es que mientras México toca la puerta del “gigante”, cada hora hay una persona: hombre, mujer, niño o niña intentando cruzar hacia Estados Unidos, jugándose la vida y sus derechos humanos; y son la carnada perfecta de cientos de grupos de explotadores sexuales y laborales en la Unión Americana. Es toda una red tejida entre mexicanos y estadounidenses, porque no se puede entender de otra manera.
 El panorama empeora el próximo año, para los millones de mexicanos inmigrantes sobre todo los ilegales, la  segunda fuente de divisas en México. De hecho, la tendencia apunta a mayores remesas en los próximos años, con la grave perspectiva de desbancar a los flujos de divisas que obtiene el país por el petróleo: en el periodo enero a noviembre, Pemex generó ingresos de divisas por un total de 25 mil 724 millones de dólares.
 Por el lado de las remesas, de confirmar el Banco de México flujos por 20 mil millones de dólares en 2005, tendríamos que en los cinco años de la presente administración, las familias mexicanas recibieron un total de remesas por 68 mil 719 millones de dólares por los canales formales financieros (lo que permitió su contabilización porque suponemos que entra una mayor cantidad de dólares por otras vías).  Tenemos una cifra histórica que implica que nuestros connacionales enviaron hacia sus respectivas familias un valeroso subsidio que las saca momentáneamente de la pobreza y que es tan importante y cuantioso como la acumulación de reservas internacionales en el Banco de México, que el martes pasado registraron 67 mil 115 millones de dólares.
 Entiende ahora amigo lector el por qué de esta supuesta mejoría de los niveles de la pobreza en el país. El INEGI contabiliza el subsidio de las remesas en la encuesta ingreso-gasto de las familias;  por eso señalan que la pobreza se ha reducido porque “subió el ingreso de las familias”, pero no lo hizo como consecuencia de aspectos reales como el empleo y más salario, es una respuesta lógica a los dólares semanales que las familias reciben desde Estados Unidos.
 ¿Y cuándo los dejen de recibir? ¿Y qué pasará señor presidente Fox con los millones de mexicanos que corren el riesgo de ser deportados? ¿Quién les dará empleo y salario digno? Este año deportaron a  un millón de personas.
GALIMATÍAS
 La migración, las remesas y la repatriación de los mexicanos ilegales en Estados Unidos es tema acuciante de las políticas públicas. Para el gobierno actual que ya fenece, no podemos pedirle que haga en seis meses lo que no hizo en mil 825 días. Sería demasiado. A Fox le restan discursitos cursis, anti yanquis, promotores del voto porque defienden una “supuesta soberanía y los derechos de los compatriotas”.  Pero en la acción no hay nada de concreto.
 Para los candidatos, además del tema de las reformas estructurales, de la situación energética del  país, la migración tiene que incluirse no como un asunto bilateral, más bien como parte de un proceso de integración que subirá más peldaños en el que la mano de obra debe ser liberalizada dentro de un esquema calendarizado.  Debe convocarse  una reunión trilateral entre México, Estados Unidos y Canadá, y recordar que somos socios de primera, no de tercera, ni mucho menos enemigos. Eso creo.
Agradezco sus comentarios a:claulunpalencia@yahoo.com

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