“El punto Je”, de Eduardo Camacho Suárez, un libro para reír y reflexionar

Portada de un libro para regocijarse
 Foto: Azteca21

Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21

Ciudad de México. 13 de diciembre de 2005. “Eduardo Camacho, periodista maduro, incursiona en el género más difícil dentro de la crítica periodística: la sátira. Y lo hace bien, con talento y una aguda percepción de los hechos y los hombres que conforman el panorama de una comunidad que, por fortuna, todavía no pierde, a falta de soberanía, la capacidad de mofarse de cuantos, con voces engoladas y perfiles petulantes, deambulan por la vida pública”, señala Rafael Loret de Mola en el prólogo de “El punto Je (Irreverencias del lengua-je)”, de Eduardo Camacho Suárez, uno de los primeros títulos de la Colección Periodismo Cultural, editada por la Dirección General de Comunicación Social del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

En efecto, el autor, entonces coordinador de la prestigiada sección cultural de “Excélsior”, se dedica en este libro a practicar el humorismo político-cultural, la ironía, el dardo saturado de ingenio y, en ocasiones, de picardía en forma miscelánea. Pero siempre armado con la lanza de su inteligencia y protegido por la adarga de su profesión, de su oficio.

No hay mucho más que decir sobre el libro, puesto que su contenido se difumina y expande sobre todo el panorama de la vida nacional, especialmente en la primera mitad de los años noventa, y más vale invitar al lector a recordar, con humor y risas, algunos de esos días aciagos —cuyo fin, al parecer, no se vislumbra aún— a través de los gracejos de Camacho Suárez. Para ello, vamos a transcribir botones de muestra, a ver si le acontece lo mismo que a Loret de Mola: “En lo personal, debo confesar que me reí con ganas”.

“Parafraseando a Monterroso: ‘… Y cuando Fidel Velázquez nació, el dinosaurio todavía estaba ahí…’”

“‘El cartero’ de Neruda es aquel admirador de la poesía que todos llevamos dentro.”

“Por la terrible contaminación en el DF, la Compañía Nacional de Danza bailará ahora en Chapultepec ‘El lago de los tiznes’.”

“Localizaron entre Puebla y Oaxaca las pinturas más antiguas del país. (Muchos creían que esa distinción pertenecía a los cuadernos de kindergarten de Fidel Velázquez.)

“Título definitivo del libro que prepara Raúl Salinas, inspirado en ‘Platero y yo’, de Juan Ramón Jiménez: ‘Ratero yo’”.

“Cabrera Infante dice que no le perdonará a Cortázar no haber condenado al gobierno de Fidel Castro. Ni falta que le hace al escritor argentino. ‘Queremos tanto a Julio’, que el rugido de ‘Tres tristes Guillermos’ no le afectan en nada.”

“Creced y multipli-caos: DF.”

“¿Qué es lo único que no le pueden preguntar a Marcos?… ‘¿Dónde vas a pasar la Navidad?”

“¡En el gobierno mexicano sí hay rumbo… a la catástrofe!”

“Llame, y si le contestan ‘oink, oink’, no se alarme: es la Cámara de Diputados.”

“De siglas modernas: SHCP (Secretaría de Haciendo Cachos al Público).

“De siglas modernas: PGR (Procura Generalmente Regarla).

“El Metro ya parece tren del viejo oeste. ¡Un asalto diario!”

“Desmienten que el PRI vaya a participar en ‘Jurassic Park II’, con el envío de viejos dinosaurios.”

En fin, no voy a hacer más larga la enumeración de ejemplos, es mejor que el lector se adentre por su cuenta en este baúl de los recuerdos de la década de 1990 no sin antes recomendarle las partes “Del cementerio” y “La poesía en el futbol”, con calaveritas de personajes famosos y paráfrasis de poemas, que son algo así como la cereza del pastel de “El punto Je”. Léalo y ría, que no todo en la vida es solemnidad ni tristezas.

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