Nuevas empresas: el reto de sobrevivir

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) presentó una investigación bastante enriquecedora para el ámbito empresarial bajo el título de: “Desarrollo emprendedor en América Latina y la experiencia Internacional”.
 En el estudio se encuentran diversas premisas y reflexiones del acontecer empresarial, de la visión persistente en el área de los negocios, en donde para, primero sobrevivir, y luego tener éxito, es imprescindible “algo más que ingenio”.
 En el quehacer empresarial no hay una receta única, es cuestión de explorar diversas combinaciones. En varios  casos las empresas que nacen del propio seno familiar no logran superar a la primera generación y las que llegaron al siglo XXI en manos de la tercera generación enfrentan una  problemática compleja por la globalización, la presión en los bajos costos de producción y la amplia oferta de bienes y servicios a disponibilidad del consumidor.
 En otro sector, el cambio en la administración gerencial a causa de la liberalización de los mercados y la globalización ha sido asimilado a tiempo por  empresarios informados, actualizados, con personal capacitado y competitivo. Lo forman un grupo de personas que saben que la estática, la inmovilidad empresarial, condena al estancamiento y la desaparición.
 En algunos países es más  profundo el proceso de desaparición de empresas que no pueden continuar, tenemos el caso de Colombia donde el índice de mortandad de empresas durante su primer año de creación es superior al 90 por ciento.
 En México, sin estadísticas oficiales de por medio en este renglón, sabemos por una nota documentada por Fernando Pedrero para el periódico El Universal, que de acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (Canirac),  “de cada 10 restaurantes que abren sus puertas, cuatro fenecen en los primeros seis meses, mientras que otros cuatro lo hacen en menos de año y medio, lo que representa un índice de mortandad de 80% en menos de 18 meses”.
 De manera negativa muchas empresas en México y América Latina no logran completar un ciclo. El BID lo observa con preocupación destacando algunos factores de atención que a continuación presentamos.
1) Las oportunidades de negocio son de menor calidad en América Latina. Según el estudio comparativo el proceso emprendedor en la región encuentra su fuente de motivación, ideas y competencias predominantemente en las firmas en las que trabajaron previamente y valoran las redes de contactos como medios para identificar la oportunidad de negocio, y el acceso a la tecnología o al financiamiento. Si bien en la región hay gente motivada a hacer empresa no se observa el mismo espíritu en comparación con los emprendedores de los países asiáticos en donde los modelos empresariales y los medios de comunicación ejercen una mayor influencia. Además,  las oportunidades de negocio son de menor calidad para las empresas latinas, contrario al caso de los distritos industriales de Italia o del Este de Asia donde la articulación con otras firmas sobre la base de la oferta especializada de bienes diferenciados, es fuente importante de oportunidades para el nacimiento y el desarrollo de nuevas empresas.
 2) El financiamiento, principal obstáculo. Las condiciones del entorno de negocios para crear o gestionar empresas, son percibidas como más desfavorables por los emprendedores latinoamericanos que por los asiáticos o europeos. Los trámites relacionados con el inicio de la actividad o el peso de la carga impositiva son vistos como barreras significativas.
Otro tanto ocurre con el financiamiento para iniciar la actividad y recorrer los primeros años de vida, la cual es por decirlo menos inexistente, teniendo que recurrir los potenciales empresarios a fuentes informales de financiamiento y a dinero propio, con consecuencias negativas en el caso de las empresas latinoamericanas obligadas a lanzar su empresa con un tamaño inferior al originalmente planeado; o bien iniciar la actividad con algún retraso;  reducir el nivel tecnológico de los proyectos e impactar la calidad de los productos y servicios.
 Dentro de la particularidad del financiamiento en México, Nacional Financiera (NAFIN) insiste en la postura de que, a lo largo de la administración del presidente Vicente Fox, han canalizado más créditos empresariales que en los últimos setenta años.
 La información de Nafin asegura que de 1934 al año 2000 la derrama crediticia de dicha institución de fomento permitió impulsar 615 mil 134 operaciones de crédito. No obstante, desde 2001 hasta el 30 de septiembre de 2005, este volumen creció a tres millones 223 mil 758 operaciones de crédito.
 Por región, desde 2001 hasta el 30 de septiembre de 2005, el volumen de operación se repartió el 41% para empresas ubicadas en el Centro del país; el 28% para empresas del Noreste; el 12% en Occidente; el 11% en el Noreste; y el 8% en el Sureste.
 3) El ejemplo es la mejor política de fomento empresarial.  Del análisis anterior se derivan las principales áreas de trabajo para promover la empresarialidad en América Latina, en las que podrían actuar los responsables de la política, entre las que se destacan: expandir el número y la calidad de las oportunidades de negocio; facilitar el acceso de los potenciales emprendedores a la experiencia laboral; mejorar el acceso al financiamiento; fortalecer el proceso emprendedor en las áreas locales; aprovechar el poder transformador de los nuevos negocios intensivos en conocimiento; propiciar la desregulación; y generar condiciones macroeconómicas y fiscales más favorables para el crecimiento de más  empresas.
A COLACIÓN
 El BID recomienda difundir modelos de rol positivos para forjar vocación emprendedora, en donde el eje principal deben ser los medios masivos de comunicación para  difundir ejemplos de experiencias exitosas.
Creo que la proyección de la empresa tiene un rol fundamental dentro de esquemas económicos en los que cada vez más el sector público no puede dar respuestas a demandas sustanciales como la generación de empleos.
El presente es la empresa y es el inminente futuro de muchos jóvenes, que tras su preparación universitaria, seguirán encontrando pocas respuestas laborales. El único camino a seguir será el de convertirse en emprendedores empresariales. El gobierno debe cooperar creando un marco de fácil acceso a los negocios, sin tanta burocracia.
Agradezco sus comentarios a:claulunpalencia@yahoo.com

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