Meta económica, se nos va otra vez

Ha sido la controversia de la semana, y como tantas otras veces, sucedió a causa de  las estimaciones entre el Banco de México y la Secretaría de Hacienda al respecto del crecimiento de la economía. La disputa entre funcionarios y equipos es por que unos rebajan la expectativa del PIB y otros la mantienen, como si el simple hecho de hacerlo favoreciera en realidad a los mexicanos y sirviera más allá de adular únicamente las proyecciones del Ejecutivo.
 Del vaso medio lleno, al medio vacío. La verdad es que, de nueva cuenta, la meta del crecimiento se nos cae, ha sido una constante en los cinco años de la presente administración. No damos una en materia de crecimiento económico, por eso tenemos una pobre creación de empleos, arrastramos una enorme factura laboral con millones de desempleados y los escasos puestos laborales que se han creado tienen sueldos devaluados, contratos temporales y prestaciones acotadas.
 Un breve recuento de lo que oficialmente el Gobierno Federal se ha planteado, y de lo cumplido, nos permite observar el panorama desde otro ángulo: en 2001 la meta del PIB  fue de 4.5%, la realidad llevó a la economía a una caída de 0.1 por ciento. En 2002, la meta fue de un PIB de 1.7%, pero el crecimiento fue de 0.7 por ciento. En 2003, el PEF descansó sobre de un pronóstico del PIB de 3% y la economía únicamente creció 1.3 por ciento. Para 2004, el PIB planteado fue de 3.1% y sorpresivamente, incluso para Hacienda y Economía, México se recuperó y creció 4.4% siendo calificado de “llamarada de petate”, porque nadie lo esperaba. En las metas de 2005, el PIB esperado por Hacienda es de 3.5%, pero la previsión ha sido revisada en varias ocasiones a la baja por analistas privados y el propio Banco de México.
 Podemos encontrar revisiones a la baja en el Área de Estudios Económicos y Socio- Políticos de Banamex con proyecciones de un PIB de 2.73% en 2005. A lo largo de estos días Banco de México dio a conocer que México podría alcanzar una tasa de crecimiento entre un rango de 2.75% a un 3.25 por ciento.
 Para la Secretaría de Hacienda permanece inamovible el estimado de 3.5% aunque existen claros indicios de una menor aceleración en la economía de Estados Unidos, que es hoy por hoy el principal componente del mercado externo de México, el factor de correlación del ciclo de la manufactura, la maquila y la industria automotriz.
 La economía de Estados Unidos sigue con altas y bajas, sectores que no acaban de recuperarse prueba de ello son las menores compras de automóviles, de bienes duraderos y las constantes peticiones del seguro de desempleo, a lo que hay que añadir, el impacto del huracán Katrina en el tercer y cuarto trimestre del año.
 Para México siguen los vaivenes en algunos rubros de la industria manufacturera, hasta la fecha, no se han recuperado los empleos perdidos en la maquila desde 2001 y la industria automotriz registra menores ventas externas.
En los eventos de tipo natural que padecieron siete estados del país, desde Emily, Stan y la devastación de Wilma en el Caribe Mexicano, la emergencia implica un gasto que el Gobierno Federal no tenía contemplado en diversas áreas, más los daños económicos sufridos en la iniciativa privada, la infraestructura, las cosechas, la ganadería, toda la actividad primaria de la producción, el quebranto a los activos; etc.
 Es lógico que la economía resienta, en el tercer y cuarto trimestre del año, un “jalón” derivado de la emergencia climática. Si el presidente Vicente Fox habla en serio, comparando los daños y el costo de la reconstrucción, con la magnitud de los sismos de 1985 entonces no podemos esperar que el PIB logre el 3.5 por ciento.
 El presidente Fox que acostumbra rectificar sus comentarios sobre de la marcha, después del paso de Wilma declaró que no era necesario modificar el Presupuesto de 2006, algo que en términos de administración de los recursos, ingreso y gasto, resultaba fuera de toda lógica dado que es impensable creer que en dos meses habrá una reconstrucción total sobre todo cuando varios estados siguen esperando que el Fonden les envíe el oxígeno monetario por la afectación de  Emily, estamos hablando que este huracán pasó  hace cuatro meses.
 Entonces seguramente en lugares como Cancún donde la devastación la  comparan con Gilberto, tendremos la absorción de los efectos entre el primero y segundo trimestre de 2006. Por eso ahora el presidente Fox decidió que si hay que hacerle algunas modificaciones al presupuesto del año que viene. ¿Quién asesora al presidente?
GALIMATÍAS
 Coincidimos totalmente con Manuel Somoza, presidente de Prudential Financial Operadora de Fondos de Inversión, cuando señala que hay una discusión estéril entre qué dependencia tiene la razón acerca del crecimiento de un 2.75%  o un 3.5%, porque “ambas cifras son insuficientes ya que el país necesita crecimientos mínimos del 6% para sacar de la pobreza a más de 50 millones de mexicanos”.
SERPIENTES Y ESCALERAS
 La Reserva Federal está decidida a continuar con su lucha contra la inflación por medio de aumentar las tasas de interés, aunque es evidente el doble propósito de acercar recursos a la economía estadounidense que padece por una falta de liquidez, con dos enormes problemas que debe financiar como son: el déficit en cuenta corriente y el déficit fiscal.
 No me extraña nada, que Estados Unidos esté utilizando la política de mantener devaluado al dólar al respecto del euro y del yen con la finalidad de corregir,  por medio de mecanismos artificiales, el déficit en cuenta corriente, un dólar débil abarata los productos estadounidenses en el mercado internacional, favorece las exportaciones y frena las importaciones.
 Por el lado del déficit fiscal creo que será muy interesante lo que suceda a  partir de 2006 con las acciones que en política monetaria llevará a cabo el nuevo presidente de la Reserva Federal Ben Bernanke en sustitución del legendario Alan Greenspan.
 Estados Unidos trae dos bombas atómicas pegadas a su economía, no puede continuar presumiendo de potencia siendo el mayor deudor del mundo y a los propios países del orbe, en especial a México, tampoco nos conviene seguir financiando su falta de liquidez.
 La decisión de la Fed de subir a 4% la tasa de interés interbancaria, encarece la deuda a los acreedores nacionales e internacionales y se convierte en un foco de atracción para los inversionistas de otros países y para los especuladores de la renta variable dispuestos a tomar ganancias ante eventos político-electorales. No es nada fácil para México.
Agradezco sus comentarios a:claulunpalencia@yahoo.com

Redacción Azteca 21

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