Banco de México y sus ochenta velitas

Desde el pasado mes de septiembre, Banco de México  realiza una serie de eventos para celebrar los ochenta años de la creación del instituto central, dependencia de gran trascendencia para el rumbo económico del país y pilar de la política monetaria.
  La evolución del Banco de México se dice fácil, parece resumirse en este aniversario, lo cierto es que su historia está llena de matices, ha sido compleja;  además de que es un semillero muy importante de profesionistas, investigadores, especialistas y cuna de dos ex presidentes de México.
En el examen al que sometemos al llamado “banco de bancos” y “prestamista de última instancia”, encontramos etapas de maduración con  reformas estratégicas a favor de ganar credibilidad en el ámbito interno y externo, obtener una sana independencia del Gobierno Federal y tomar para sí un mayor control de la política monetaria. Es un ente que ha ido siempre de menos a más.
  El Banco de México fue fundado el primero de septiembre de 1925 por el presidente Plutarco Elías Calles. Primeramente fue concebido para  crear moneda mediante la acuñación de piezas metálicas como a través de la emisión de billetes. El monopolio respondía a  un circulante en descontrol, consecuencia de muchos billetes y papeles sin valor que fueron impresos durante el conflicto revolucionario.
Después, con el mismo sentido de tener un  cauce, fue añadido el  precepto amparado en la  Constitución Política de  los Estados Unidos Mexicanos de: “Procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda”. Luego crecerían los objetivos al de regular la circulación monetaria; la tasa de interés y los cambios sobre el exterior; encargarse del servicio de la Tesorería del Gobierno Federal; centralizar las reservas;  y convertirse en banco de los bancos y en prestamista de última instancia.
A COLACIÓN
En las experiencias, buenas y malas, del  Banco de México a lo largo de su vida institucional encontramos las siguientes como pivotes de cambios: 1) A los pocos años de operación sucedió  la recesión global que ocasionó la crisis de 1929 y 1931 que tuvo como epicentro Estados Unidos y algunos países de Europa. 2) En respuesta ocurrió la primera gran reforma en la vida del Banco de México. En julio de 1931 fue promulgada la Ley Monetaria por la cual se desmonetizó el oro en el país. 3) Siguieron en espiral otras reformas como la  promulgación de una nueva Ley Orgánica para el Banco de México, que le retiró al banco las facultades para operar como banco comercial, se hizo obligatoria la asociación de los bancos con el Instituto Central y se flexibilizaron las reglas para la emisión de billetes. 4) De acuerdo a datos históricos del mismo banco, en  1935, surgió una crisis sin precedentes cuando el precio de la plata subió ininterrumpidamente. Apareció el riesgo de que el valor intrínseco de las monedas de ese metal superara a su valor facial.  5) La crisis se evita mediante dos medidas: emitir piezas con menor contenido de plata, y poner en circulación billetes de esa denominación. 6) En 1948 y 1949, México sufre dos severas crisis de balanza de pagos atribuibles a los reacomodos de la economía mundial típicos de la postguerra. 7) A partir de 1952  se inauguran 18 años de estabilidad en el país conocidos como desarrollo estabilizador a los que contribuyeron la política monetaria anti inflacionaria del instituto central.  8) Durante los años setenta y parte de los ochenta inician las dificultades para el Banco de México. Hay crisis en la balanza de pagos, deterioro de las expectativas, fuga de capitales, endeudamiento externo, caídas en la economía, problemas de inflación, devaluaciones. Entre los culpables figura el Banco de México por la política de extender el crédito para financiar el déficit fiscal del gobierno. 9) En los noventa comienza otra etapa de reformas, la más importante durante el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León, de dotar de autonomía al instituto para ganar en credibilidad; asegurar la sana desvinculación del gobierno con la política monetaria y nunca más repetir la emisión de dinero para favorecer a un  presidente en su política expansiva y deficitaria.
De este breve resumen es por justicia destacar que el Banco de México ha tenido tres funcionarios muy importantes, cada uno corresponde a una etapa peculiar con sus claroscuros: el primero, fue Rodrigo Gómez director del banco a partir de 1952 y los siguientes 18 años; el segundo, Miguel Mancera Aguayo director desde 1982, hasta el 31 de diciembre de 1997; y Guillermo Ortiz Martínez el de la era de los gobernadores de seis años, a partir del primero de enero de 1998, refrendado en su cargo por el presidente Vicente Fox y con un periodo que culmina en 2009.
GALIMATÍAS
 Para muchos profesionistas el Banco de México es un imán, forma parte de los sueños de los estudiantes de economía por la calidad de la investigación que  se realiza en sus diversas áreas. Cuando una servidora cursaba el segundo semestre de economía hice una pequeña trampa: entré al examen de admisión del Banco de México que tiene la finalidad de aceptar a un reducido grupo de estudiantes a partir del séptimo semestre para el servicio social. Yo aprobé el examen y pedí que me dejaran quedarme previa carta de consentimiento de la universidad para una estudiante de segundo semestre. Puedo decirles que fue una experiencia gratificante aprender acerca del sistema financiero mexicano; de la regulación; de las operaciones de reporto; de la labor del Comité de Basilea.  No pude quedarme dado que me faltaba más de la mitad de la carrera y luego cuando estaba lista entré a  Bancomext.
 Y en esa fuerte influencia que provoca el instituto central, dos especialistas salieron de sus filas para tiempo después, llegar a la  Presidencia: Miguel de la Madrid Hurtado, recién egresado de Derecho entró a Bancomext y luego pasó a Banco de México donde obtuvo una beca para Harvard.  La otra persona es Ernesto Zedillo, economista que en el año de 1978, a invitación de Leopoldo Solís, participó en investigación económica y análisis de la balanza de pagos en el Banco de México, donde colaboró al lado de importantes economistas como Carlos Bazdresch; en 1982 fue nombrado subgerente de investigación económica del propio banco, cuyo director era Gustavo Romero Kolbeck.  Entre otras minucias, Zedillo fue el padre del Ficorca en  Banco de México, que larga historia, ya sabemos en qué desastre culminó.
 Bueno sirva la presente para felicitar al Banco de México.
Agradezco sus comentarios a:claulunpalencia@yahoo.com

Redacción Azteca 21

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