“El Incendio”, una cantina con arte y tradición en Guanajuato

Por Benjamín Solís
Reportero Azteca 21

Ciudad de Guanajuato, 1º de agosto de 2005. “Yo Sancho nací para vivir muriendo
y tú para morir comiendo” son unas de las tantas frases que se leen en los
muros del legendario “Bar El Incendio”, aunque preferimos nombrarlo “cantina”
porque es el término más acorde para definir la nomenclatura de este lugar sin
igual en pleno centro histórico de Guanajuato.

Gustavo Bustamante un lugareño de esta localidad, allá por 1917 abrió la cantina
El Incendio sin tal vez imaginarse que con esta acción, y con el paso de los
años, le daría a la ciudad de Guanajuato uno de los sitios de mayor tradición y
camaradería que se puedan hallar en este hermoso laberinto colonial. El señor
Bustamante, perteneciente a una familia de cantineros (un oficio de prestigio y
arraigo en esta ciudad), dejaría su legado a su hijo, su nieto y su bisnieto.

La cantina El Incendio originariamente se encontraba frente a la plazuela del
Baratillo, a unos cuantos metros de su dirección actual. En aquél entonces las
paredes del lugar estaban -dicen quienes lo conocieron- bellamente decoradas
por los murales del pintor David Serafín un artista de esta localidad, así los
comensales podían disfrutar de su bebida predilecta contemplando la obra del
maestro Serafín y recreándose la pupila en la plaza.

Así pasaron varios años, ya para entonces El Incendio era famosa por toda la
ciudad; sin embargo, un día, unas obras del ayuntamiento obligaron a su dueño a
cerrar el lugar. La cantina poco después fue demolida para construir el ágora
del Baratillo, y lamentablemente no hubo ninguna iniciativa para rescatar los
murales y la obra del maestro Serafín se perdió para siempre.

El Incendio no se apagó y resurgió tiempo después en su actual dirección en la
calle de Cantarranas 15, frente al Teatro Principal. Enseguida Gustavo
Bustamente II para no perder la tradición, en medio de una borrachera, invitó
al artista plástico Juan Villalpando (quien aún vive y se le ve de vez en vez
por aquí) a redecorar el lugar, y así renació El Incendio con  los magníficos
murales que hoy se pueden visitar. Prácticamente todas las paredes está
decoradas por el pincel del artista. Los colores cálidos predominan y dan la
sensación de estar en un incendio. Aquí se pueden contemplar algunos rostros y
lugares conocidos, entre ellos, Agustín Lara, María Félix, Jorge Negrete, la
fuente del Baratillo, La Quebrada de Acapulco, un autorretrato del artista,
etcétera.

El actual dueño, Gustavo Bustamante IV, pertenece a la cuarta generación y es
quien sostiene hoy las riendas del negocio, si usted visita Guanajuato y le
atrae la vida bohemia  o cultural no deje de visitar la cantina El Incendio
(atendida por el siempre amable Juan Carlos Solís) que ya es parte de la vida
culinaria y cultural de Guanajuato; aparte de admirar sus bellos murales se
presentan diversas actividades culturales, tales como lectura de poesía,
música, narrativa, y una vez locación para un cortometraje del 8º Festival
Internacional de Cine “Expresión en corto” 2005.

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Redacción Azteca 21

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