“El espejo de los días”, libro sobre periodismo en México

Portada del peculiar libro
Foto: Azteca21

Por Benjamín Solís 
Reportero Azteca 21
 
Ciudad de México. 30 de noviembre de 2005. En la colección Periodismo Cultural, editada por la Dirección General de Comunicación Social del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, sobresale de manera peculiar “El espejo de los días”, de Rafael Cardona. El título parece hacer referencia al oficio del periodismo escrito —como una vez señalara Gabo, “el mejor oficio del mundo”—, al quehacer diario del periodista, del auténtico periodista, aquel que no refritea los boletines de prensa ni depende de la grabadora para no perder la declaración.  Todo ello tiene que ver con “El espejo de los días”, por no decir de la realidad. El espejo, una superficie que refleja los días que transcurren, no de manera automática o inherente sin voluntad, sino una serie de imágenes vistas bajo la óptica del periodismo.

El título no podía expresar mejor esta metáfora, tal como dice Cardona: “… el periodismo no es únicamente descripción —elegante o helada de la realidad—, sino personal ejercicio analítico de la vida.”  El quehacer periodístico, y todo lo que surge de él, es un reflejo de la realidad. Pero una visión desde la perspectiva que sólo este oficio puede y debe dar; pero visión al fin, que se lee, que se asume o no, pero que genera el comentario, la comunicación, las ideas en un mundo limitado por las tecnologías de la información y la evasión, principalmente la televisión. 

El libro se compone de cuatro reflexiones temáticas (La cápsula y el infinito, Profesionales y diletantes, El legendario mamut y El género traicionado) sobre la información, los medios de comunicación y su efecto en la forma de hacer periodismo en la sociedad mexicana. El papel de la televisión como medio de desinformación y alineación de la conformidad, del escepticismo. El periodismo en México, desde el caso de “Excélsior”, las mal nombradas escuelas de Comunicación, los falsos o los malos periodistas del boletín y la presunción. 

En sus notas, Cardona da muestra de ser un escritor y lector recurrente, nos presenta un panorama inteligente de la sociedad mexicana, como consumidora de información; con una cultura de masas propia.  Mediante una revisión de personaje claves de la cultura y el periodismo contemporáneo, desde Paz, Borges, O. Fallaci, Alexander Solyenitzin, Evelyn Waugh, Tito Mundt, Martín Luis Guzmán (tal vez el más grande periodista que hayamos tenido), de alguna manera, “El espejo de los días” es manifiesto de una inconformidad productiva, si bien hay muchos vicios, y es un género y un oficio que vale la pena reinventar por el bien de todos.  Comentarios a esta nota: Benjamin Solis

 

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