Encuentro de bailadores tradicionales de la Huasteca en la Sierra Gorda de Querétaro

Algunos de los participantes posan para la foto del recuerdo

Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21

Jalpan de Serra, Querétaro.- 24 de Septiembre del 2005.- Esta mañana se realizó la continuación del Encuentro de bailadores tradicionales de la Huasteca, que inició ayer en la Plazoleta “Miguel Hidalgo”, de esta población de la Sierra Gorda de Querétaro, con participantes de las seis huastecas: potosina, tamaulipeca, hidalguense, poblana, veracruzana y queretana.

El encuentro, coordinado por la investigadora Eloina Cruz, representó la oportunidad para que los bailadores tradicionales, de viva voz, expresen sus inquietudes, experiencias y propuestas para preservar, difundir y fomentar esta manifestación dancística tradicional.

Los participantes manifestaron que los concursos de baile de son huasteco se deben reglamentar para evitar que se distorsione la esencia del baile, que quien concurse debe hacerlo por amor al huapango, ya que hablar de originalidad es algo absolutamente discutible.

La mayoría coincidió en señalar que el Programa de Desarrollo Cultural de la Huasteca ha conseguido importantes logros —como la realización del Festival de la Huasteca y del mismo Encuentro—, pero que se deben realizar más acciones, como el habilitar espacios propios para el baile tradicional y la permanencia de la música huasteca en lugares como kioscos y plazas públicas, como antaño se acostumbraba.

De igual manera, se mencionó que se debe apoyar más al huapango para evitar la pérdida de nuestra identidad cultural ante los embates de todo tipo de música, que paulatinamente ha ido desplazando a esta rica tradición cultural.

Se debatió también la vieja polémica entre el baile tradicional y el académico, considerando que se deben buscar mecanismos para que uno y otro se desarrollen y encuentren sus propios espacios.

Varios de los participantes alertaron de la descomposición que ha tenido el reconocido concurso de baile tradicional en San Joaquín, Querétaro, ya que, a pesar de ser el más enraizado —conocido incluso este lugar como “la catedral del huapango”—, se ha podido advertir que en los últimos años no se premia a lo más tradicional, sino a los favorecidos por cierta tendencia o grupos. De ahí la importancia del debate suscitado esta mañana.

También se insistió en que el problema se debe abordar desde diferentes perspectivas, cultural, antropológica, regional, etcétera, ya que no se debe descalificar a un concurso o a las aportaciones que se hacen desde la academia e investigación.

Además, se hizo énfasis en que cada participante se debe comprometer consigo mismo a defender el huapango, incluso desde la misma familia, de generación en generación, “para que todos juntos no sólo portemos con orgullo la camiseta de huapangueros, sino que debemos sudarla”, dijo una de las participantes de la huasteca poblana.

Finalmente, se hizo la relatoría de los participantes por estado, para integrar las propuestas en un solo documento y darle seguimiento, para ver qué se ha avanzado en el próximo encuentro.

Para concluir, el trío “Los caimanes de Río Blanco”, de Basilio Flores, de Aldama, Tamaulipas, tocó solidariamente, para que cada grupo bailara en su propio estilo, como le nace, como lo siente, temas como “La azucena”, “El arrendador”, “El caimán”, “El queretano”, “El caballito” y “El gusto”. Al final, interpretó otras piezas, en las que bailaron todos los que quisieron, participantes y público en general.

Comentarios a esta nota: Gregorio Martínez Moctezuma

Redacción Azteca 21

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