Festín de huapangos en Coyoacán con los grupos Corazón Huasteco, Los Microsónicos y Huazzteco

El Grupo Huazzteco, fusiona el son
y el jazz de una manera prodigiosa

Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21

Ciudad de México. 10 de septiembre de 2005. El domingo pasado se realizó un verdadero huapango con sabor de San Luis Potosí en el Patio Jacaranda del Museo Nacional de Culturas Populares (MNCP), en el centro de Coyoacán, al sur de esta ciudad, al presentarse tres discos más del programa “Sonoridades”, que son fruto del trabajo conjunto de la Secretaría de Cultura potosina y el CONACULTA, a través de la Dirección General de Vinculación Cultural.

Desde antes de las cinco de la tarde, hora señalada para el inicio de la actividad, más de cien personas ya hacían fila para ocupar sus lugares en las sillas instaladas para tal fin en el Patio Jacaranda. Así, al filo de las 17 horas ya no había un solo lugar desocupado y muchas personas estaban de pie en torno de las sillas.

El primer grupo que subió al escenario fue Corazón Huasteco, que tocó los temas que integran el disco compacto titulado “Corazón Huasteco. Homenaje al Negro Marcelino”: “El caimán”, “El apasionado”, “Las chaparreras”, “Las flores”, “El gallo”, “El huerfanito”, “La presumida”, “La malagueña”, “La petenera”, “El tepezhintleco”, “El San Lorenzo”, “El toro requesón”, “El framboyán”, “El zacamandú” y “Homenaje al Negro Marcelino” —creada por el violinista del grupo, Moisés Hernández Martínez—, piezas clásicas del son huasteco.

El Negro Marcelino Tovar fue —según consigna Toño Pérez en el texto que acompaña al disco— compositor e intérprete de son huasteco, indígena pame del barrio de San José, en el municipio de Ciudad del Maíz, quien siempre vestía de guayabera, sombrero, morral y botines. El Negro poseía una enorme facilidad para trovar y era un virtuoso de la quinta huapanguera, y su herencia artística marcó a innumerables tríos de la región huasteca.

Posteriormente tocó el turno al grupo Los Microsónicos —con el disco homónimo—, trío que se vuelve cuarteto dado el esfuerzo que implica tocar a uña la jarana. Con sus canciones que hablan de las labores del campo y de los sucesos de su vida cotidiana, aunadas a la natural simpatía y humor de su vocalista Santos, este trío tének se ganó el corazón y el aplauso de los asistentes.

El otro disco que se presentó fue el del “Primer Festival del Son. Huapangos y ritmos de la Huasteca”, celebrado en Huehuetlán, San Luis Potosí, en noviembre de 2004, en el que participan los grupos Soraima y sus huapangueros, Los caporales de Valles, Los Microsónicos, Trío Xilitla, Los huapangueritos de Ciudad González, Tamaulipas, Trío Imperial, Herencia queretana, Trío Axtla, Luis Monroy y Zazhil.

Raúl Olivares Morales, presidente municipal de Huehuetlán, aprovechó la oportunidad para invitar al público a asistir al Segundo Festival del Son en dicho municipio, que se realizará en noviembre próximo. “El Festival está encaminado a fortalecer la identidad musical, así como la riqueza histórica y el encanto interminable de nuestra zona huasteca. Los esperamos en Huehuetlán”, finalizó.

Por último, el grupo Huazzteco cerró con broche de oro este huapango potosino en el Distrito Federal al interpretar temas clásicos del son huasteco y propios, tales como “La pasión”, “Sesquiáltera número 1”, entre otros, de la mano de Samuel Martínez Herrera, su joven y talentoso director en el piano, acompañado de Efrén Capiz en la batería, Samuel “Savoir Faire” Williams en el violín, Ramón Sánchez Aviña en la flauta, Jesús Castro Andriano en la huapanguera y voz, Carlos Alberto Zambrano en el contrabajo y guitarrón, Rodolfo González Martínez en la jarana y voz, y un “palomazo” de Moisés Hernández Martínez, de Corazón Huasteco, en el violín.

Cabe mencionar que Huazzteco, es un singular grupo que toca, a decir del crítico Xavier Quirarte, “un jazz soneado o un son jazzeado”. Afortunadamente, ya está grabando su primer disco compacto, el cual esperan tener listo para finales de este año —y nosotros esperamos que sea una verdadera revelación musical—. No los pierda de vista: su estilo de fusionar el son con el jazz le deja a quien los escucha un gratísimo sabor de boca.

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