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En la foto aparecen la hija y
la viuda del Dr Díaz Perches
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Por Miguel Ángel Hernández A.
Reportero Azteca 21
Ciudad de México. Jueves 29 de septiembre de 2005. “Seguramente el cáncer ha tocado a un familiar o a un amigo cercano”, señaló Jaime Larrea, presidente honorario de la Fundación “Dr. Rodolfo Díaz Perches”, que atiende a pacientes con esta enfermedad en el Hospital General de México (HGM). Por ello, dicha Fundación busca personas que puedan ayudar a financiar el tratamiento de estos enfermos, así como alianzas estratégicas con patrocinadores.
En la presentación oficial de la Fundación, realizada en el auditorio de la compañía farmacéutica Bristol-Myers Squibb, se acotó que quienes integran este esfuerzo están convencidos de que todos los pacientes con cáncer merecen acceso a una atención médica digna con la más alta tecnología.
Creada ante la necesidad de encontrar una esperanza de vida en aquellos que padecen cáncer, la Fundación necesita recursos para su atención, especialmente en el HGM, donde son muy limitados. A pesar de esta carencia, la Unidad de Oncología de dicho hospital representa uno de los servicios más importantes del país para pacientes sin seguridad social.
Esta Unidad, a decir del doctor Eduardo Arana, Jefe del Servico de Oncología del HGM, atiende al mes 300 pacientes nuevos con cáncer, 200 cirugías mayores, 6 mil pacientes en consulta externa, 3 mil 400 sesiones de radioterapia y mil sesiones de quimioterapia. Sin embargo, resaltó que se requiere una mayor capacitación médica, así como desarrollar programas de detección y tratamiento oportuno, y esto será posible a través de la Fundación.
La forma en que se puede ayudar a la Fundación es con donaciones económicas de forma periódica a través de cargos automáticos a la tarjeta de crédito, adoptando un paciente de escasos recursos para cubrir el costo de su tratamiento médico o patrocinando equipos o remodelaciones de infraestructura en la Unidad de Oncología del HGM.
Gracias a la nueva unidad del Servicio de Oncología del HGM, la cual contará con el equipo más actualizado en la materia, atenderse en hospitales fuera del país, en donde, además de una buena atención, se buscan los mejores aparatos, ya no será necesario, lo que permitirá brindar una atención de alta calidad a los pacientes mexicanos.
Así, ante la necesidad de tener equipo con tecnología de punta, surgió la Fundación “Dr. Rodolfo Díaz Perches”. “Los aparatos que había aquí eran obsoletos, su vida estaba terminando, por lo que era necesario invertir mucho dinero”, explicó María Guadalupe Díaz Graham, integrante de la Fundación e hija del doctor Díaz Perches.
Añadió que la Fundación fue constituida legalmente el 12 de marzo de 2005, cuenta con un Consejo Directivo integrado por un presidente de la junta directiva, un secretario, un presidente ejecutivo, tres asociados, siete vocales y un asistente.
La idea básica del doctor Díaz Perches era que el HGM fuera la mejor opción, tanto para quienes tienen posibilidades económicas como para los que no. De esta manera, recibirían una atención de excelencia, igual o mejor que en cualquier hospital privado de México o del extranjero, a un costo razonable.
Rodolfo Díaz Perches
Nació en Tampico, Tamaulipas, en 1929; cursó la carrera de medicina entre 1947 y 1952. Realizó su internado en su casa profesional, el Hospital General de México. La radioterapia significó a principio de los años cincuenta una bien fundada esperanza para los pacientes enfermos de cáncer. En el HGM se rodeó de un grupo de médicos jóvenes, con los que da lugar a la Unidad de Radioterapia de dicha institución. En 1970 obtuvo la jefatura de dicho servicio; con su visión y la necesidad de formalizar científicamente esta disciplina, crea el centro de calibración y dosimetría para las radiaciones ionizantes que en la actualidad es el centro de vigilancia y registro de todos los departamentos con certificación para su funcionamiento. Desde el punto de vista asistencial, fue pionero en implantar nuevos métodos de radioterapia externa e intracavitaria, e introducir las técnicas de carga diferida para el tratamiento de las mujeres con cáncer cérvico-uterino, el que hasta ahora mata más mujeres jóvenes en nuestro país.
Sobre este problema nacional organizó las normas de manejo institucional y multidisciplinario y formó parte del grupo internacional de trabajo. En relación con otras neoplasias, reformó y actualizó los métodos de radioterapia en tumores en cabeza y cuello, mama, próstata, pulmón y otros.
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