El cuerpo habla y baila con el grupo cubano de danza “Retazos”

Bailarines que con diversos
movimientos, actitudes, gestos
y luz dan su discurso coreográfico

Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21

San Luis Potosí. 9 de octubre de 2005. Que el cuerpo hable, que se exprese, que transmita emociones a través de un movimiento significativo es lo que esta noche mostró la agrupación cubana de Danza Teatro Retazos durante su presentación en el Centro de Difusión Cultural “Raúl Gamboa”, en el segundo día de actividades del XXV Festival Internacional de Danza Contemporánea “Lila López”, que se lleva a cabo en esta ciudad.

Pero casi sólo eso mostraron once bailarines con base en un programa doble: “Imágenes y suspiros” y “Al filo exacto”, coreografías de Isabel Bustos, la directora ecuatoriana de Retazos, formada dancísticamente en Cuba.

Así, por el escenario desfila una serie de cuadros o escenas en los que la coreógrafa logra capturar la atención del espectador mediante instantes detenidos, donde la mirada se posa principalmente en el centro del escenario, en el que la figura humana, sus movimientos, actitudes, gestos y la luz son el inicio de su discurso coreográfico.

A partir de ese momento, en el que los sentidos han sido convocados, el escenario se puebla de hombres y mujeres que gozan con su arte, que interactúan con sus cuerpos, con el uso discreto y afortunado de luces, con sonidos, con la música, haciendo que el espacio del escenario crezca y disminuya a su voluntad, justo a sus necesidades expresivas.

Reconocido por su empleo del lirismo, por su danza intimista y su relación con la plástica –Isabel Bustos también es pintora–, Retazos presentó, dentro de la primera parte del programa, escenas de su “Homenaje a Agustín Lara” basadas en temas de “El Flaco de Oro” como “Amor de mis amores”, “Arráncame la vida” y “Piensa en mí”, así como otras que reflejan aspectos de la forma de vida en la isla, “desde sus angustias y problemáticas, hasta la actitud con que el cubano las enfrenta, pues su fuerza, alegría y vitalidad siempre lo ha levantado”.

La segunda parte, “Al filo exacto”, “es una geografía humana en la que se transita entre el ir y venir”, explicó previamente Bustos. En esta coreografía, los músicos son protagonistas, interactúan con los bailarines para contar historias sin un estricto contenido narrativo –con el apoyo del bolero “Bésame mucho”, de Consuelito Velázquez, por ejemplo–, mas no exentas de significación.

Sin embargo, en general, cabe mencionar que el ritmo lento de algunas evoluciones –incluso unas fuera de tiempo–, cierto tono melodramático y lo poco novedoso del discurso coreográfico resultaron en detrimento del espectáculo, del que se puede decir, como se indicó antes, que tiene buenos momentos, pero no se logró del todo.

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