Qué esperar del Presupuesto para el 2006

A principios de la década de los ochenta, el Gobierno Federal invertía el 3% del PIB en la implementación de infraestructura en el país, en contraste, ahora invierte menos del 1 por ciento del producto.
Otra área, con igual rezago, es  la inversión en transporte terrestre que  cayó del 2% en 1982 a 0.2% en la actualidad.
Los años pasan y la población sigue esperando por esas grandes obras de infraestructura en carreteras, autopistas funcionales, habilitación de las vías férreas y su correspondiente modernización por medio de trenes de alta velocidad que unan a la geografía patria con beneficios notables para el turismo y los negocios.
Por tierra, mar o aire, existen rezagos evidentes y necesidades que cubrir porque hace mucho tiempo que el Gobierno Federal, en el cauce de su ciclo sexenal,  dejó de invertir en la promoción y mejoramiento de las vías de comunicación.
Lo mismo acontece con otras áreas que demandan nueva infraestructura en educación y salud.  En la parte de la investigación, el rubro de la ciencia y la tecnología, se quedó esperando que le cumplieran la promesa de campaña del  1% del PIB. En el proyecto del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para 2006, la propuesta de Presidencia y Hacienda, es la de otorgar a ciencia y tecnología el  0.33% del PIB,  por tercer año consecutivo es menos dinero.
¿Cuánto tiempo más seguiremos con  servicios de tercera, que en el precio pagamos más caros que los suizos o los estadounidenses?
Lamento decir que la inversión pública y privada en todo lo que encierra el concepto de infraestructura no es una prioridad, o al menos tampoco lo fue, en este sexenio más ocupado por inaugurar pequeños tramos carreteros, remozar túneles y arreglar unos cuantos kilómetros de las rutas de salida y entrada de algunas ciudades, principalmente las ubicadas bajo gobiernos panistas.
Con todo y el  excedente petrolero derivado del  alto precio del energético en el mercado internacional, con todo y la estabilidad macroeconómica, no fue suficiente para construir nuevas carreteras, ya no digamos súper carreteras o autopistas de cuatro carriles, la población debió  conformarse con unos cuantos tramos que además demoran  meses.
Guanajuato, la entidad natural del presidente Vicente Fox, tiene carreteras que son un verdadero desastre, una vergüenza. Es una realidad que ninguna cifra estadística puede disfrazar, alterar o esconder, porque para corroborarlo nada más hay que recorrer el estado.
En quince meses que le restan a la presente administración, el panorama seguirá igual, lo que ya no se hizo en cinco años difícilmente podrá iniciarse con un Presupuesto de Egresos que privilegia todo lo relacionado con la organización de los comicios electorales, antes que la inversión en infraestructura.

A COLACIÓN
Para los amigos lectores que se preguntan: ¿Qué podemos esperar del presupuesto? La respuesta engloba una serie de factores que parten de un escenario macroeconómico para el 2006 que tiene como meta un PIB de 3.6%; una inflación de 3%; un tipo de cambio promedio de 11.40 pesos por dólar y tasas de interés de Cetes a 28 días promedio de 8.9 por ciento. Son las bases económicas, que el Gobierno Federal desea alcanzar utilizando como referencia el precio promedio del petróleo de  31.5 dólares por barril para la mezcla mexicana.
¿Tendremos un presupuesto razonable? Para obtener una respuesta más global consultamos a los especialistas de Scotiabank Inverlat con la finalidad de sopesar la opinión del sector privado, al respecto de cómo ven el escenario de ingreso-gasto para el próximo año.
De esta forma sabemos que en materia de política fiscal, el planteamiento es obtener un superávit equivalente al 0.2% del PIB, lo que persigue los siguientes objetivos: 1)) Reducir la presión del sector público sobre los mercados crediticios. 2) Hacer frente de manera ordenada a las presiones fiscales. 3) Aprovechar los elevados precios del petróleo para reducir la deuda pública.
El proyecto de presupuesto para el 2006 vuelve a contar con “estabilizadores automáticos” que garantizan alcanzar el objetivo aún cuando las variables relevantes evolucionen de forma diferente a lo previsto, básicamente con recortes a rubros específicos del gasto público. Se anticipan ingresos equivalentes al 21.3% del PIB, menor en 1.7 puntos porcentuales.
Respecto a la política de gasto, el proyecto de  presupuesto  propone mantener la disciplina fiscal, fortalecer el gasto en desarrollo social (más subsidios), consolidar el federalismo y dar prioridad a la seguridad pública.
En la política de deuda pública, se solicita un endeudamiento interno neto del Gobierno Federal por 180 mil millones de pesos y un desendeudamiento externo neto del sector público por 500 millones de dólares.
Las principales líneas de acción en el manejo de la deuda pública serán las siguientes: 1) La captación de recursos en las subastas de valores gubernamentales en el mercado  interno, privilegiando la emisión de Bonos de tasa nominal fija a largo plazo. 2) El Gobierno Federal iniciará la emisión regular de Udibonos a largo plazo para complementar las emisiones actuales. 3) No se prevé realizar emisiones de títulos de mercado en divisas para el refinanciamiento de amortizaciones de deuda programadas. 4) El Gobierno Federal evaluará en el 2006 la conveniencia de reducir la cantidad de plazos y frecuencias de cada emisión de Bonos y la colocación de un Bono de tasa fija a 30 años.
En términos generales, el planteamiento para el próximo año es   consistente con un presupuesto austero en muchos rubros como la infraestructura en general, salud y educación, pero cuantioso para todo lo referente a la organización de los comicios electorales y el gasto social.
Hay que subrayar que aunque las finanzas públicas se han conducido con prudencia, estarán sujetas a fuertes presiones en los años próximos, lo que requiere la implementación de las reformas estructurales. Por ello mismo, el buscar un superávit fiscal resulta adecuado. Es posible que este objetivo sea ampliamente criticado, sin embargo, no deja de ser una actuación preventiva y responsable

Queda claro que la primera prioridad del presupuesto será mantener la disciplina fiscal para garantizar la estabilidad económica, que tendrá su mayor prueba de fuego rumbo al 2 de julio de 2006, lo mismo que los mercados que deberán mostrar el blindaje financiero del que tanto alarde ha hecho Presidencia.
Agradezco sus comentarios a:claulunpalencia@yahoo.com

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